Un hombre con parálisis vuelve a caminar con una interfaz activada por sus pensamientos

Gert-Jan Oskam, paciente tetrapléjico que puede volver a caminar. -/ SINC
Gert-Jan Oskam, paciente tetrapléjico que puede volver a caminar. -/ SINC

El neerlandés de 40 años, Gert-Jan Oskam, ha conseguido dar caminatas largas y subir las escaleras con muletas unos 12 años después de un accidente que le dejó tetrapléjico.

Un hombre con parálisis vuelve a caminar con una interfaz activada por sus pensamientos

Un equipo internacional de científicos ha logrado un enorme avance en el campo de la neurociencia y del tratamiento de las enfermedades neurológicas. Los autores de un estudio publicado este miércoles en la prestigiosa revista Nature han conseguido crear un mecanismo inalámbrico y basado en inteligencia artificial que le ha permitido a un hombre tetrapléjico caminar por primera vez en 12 años.

Los investigadores han implantado una suerte de “puente digital” entre el cerebro y la médula espinal de Gert-Jan Oskam, un neerlandés de 40 años que quedó tetrapléjico tras un accidente en su bicicleta cuando regresaba del trabajo en 2011. Se trata de un revolucionario método que involucra dos implantes inalámbricos en el cerebro y un tercero que estimula la médula espinal, con los que puede convertir sus pensamientos en señales eléctricas que le ayudan a mover sus piernas otra vez y, de hecho, le permiten caminar largas distancias con muletas e incluso subir las escaleras con su ayuda.

El mecanismo está compuesto de dos implantes en su cerebro que son capaces de registrar su actividad y de enviarlas hasta un ordenador, como una interfaz que es capaz de leer sus pensamientos, para recopilar estímulos cerebrales gracias a 64 electrodos y lo descodifica todo para mandar las instrucciones a un implante inalámbrico en la médula espinal, que con señales eléctricas puede hacer que el paciente pueda mover sus extremidades a voluntad nuevamente.

Oskam ya había usado un dispositivo más rudimentario en el pasado, pero esta es la primera vez que puede “controlar la estimulación eléctrica” y moverse a voluntad, en lugar de presionar botones de algún aparato para indicarle a sus piernas qué acción hacer. Antes de todos los ensayos clínicos, el accidente le dejó a Oskam la capacidad de realizar actividades remanentes, pero gracias a mucha rehabilitación fue desbloqueando etapas hasta poder recuperar la movilidad en los brazos.

Un puente digital entre el cerebro y la médula

Este hito en la medicina ha sido presentado en el Centro Hospitalario Universitario de Vaud (CHUV), en la ciudad suiza de Lausana, la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) y otros organismos. Tras recibir los implantes, a través de una cirugía en la que deben sustituirse unos cinco centímetros cuadrado del cráneo por una pieza metálica, Oskam debió enfrentarse a una fase de entrenamiento que duró por meses, en los que debía imaginarse moviendo las piernas.

Al dar las instrucciones mentales para mover sus extremidades inferiores su cerebro emitía estímulos que, a través de algoritmos basados en inteligencia artificial adaptativa, eran descodificados y convertidos en datos que en pocos milisegundos llegan a la médula espinal, que finalmente es estimulada para producir el movimiento deseado. “Fue la parte más complicada, pensar en movimiento natural tras 10 años sin intentarlo”, ha afirmado el paciente a la prensa que acudió a la presentación de la investigación.

En un principio, Oskam debió entrenar con un avatar de sí mismo en una pantalla digital que debía hacer que respondiera a sus pensamientos de movimiento, para que finalmente el sistema se acostumbrara a identificar qué significaba cada señal cerebral y a ejecutarla. “En pocos minutos ya podía mover el avatar, así que decidimos probar a ver si podía levantarse, y cuando dio sus primeros pasos casi llorábamos al ver que había sido tan rápido”, dijo la neurocirujana Jocelyne Bloch, otra de las principales firmantes del proyecto.

Pero no solo eso, sino que los científicos creen que la tecnología que han desarrollado podría ayudar a tratar las enfermedades neurológicas de manera personalizada, aunque primero deberán descubrir cómo generalizar los mecanismos y averiguar si funciona a la perfección en cualquier paciente y con qué tipos de lesión es conveniente.

Además, los autores creen que el sistema puede ayudar a sanar las lesiones neurológicas e incluso servir de terapia. “Es probable que la activación simultánea de las neuronas por encima y por debajo de la lesión, que permite la interfaz, junto con sesiones de rehabilitación específicas, favorezca la recuperación neurológica y mejore el cuadro clínico del paciente”, subraya la neurocientífica colombiana Andrea Gálvez, otra de las principales firmantes del estudio. @mundiario

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