¿Naves extraterrestres o rocas?: Descubre que son Oumuamua y Borisov

This image was taken with the FORS2 instrument on ESO’s Very Large Telescope in late 2019, when comet 2I/Borisov passed near the Sun. Since the comet was travelling at breakneck speed, around 175 000 kilometres per hour, the background stars appeared as streaks of light as the telescope followed the comet’s trajectory. The colours in these streaks give the image some disco flair and are the result of combining observations in different wavelength bands, highlighted by the various colours in this composite image.
Espacio. / RR SS.

El astrónomo Rafael Bachiller dio a conocer fenómenos más espectaculares del Cosmos. Temas de palpitante investigación, aventuras astronómicas y novedades científicas sobre el Universo analizadas en profundidad. 

¿Naves extraterrestres o rocas?: Descubre que son Oumuamua y Borisov

Un reciente estudio dio a conocer que el cometa interestelar Borisov es un objeto procedente de otro sistema planetario que ha permanecido inalterado desde su formación. Algunos consideran que Oumuamua podría ser una nave extraterrestre, pero la hipótesis más plausible es que sea otra roca similar al núcleo del Borisov. 

Con la publicación reciente del libro Extraterrestre, el catedrático de Harvard Abraham Avi Loeb ha reavivado la polémica sobre la naturaleza del extraño objeto Oumuamua. Según puede leerse en el capítulo Singularidades de este polémico libro, Loeb defiende que Oumuamua es, muy posiblemente, una nave interestelar creada por una civilización extraterrestre. Así lo explica en la excelente entrevista realizada por Teresa Guerrero para EL MUNDO. 

No obstante, la mayoría de la comunidad científica dan a conocer que las singularidades de este peculiar objeto pueden explicarse suponiendo que se trata de un asteroide, una gran roca alargada del tamaño de dos campos de futbol, que proviene de otro sistema planetario. 

Oumuamua pasó muy veloz y solo pudo observarse durante unas pocas semanas poco después de su descubrimiento en octubre de 2017. En agosto de 2019, cuando todo lo planteado y lo que decían estaba centrado en el análisis de las observaciones de este extraño objeto, Guennadi Borisov, un ingeniero y astrónomo amateur, divisó, con un telescopio construido por él mismo instalado en el patio de su casa en Crimea, otro objeto que se dijo iba a tener una órbita tan peculiar como la de Oumuamua. Este nuevo astro fue denominado Borisov haciendo referencia a su descubridor. 

¿Otra nave interestelar a la vista? 

Borisov llevó hacia sí, entonces toda la atención y la mayor parte de los telescopios repartidos por todo el mundo se volvieron hacia él. La órbita de Borisov también daba a conocer  que este objeto había penetrado en nuestro sistema solar proveniente de otro sistema planetario, pero, en contraste con Oumuamua, que fue observado tan poco tiempo, Borisov ha podido ser visualizados durante algún periodo.  

Otra diferencia con Oumuamua es que Borisov desarrolló una pausa en su paso cercano al Sol, esto ha permitido estudiar su composición con una amplia variedad de técnicas. A primera vista, tras varias observaciones realizadas desde tierra, por ejemplo, con el Telescopio William Herschel de Canarias y el Gemini en Hawái, el Borisov todo indicaba que era muy similar a los cometas de nuestro sistema solar: un objeto rojizo oscuro con un núcleo de un par de kilómetros de diámetro. Teresa Guerrero informó puntualmente de estos primeros resultados.  

Cápsula del tiempo 

Borisov es por tanto un mensajero interestelar de un importante valor. Es como una cápsula del tiempo que contiene información sobre las condiciones físicas y la composición química de un sistema planetario en el momento en el que se formaban sus planetas. En lo que respecta a Oumuamua, hay muchos indicios de que pudiese tratarse del núcleo ya apagado de un cometa similar al Borisov. 

El nombre Oumuamua deriva del hawaiano, quiere decir algo así como explorador o primer mensajero que llega de lejos. Junto con Borisov, ambos son, indiscutiblemente, mensajeros interestelares y por supuesto extraterrestres. Pero no hay ningún indicio convincente de que se trate de naves procedentes de una civilización ajena a la nuestra. 

El valor de la astronomía amateur 

Gennady Borisov puede sentirse muy bien por el hecho de haber descubierto desde el patio de su casa un cometa interestelar como este, procedente de otro sistema planetario a varios años luz de distancia.  

Entre tanto, el trabajo que realizan los astrónomos amateurs, escudriñando el cielo con paciencia infinita, noche tras noche, es extremadamente valioso. Tras sus descubrimientos, los astrónomos profesionales dedican el precioso tiempo de los grandes telescopios para realizar los estudios que permiten determinar las características detalladas de cada objeto descubierto. @mundiario 

 

 

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