Un brote de gripe aviar obliga a sacrificar más de 269.000 aves en España

Gallinas sacrificadas en Íscar (Valladolid). Pedro Armestre _ Greenpeace
Gallinas sacrificadas en Íscar (Valladolid). Pedro Armestre _ Greenpeace

El virus ha sido detectado en seis granjas avícolas y en 12 zonas silvestres desde principios de 2022. 

Un brote de gripe aviar obliga a sacrificar más de 269.000 aves en España

España afronta el peor brote de gripe aviar del que se tiene constancia: el virus H5N1 ha obligado a sacrificar más de 269.000 aves en el país desde el inicio de 2022. La cepa, que afecta a aves silvestres y de granja pero es poco transmisible a humanos, ha sido detectada en seis granjas avícolas y en 12 zonas silvestres.

El caso más reciente es el de un foco en una explotación de gallinas ponedoras en el municipio de Íscar (Valladolid), donde 133.000 animales han sido sacrificados. Las alertas se encendieron en la zona a principios de esta semana por el aumento de mortandad entre las aves enjauladas y, días después, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación confirmó los contagios. 

"Fue el propio dueño y los veterinarios de la explotación los que avisaron de una elevada mortalidad en la explotación. En el día de ayer las muestras se remitieron al Laboratorio Central de Veterinaria de Algete que confirmó la enfermedad del virus H5N1", ha explicado el director general de Producción Agropecuaria, Agustín Álvarez. La situación ha empujado a las autoridades a extremar la vigilancia en otras 32 granjas con más de un millón de aves en total.

Contagios en seis granjas

El brote ha puesto en alerta al Gobierno regional y al Ministerio de Agricultura, ya que es el segundo que se registra en especies domésticas en Castilla y León en un mes: el pasado mes de enero se decretó el primer foco en la localidad segoviana de Fuenterrebollo, con casi 19.000 pavos sacrificados.

 

Brotes en aves silvestres

Sin embargo, los contagios en la región no fueron los primeros casos del país… o los únicos. En total, en España ya se ha detectado la cepa de la gripe aviar en seis granjas de gallinas, pollos y pavo, en los municipios onubenses de Villarrasa, Niebla y Trigueros y en el de Carmona (Sevilla). Y más allá de las granjas, Agricultura ha registrado 12 casos de ejemplares silvestres contagiados con el virus en Lleida, Girona, Ávila, Palencia.

El primer foco fue detectado en Soses (Lleida), en cuatro cisnes y una cigüeña que fueron halladas muertas en el río Segre durante la primera semana del año. Desde entonces, la afectación a aves silvestres se ha detectado en otras zonas de las provincias antes mencionadas. 

“Hasta el momento no hay constancia de que el subtipo H5N1 que durante los últimos meses está afectando a Europa tenga capacidad zoonósica significativa (transmisión a las personas), se recomienda minimizar el contacto innecesario con las aves que muestren síntomas clínicos o se hallen muertas en el campo”, ha recalcado la Subdirección de Sanidad e Higiene Animal del ministerio. “El virus no puede ser transmitido al hombre a través de carne de ave cocinada, huevos o productos procesados derivados de ellos”, ha insistido el Ministerio de Agricultura, que sí ha pedido que se refuercen “las medidas de bioseguridad en las explotaciones avícolas, especialmente aquellas medidas destinadas a evitar el contacto con aves silvestres”. 

 

Contagio por excrementos de aves silvestres

Höfle recuerda que detrás de la entrada del virus al país podrían estar las aves migratorias infectadas, que en sus rutas pueden entrar en contacto -directo o indirecto- con aves de granja. En ese sentido, Agustín Álvarez ha avanzado que el contagio en Fuenterrebollo se produjo por los excrementos depositados por aves silvestres contagiadas en el pajar de la explotación afectada.

En Europa, entre tanto, se han notificado un total de 1.750 focos de influenza aviar de alta patogenicidad (IAAP) en 31 países, desde el 1 de agosto de 2021 hasta el 17 de enero de 2022: 712 en aves de corral y 1.038 en aves que no sean de corral. 

Por su parte, la organización ecologista Greenpeace, que ha documentado el sacrificio de las 133.000 gallinas ponedoras en Íscar  ha calificado a “la ganadería industrial” como “una auténtica bomba de relojería” y ha recordado que el brote ha estallado en “una de las zonas de mayor producción avícola de todo el país”. “Es urgente poner fin a este destructivo modelo que está poniendo en jaque la salud del planeta y también la de las personas”, ha sentenciado la ONG. @mundiario


 

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