El IAC ayudó a descubrir un sistema de planetas con un peculiar proceso migratorio

Recreación de un sistema planetario de varios planetas rocosos y de baja masa. / IAC
Recreación de un sistema planetario de varios planetas rocosos y de baja masa. / IAC
Los investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias y otros centros han hallado un sistema solar con un planeta gemelo de la Tierra que migró hacia la estrella
El IAC ayudó a descubrir un sistema de planetas con un peculiar proceso migratorio

Un equipo internacional de varios centros astronómicos a nivel internacional, entre los cuales figura el Instituto de Astrofísica de Canarias, ha comunicado el hallazgo de un sistema solar con un planeta muy similar a la Tierra y otros tres, que habrían migrado de una manera muy peculiar hacia el centro del sistema solar.

La estrella anfitriona del sistema se llama TOI-500, y alrededor de ella orbitan cuatro planetas a una distancia relativamente corta. Este sistema está compuesto por un planeta interior, catalogado como análogo de la Tierra, lo que quiere decir que es un planeta tan similar que puede ser considerado como un gemelo o un reflejo de nuestro planeta. Además, se hallan tres planetas de masa muy ligera que habrían inmigrado al sistema solar.

El planeta interior fue bautizado como TOI-500b, y se le conoce por ser un planeta con un periodo ultracorto (UPS), dado que tarde aproximadamente unas 13 horas en dar la vuelta a su estrella anfitriona. Nuestra Tierra lo hace cada 365 días, por lo que la distancia entre ambos planetas y cada estrella es bastante diferente.

El gemelo de la Tierra

Un planeta análogo de la Tierra es un término que se le da a un planeta rocoso, de radio, tamaño y densidad similares a las medidas de nuestro planeta, por lo que es comparable y podría ser considerado entonces como un mundo muy similar al nuestro, al menos en características generales. Según la NASA, los planetas rocosos apenas hacen el 4 % de los planetas que se consiguen en el Universo, de los miles de mundos documentados hasta ahora.

“Sin embargo, a diferencia de la Tierra, su proximidad a la estrella lo hace tan caliente (unos 1.350 °C) que su superficie es probablemente una inmensa extensión de lava”, afirma Luisa Maria Serrano, investigadora del Departamento de Física de la Universidad de Turín y principal autora del artículo publicado en la revista científica Nature Astronomy.

Para los científicos, el planeta TOI-500b supone una “fiel” representación del destino de la Tierra, y de otros planetas, cuando el Sol atraviese nuevas etapas de su ciclo de vida, es decir, cuando se convierta en una enana roja que desprenda mayor potencia, radiación y energía.

La inmigración de los planetas

El planeta TOI-500b fue identificado primero con el Transiting Exoplanet Survey Satellite (TESS) de la NASA, un instrumento especializado en localizar planetas cercanos a partir de los intervalos de luz que ocurren cuando un planeta pasa alrededor de una estrella, tapando ligeramente su brillo. Después, el planeta gemelo fue confirmado con el espectrógrafo HARPS del Observatorio Europeo Austral (ESO), que también descubrió y encontró mediciones exactas de los otros tres planetas.

Los resultados de ambos análisis arrojaron que los tres planetas de baja masa que orbitan a TOI-500, lo hacen cada 6,6; 26,2 y 61,3 días. “TOI-500 es un sistema planetario extraordinario, importante para comprender el destino dinámico de los planetas”, asegura Davide Gandolfi, investigador del Departamento de Física de la Universidad de Turín y coautor del artículo.

La migración planetaria fue “suave”

Pero la novedad del artículo radica en el proceso que derivó a la configuración del sistema planetario, que no es usual debido a la forma y distancias de cada planeta respecto a la estrella anfitriona. Los astrónomos sugieren que los cuatro planetas no son nativos del sistema, sino que, como los seres vivos, pudieron haber llegado allí por distintas causas.

“Es comúnmente aceptado que los planetas de periodo ultracorto no se formaron en sus órbitas actuales, ya que las regiones más internas de su disco protoplanetario natal tienen una densidad y temperatura inadecuadas para formar planetas, por lo que deben haberse originado más lejos y luego haber inmigrado hacia el interior, cerca de su estrella anfitriona”, afirma Hans J. Deeg, investigador de Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC)

Planetas. / @NASA
Planetas. / @NASA

Aunque no existe un consenso determinado para detallar qué origina la migración de los planetas, se suele decir que se da cuando uno o más mundos interactúan entre sí, despidiendo al otro lejos de su punto original. Pero los astrónomos creen que, generalmente, esto se da de manera errática y violenta, lo que no parece ser el caso de estos cuatro planetas, que dicen que el proceso se dio de manera “suave y tranquila”.

“Se trata de un patrón de migración silenciosa, en el que los planetas se mueven lentamente en órbitas cada vez más cercanas a su estrella, sin chocar entre sí y sin salir de sus órbitas”, explica otro de los autores Felipe Murgas, investigador del IAC. @mundiario

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