¿Cómo se extinguió el megalodón, el tiburón más grande de todos los tiempos?

Reconstrucción artística de un megalodón. / SINC
Reconstrucción artística de un megalodón. / SINC

La extinción de uno de los mayores carnívoros que alguna vez haya habitado en la faz de la Tierra, pudo haberse debido a la competencia del tiburón blanco.

¿Cómo se extinguió el megalodón, el tiburón más grande de todos los tiempos?

El megalodón, el tiburón más grande jamás descrito por la ciencia, habitó los océanos de la Tierra imponiendo su dominio por 22 millones de años. Alcanzaba 20 metros de longitud, el triple del tamaño de los tiburones blancos de la actualidad, y debido a su voracidad terminó siendo uno de los principales depredadores en nuestro planeta durante mucho tiempo, hasta que, inexplicablemente, desapareció.

La extinción del megalodón, hace unos 3.6 millones de años, ha sido otro de los grandes misterios de la ciencia. Algunas hipótesis buscaban responder a esta incógnita, sin llegar a ser definitivas. La muerte del tiburón y otras especies marinas provocadas por una supernova o el cambio climático que pudo afectar sus zonas de cría fueron posibilidades que nunca terminaron de cuajar, mucho menos la teoría que estipula que en realidad el megalodón continúa vivo y coleando, rechazada por la comunidad científica.

Un nuevo estudio publicado en la revista especializada Nature Communications respalda un punto de vista que, ha sido pensado con anterioridad, pero nunca ha sido apoyado con evidencias que fundamenten cómo se acabaron estos animales marinos. En concreto, un equipo internacional de científicos ha determinado que es plausible que la extinción del megalodón haya estado condicionada con la competencia que representaban los tiburones blancos.

La investigación apoya la hipótesis de que lo que acabó con estos fantásticos seres fue la falta de comida. De acuerdo con los científicos, la aparición tardía de los grandes tiburones blancos (Carcharodon carcharias), que rápidamente se posicionaron también al tope de la cadena alimentaria, pudo haber acorralado al megalodón en la competencia por las presas, forzando su desaparición a raíz de la presión ejercida por estos eficaces y más pequeños escualos, es decir, tiburones.

Pudieron haber competido por comida

Para llegar a esta conclusión los investigadores analizaron los restos de varias especies marinas, extintas y actuales, principalmente dientes. Se procedió a medir las proporciones de zinc que se encontraron en los esmaltes de estas muestras, una prueba que ayuda a determinar qué tanto comían los animales y poder inferir su dieta, la cual juega un papel importante para comprender el estilo de vida de los animales y, además, conocer cuál es su posición en la cadena trófica.

Este equipo internacional de científicos, liderado por Jeremy McCormack de la Universidad Goethe de Frankfurt, en Alemania, ha recurrido al isótopo de zinc Zn-66 para llevar a cabo la evaluación geoquímica del nivel trófico de, al menos, unas 20 especies de tiburones vivos, entre ejemplares de acuario y salvajes, así como 13 especies fósiles, entre ellas el megalodón (Otodus megalodon).

Al comparar los valores resultantes de cada muestra, especialmente los dientes del megalodón y del tiburón blanco, se pudo determinar que en algún momento del Plioceno temprano (hace entre unos 5.3 y 3.6 millones de años atrás), los niveles del tiburón blanco se superpusieron a los del megalodón, lo que sugiere que pertenecían al mismo escalafón de la cadena trófica, por lo que competían por las mismas presas como ballenas, marsopas y otros animales marinos.

Existen más factores que la competencia

Siendo el zinc un mineral absolutamente necesario para la vida y diversos procesos bioquímicos de los seres vivos, se decidió optar por el análisis de sus isótopos estables, un conjunto de átomos de zinc que permanecen intactos en el tiempo debido a sus propiedades.  “En los tejidos de los vertebrados, por ejemplo, proviene principalmente de la dieta y sus isótopos son un indicador útil del nivel trófico en los mamíferos”, alegan los investigadores.

No obstante, alertan de que todavía faltan muchas pruebas de distintos ámbitos para determinar cómo o por qué se extinguió el megalodón; como con cualquier especie animal son muchas las condiciones que pudieron forzar su desaparición.

Tiburon blanco nadando en el mar Pixabay
Tiburon blanco nadando en el mar Pixabay

“La extinción del O. megalodon puede haber sido causada por múltiples factores ambientales y ecológicos combinados, incluido el cambio climático y limitaciones térmicas, junto al colapso de las poblaciones de presas”, reconocen los autores, pero también por “la competencia de recursos con el tiburón blanco”, como muestra su estudio. @mundiario

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