Algunos científicos aseguran que la ivermectina in vivo es tóxica

Invermectina.
Invermectina.

En cualquier enfermedad infectocontagiosa hacen falta dos cosas, una vacuna para prevenirla y un fármaco para tratarla, porque la vacuna reduce las chances pero nunca las anula.

Algunos científicos aseguran que la ivermectina in vivo es tóxica

Como lo expresara en mi último artículo la ivermectina y la Covid-19: la experiencia argentina se desarrolló un simposio, vía web, el cual reunió el trabajo de diferentes científicos en varias provincias del país. En esta oportunidad ampliaré algunas de las diferentes aristas de este promisorio proyecto donde expondré algunos datos otorgados por el investigador principal de IverCar (ivermectina más carragenina), el Dr. Héctor Carvallo; para ello comenzaré por su respuesta a los detractores, quienes utilizan el argumento que para usarla in vivo se tiene que aumentar la dosis en varias veces, unas 35, lo cual sería tóxico. Para Carvallo esto es de una gran ignorancia ya que in vitro se trabajó con microgramos, en células Vero de riñón de mono (lo que significa una milésima parte) mientras que en humanos se utiliza en miligramos (de hecho en la escabiosis, comúnmente llamada sarna o sarnilla, se usan 12 miligramos). Para ejemplificar utilizó lo sucedido en África, con la oncocercosis, donde se llegó a utilizar hasta 100 veces  la dosis estándar, mientras que con estos protocolos, en los casos más severos se llegó a utilizar hasta 60 mg; es decir, se la quintuplicó, por lo que es imposible que se alcance la dosis toxica.

El tratamiento inicialmente se administró a 170 pacientes, aunque a nivel país tienen datos concluyentes de un estudio multicéntrico, desarrollado en distintas provincias como Salta, Jujuy, Santa Fe, Tucumán y Buenos Aires que involucran a 1500 pacientes con PCR positivo, donde hubo 400 casos leves que no requirieron internación, porque no progresaron a estadios más severos, siendo dados de alta en 10 días.

En cuanto a la forma de administrar la dosis, la ivermectina, si el objetivo es tratar parásitos, se debe tomar con el estomago vacío o alejada de las comidas; en estas circunstancias la pretensión es eliminar parásitos intestinales por lo que el tubo digestivo debe estar lo más limpio posible. En cambio, en esta pandemia se pretende llegar a la célula, y para ello hay que ingerirla después de una comida con abundante tenor graso (como por ejemplo, con palta o pescado graso con pan), incluso acompañada con una copa de vino.

En cuanto a los protocolos desarrollaron dos, uno de prevención y otro de tratamiento con estas indicaciones:

En el esquema de profilaxis se utilizan 12 mg una vez por semana, durante 8 a 10 semanas (el Dr. Roberto Hirsch demostró que después de ese tiempo se acumula en el tejido adiposo y durante 4 meses sigue manteniendo un efecto beneficioso), y a los 4 meses se puede volver a administrar o hacer el segundo ciclo.

Al esquema de tratamiento se lo va fraccionando de acuerdo a la severidad del caso y teniendo en cuenta el peso; de forma tentativa, sin conocer este último, se podría indicar en los casos leves 24 mg, en los moderados 36 mg y en los severos  48 mg, una vez por semana y por dos semanas.


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La ivermectina no está contraindicada con las comorbilidades; la obesidad, que es una enfermedad multi-sistémica, es la más peligrosa porque el virus se distribuye en el tejido adiposo y desde allí produce los procesos de híperinflamación e hípercoagulabilidad, aunque en este punto tenemos una buena noticia, y es que la ivermectina se aloja en el mismo lugar, y si el virus ingresa se encuentra con un territorio totalmente hostil, enfatizó Carvallo.

Por citar dos ejemplos de su utilización, en la provincia de Tucumán (por su autonomía sanitaria, como el resto de las provincias de Argentina) aplicaron los protocolos de ivermectina y bajaron los casos al 10%, a tal punto que tienen abierto hasta los bares; situaciones similares se dieron en algunas alcaldías de Brasil donde se compararon ciudades con iguales características, unas usaron ivermectina y otras no, y los resultados fueron como el día y la noche; quienes la usaron no tienen ni la quinta parte de los casos que tienen las otras.

Dentro de la contraindicaciones están la alergia al fármaco, el embarazo, lactancia y en menores de dos años.

También, a modo de una reflexión, Carvallo sugirió algunos ítems:

> En cualquier enfermedad infectocontagiosa hacen falta dos cosas, una vacuna para prevenirla y un fármaco para tratarla, porque la vacuna reduce las chances pero nunca las anula;

> iniciar la terapia lo antes posible ya que no le va a causar ningún daño; ahora si espera una semana seguramente el caso puede pasar de leve a moderado o severo;

> a la vez, agregó que la ciencia está muy subordinada a los intereses económicos de los grandes laboratorios y esto explica el porque se está haciendo tanto énfasis en la vacuna y se olvidan de otras herramientas farmacológicas;

> la automedicación lleva al mal uso y esto a fallas terapéuticas, de hecho existen casos que utilizan los productos veterinarios, y esto es un gran riesgo.


Fuente: Dr. Héctor Carvallo, investigador principal de los protocolos IverCar, médico endocrinólogo, ex-profesor adjunto de Medicina Interna de la UBA; profesor de Medicina Interna de la U.A.I. y la U.M.  

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