La galaxia fantasma tomada por el James Webb asombra a los científicos

La galaxia fantasma (NGC 628) tomada por el James Webb. / @gbrammer
La galaxia fantasma (NGC 628) tomada por el James Webb. / @gbrammer

Un científico danés logró procesar la imagen de una psicodélica galaxia espiral cercana a la Vía Láctea, un gigante vórtice púrpura, a partir de los datos divulgados por la NASA.

La galaxia fantasma tomada por el James Webb asombra a los científicos

La NASA hizo una obra maestra al presentar al mundo, a todo color, las primeras cinco imágenes tomadas por el Telescopio Espacial James Webb el 12 de julio. Pero lo cierto es que este artefacto, el más importante lanzado al espacio sideral hasta la fecha, poco o nada ha estado inactivo desde entonces, captando con sus lentes y sensores todo lo que se consiga por el cosmos y que ayude a los científicos a comprenderlo.

Muchos de los datos que se han captado hasta ahora han sido divulgados progresivamente en la Red, dispuestos para que la comunidad científica analice las imágenes que tanto tiempo lleva esperando y que, incluso, es información a la que el público en general tiene acceso.

Uno de estos pacientes expertos ha pasado horas frente al ordenador indagando en las más asombrosas fotografías que captura el Webb, y ha encontrado una toma impresionante de la “galaxia del Abanico” o conocida también como Messier 74, una galaxia espiral cercana a la Vía Láctea que es usualmente catalogada como uno de los mejores ejemplos de estas formaciones estelares, gracias a sus brazos “perfectamente” definidos.

Pese a que ha sido fotografiada por otros observatorios como el Hubble o el Spitzer, una nueva toma ha salido a la luz mostrándola con lujo de detalles, como nunca antes, asemejándose con una obra psicodélica que pudiera mostrarse en una película de ciencia ficción. Lo mejor es que no la ha revelado la NASA o sus socios de la Agencia Espacial Europea, sino un profesor de Copenhague.

¿Cómo se ha conseguido esta imagen?

Gabriel Brammer, un científico danés que ejerce la docencia en el Instituto Niels Bohr de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, ha procesado los datos públicos del Webb, “traduciendo” la imagen a escalas de colores visibles (rojo, verde y azul) que nos ayudan a distinguir sus impactantes tonalidades púrpuras, para producir la impactante imagen que nos dejó el observatorio.

La imagen de la galaxia, científicamente nombrada como NGC 628, fue recreada a partir de los datos sin procesar del instrumento del infrarrojo medio (MIRI, por sus siglas en inglés) a bordo del Webb, una de sus principales características. A diferencia de su antecesor, el Hubble, este observatorio tiene la peculiaridad de tomar las imágenes a partir de la luz infrarroja, y no la luz visible en el espectro.

Las fotos anteriores ya eran alucinantes y revelaban a ciencia cierta la estructuración de la galaxia, pero los logros del James Webb ahondan en otros aspectos, pues ha podido identificar con solo una mirada su composición química muy especial.

Las nubes de polvo que pueden apreciarse se forman principalmente de moléculas grandes llamadas hidrocarburos aromáticos policíclicos que le dan ese color entre rosado y púrpura, revelado a partir de la combinación de elementos azules y rojos, ante la ausencia de muchas emisiones verdes, según reveló Bammer a The Independent.

Estos son un grupo de compuestos químicos que, al menos en la Tierra, puede encontrarse en la combustión incompleta de petróleo, carbón, combustibles, basura, tabaco o el humo de una parrilla. Es tóxico para la vida, y ha sido identificada ya en meteoros y en una galaxia espiral: NGC 5529.

La ‘galaxia fantasma’ a 32 millones de años luz de la Tierra

Brammer no suele trabajar con objetos que se encuentren relativamente cerca de nuestro planeta, pero cuando vio los datos de esta galaxia en bandeja de plata, a través del Archivo Bárbara Mikuslki para telescopios espaciales, supo que debía trabajar con ello. “En realidad fue lo primero que salió”, dijo, “me dejó alucinado en el momento en que lo abrí en mi pantalla”.

Lo mejor de todo es que la galaxia Abanico es uno de los objetos más propicios para analizar en la astronomía. En términos científicos, se conoce que el eje vertical de esta psicodélica galaxia es perpendicular al plano de observación desde la Tierra. Ello quiere decir que desde nuestro planeta puede verse de frente, como si de un rostro se tratara, en lugar de perfil, donde mucha información acerca de su apariencia puede esconderse, justo como las caras humanas.

“Esta es una galaxia que probablemente se parece mucho a lo que creemos que es nuestra propia Vía Láctea”, dijo Brammer. “Puedes ver todos estos nudos de estrellas individuales que se forman, las supernovas individuales se han disparado y realmente estudias eso en detalle”, añadió.

La apariencia frontal de Messier 74 permite que sea estudiado a mayor detalle. De hecho, los científicos ya han notado ciertas diferencias sustanciales con las imágenes tomadas previamente. El vacío ubicado al centro de la galaxia es distinto, podría ser sospecha de un proceso físico desconocido, y es que también podría indicar pasos clave para comprender cómo se produce y se distribuye el polvo cósmico por las galaxias. @mundiario

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