Los falsos gemelos: Las personas parecidas no emparentadas comparten un ADN semejante

Falsos gemelos, personas parecidas sin parentesco. / SINC/François Brunelle
Falsos gemelos, personas parecidas sin parentesco. / SINC/François Brunelle

Un estudio que involucró algoritmos de reconocimiento y análisis de ADN reveló que el parecido facial entre las personas está asociado a variaciones genéticas.

Los falsos gemelos: Las personas parecidas no emparentadas comparten un ADN semejante

Desde siempre la humanidad ha sentido curiosidad hacia hechos poco comunes. Los gemelos son hermanos, comparten ADN y pueden ser exactamente idénticos o no, según provengan de un solo óvulo (monocigóticos) o si en cambio nacen a partir de dos óvulos fecundados (dicigóticos). A veces al salir por la calle te puedes encontrar a una persona extremadamente parecida a ti, pero que no le conoces de nada.

Se habla entonces de tener un doble, un look-a-like en inglés o la versión alemana y más extendida: doppelganger. Se trata de una persona muy parecida a ti, aunque no seáis parientes. Las redes sociales han venido a intensificar este fenómeno, gracias a la difusión de fotografías de usuarios de todo el mundo. Ahora, por primera vez, la ciencia pone el ojo a este tema para encontrar respuestas aunque la cultura popular ha estado explotándolo desde hace varios años ya.

Un estudio publicado en la revista Cell Reports donde figura como principal autor Manel Esteller, director del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, profesor de Investigación ICREA y catedrático de Genética en la Universidad de Barcelona, demuestra que a pesar de que dos personas muy parecidas puedan no estar emparentadas, sí que comparten un ADN semejante.

Para llegar a esta conclusión, los científicos han reclutado hasta 32 pares de lo que se conoce como ‘falsos gemelos’, o dobles humanos, a partir del trabajo del fotógrafo François Brunelle, quien lleva desde 1999 viajando por el mundo y tomando instantáneas de este tipo de personas que se asemejan.

Las personas parecidas comparten variantes genéticas

Las fotos las pasaron por tres algoritmos diferentes de reconocimiento facial para que constataran su parecido (la mitad de los pares puntuó de manera similar a la que lo harían gemelos idénticos), se tomaron muestras de saliva y un exhaustivo cuestionario acerca de hábitos y de estilos de vida.

Los científicos basaron su estudio en tres pilares: el genoma, el epigenoma y la microbiómica. El primero se trata de la secuencia del ADN, el segundo son los mecanismos químicos que regulan la expresión de los genes en condición del ambiente y los hábitos, así como el tercero es el conjunto de bacterias y virus (microorganismos) que habitan en los cuerpos de cada individuo.

“Descubrimos que los dobles humanos comparten variaciones similares de su ADN, particularmente en relación a genes involucrados en la formación de la boca, la nariz, los ojos, la barbilla y la frente”, asegura Esteller.

“El principal hallazgo es que estas parejas de dobles sin parentesco comparten variantes genéticas, por eso son tan parecidos, mientras que sus diferencias son debidas a la distinta composición de su epigenoma, y al diferente contenido de bacterias y virus en sus cuerpos”, destaca el científico. Además, agrega que como la población de la Tierra ha superado los 7.900 millones de habitantes, es cada vez más probable que se produzcan estas repeticiones.

Los falsos gemelos pueden compartir rasgos del carácter

Los investigadores encontraron “curioso” que, de hecho, que las variaciones genéticas son lo que produce el parecido de una persona a otra. Esteller indica que debido a que existe tanta gente, “por azar se acaban produciendo genomas similares”, o al menos eso es en cuanto a lo concerniente al genoma.

Pese a que el epigenoma distingue a los dobles, los científicos sospechan que podría tener una mayor influencia que en la construcción del rostro o el color de ojos, incluyendo ciertos atributos físicos, hábitos y de comportamiento. “Vimos que hay más determinación genética en si eran más zurdos o diestros, o en la capacidad de ser adictos, por ejemplo: los dos eran fumadores o no fumadores”, añadió.

El estudio apunta a que, gracias al cuestionario de parámetros biométricos que se le practicó a cada participante, los falsos gemelos podrían ser más parecidos de lo que se piensa, especialmente en cuestiones como la altura, el peso, el nivel de educación o los hábitos. @mundiario

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