¿Los dinosaurios eran de sangre fría o caliente?

Ilustración de las tasas metabólicas de los dinosaurios. / SINC
Ilustración de las tasas metabólicas de los dinosaurios. / SINC

Un nuevo estudio donde participó la Universidad Complutense de Madrid pretende sellar definitivamente la disputa. Algunos dinosaurios eran de sangre caliente, como las aves.

¿Los dinosaurios eran de sangre fría o caliente?

Los dinosaurios, criaturas prehistóricas que poblaron la Tierra hace mucho tiempo, han sido asociados desde el inicio con los reptiles, debido principalmente a su apariencia. Un nuevo estudio ha determinado que muchos de estos animales, como el temido Tiranosaurio rex o los de cuello largo como el Branquiosaurio eran de sangre caliente, justo como los mamíferos y las aves.

Una importante investigación internacional, liderada por la Universidad de Yale y donde también participó la Complutense de Madrid, ha revelado nuevas evidencias que sugieren, con bastante contundencia, que muchos de los dinosaurios eran endotermos, es decir, que regulaban su temperatura a raíz de los procesos metabólicos de sus propios cuerpos, a diferencia de los reptiles, que son ectotermos y para calentarse necesitan posar bajo los rayos del sol.

La incógnita de si los dinosaurios eran de sangre fría o de sangre caliente rondaba la cabeza de los paleontólogos desde hace mucho. Todo parecía indicar que eran ectotermos, como los reptiles, hasta que en 1990 se descubrió el primer fósil emplumado, que hizo cambiar todos los paradigmas y planteó la posibilidad de que los dinosaurios estén más emparentados con las aves modernas que con los reptiles; hasta ahora la mayoría de los descubrimientos apuntan a que sí, las aves son descendientes directas de estos grandes y antiguos seres.

“La cuestión de si los dinosaurios eran de sangre caliente o fría es una de las más antiguas de la paleontología, y ahora creemos que tenemos un consenso, que la mayoría de los dinosaurios eran de sangre caliente”, dijo la autora principal del estudio Jasmina Wiemann, investigadora de posgrado en el Instituto de Tecnología de California, en un comunicado de prensa.

Un nuevo método

Para comprobar las hipótesis, los científicos tuvieron que ser creativos. Los procedimientos convencionales que podrían arrojar luz sobre este tema no eran opción. Los análisis de los anillos de crecimiento de los fósiles o el estudio de isótopos químicos presentes en los cuerpos, eran ambiguos dado el proceso de fosilización de las muestras que podrían alterar los marcadores, y que estas técnicas dañan físicamente a los restos, dicho sea de paso.

Los geoquímicos se pusieron manos a la obra ideando un nuevo método, que devino en el rastreo de las partículas químicas cuando interactúan con la luz, llamado espectroscopia infrarroja. El objetivo, según explica Wiemann, era analizar los residuos de oxígeno que es inhalado en el cuerpo y reacciona con los azúcares, las proteínas y los lípidos. La acumulación de estos residuos químicos en determinadas zonas de los fósiles tomaría un color oscuro, señalando su saturación.

Esta saturación indicaría qué tanto oxígeno inhala cada animal, siendo una de las cualidades de las especies de sangre caliente que respiran e ingieren más alimentos que las de sangre fría. Además, estas moléculas son sorprendentemente estables, por lo que los expertos descartaron el temor de que los resultados fueran alterados por la fosilización.

Wiemann y su equipo emplearon fémures de al menos 55 especies diferentes, 30 extintos y 25 animales existentes en la actualidad. Las muestras comprendían entre dinosaurios, reptiles voladores gigantes llamados pterosaurios, reptiles marinos como los plesiosaurios, así como las aves, mamíferos y lagartos modernos. Los resultados de los fósiles fueron comparados con los animales modernos, permitiendo así categorizar cada ejemplar de acuerdo con el nivel de similitud de las manchas en cada fémur (entre más oscuro era tendría que ser de sangre caliente).

Algunos dinosaurios son de sangre fría

El estudio, publicado este miércoles en la revista Nature, confirmó que las tasas metabólicas de la mayoría de los dinosaurios analizados eran típicamente más altas, e incluso superaban a las de los animales modernos. Los humanos y otras especies regulan su temperatura corporal entorno a los 37 °C, pero muchos de estos dinosaurios alcanzaron una media de 42 °C, la misma que comparten las aves de hoy en día.

“Con nuestra nueva evidencia de un metabolismo ancestral de nivel aviar en todos los dinosaurios y pterosaurios, todos los dinosaurios de sangre caliente probablemente tenían altas temperaturas corporales, comparables a las de las aves modernas”, dijo Wiemann

Representación de un dinosaurio. / RR SS.
Representación de un dinosaurio. / RR SS.

No obstante, notables excepciones se saltan este descubrimiento. En efecto, especies tan reconocidas como el Triceratops o el Estegosaurio presentan tasas metabólicas más inferiores, llegando a los niveles de los lagartos modernos. Ambas especies pertenecen a orden de los ornistoquios, caracterizados por poseer una cadera reptiliana.

“Los lagartos y las tortugas se sientan al sol y toman el sol, y puede que tengamos que considerar una termorregulación ‘conductual’ similar en los ornitisquios con tasas metabólicas excepcionalmente bajas. Los dinosaurios de sangre fría también podrían haber tenido que migrar a climas más cálidos durante la estación fría, y el clima podría haber sido un factor selectivo para el lugar donde algunos de estos dinosaurios podían vivir”, sostienen los investigadores.

No fue la causa de su extinción

Durante muchos años, mientras se pensaba que los dinosaurios eran ectotermos, se llegó a creer que esta condición habría sido la causa principal de su extinción al final del periodo Cretácico, después de todo ¿cómo regulaban su temperatura externamente si el entorno era un caos?. Al no tener la potestad para autorregular su temperatura, debían depender de las fluctuaciones térmicas del ambiente.

Los investigadores desmontan esta teoría dado que muchos animales de entonces, que sobrevivieron a la extinción hace 66 millones de años, eran endotermos, como es el caso de las aves. Si los dinosaurios poseían características similares, no se explica cómo ellos sí dejaron de poblar la Tierra.

“Según los resultados de esta investigación, ser endotermo no es una ventaja ante extinciones masivas y habría que buscar otras causas ajenas al metabolismo que poseían, que era similar al de los mamíferos y aves que sí sobrevivieron”, añade Iris Menéndez, paleontóloga de la UCM y coautora del estudio. @mundiario

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