Dos caballos dan positivo por fiebre del Nilo en Badajoz
La fiebre del valle del Nilo es una enfermedad vírica, endémica en África, que afecta fundamentalmente a aves,aunque también puede afectar a mamíferos como el caballo o el hombre, y en estos últimos casos la enfermedad actúa como un "fondo de saco", ya que ni puede haber transmisión de hombre a hombre, ni de caballo a caballo ni entre ambas especies. Este verano, esta enfermedad vírica está golpeando en Andalucía.
Hasta el momento las muestras positivas de este virus siguen siendo 31, y el número de casos confirmados se mantiene en 21, según datos de la Consejería de Salud y Familias. Este virus se ha cobrado tres muertes en la provincia de Sevilla. La última víctima ha sido un hombre de 70 años, el pasado viernes 28 de agosto, que estaba ingresado en UCI del Hospital Universitario Virgen del Rocío. Como consecuencia del brote, detectado en la comarca del Bajo Guadalquivir, principalmente en Coria del Río y La Puebla del Río, han fallecido otras dos personas: una mujer de 85 años, hospitalizada en el citado centro, y un anciano de 77 años, vecino de La Puebla.
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La extensión del virus ha llegado ahora a los equino, así la Dirección General de Agricultura y Ganadería de la Junta de Extremadura ha comunicado a la Red de Alerta Sanitaria Veterinaria (RASVE) del Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación de dos casos positivos de fiebre del valle del Nilo en caballos, en las localidades pacenses de Guareña y Santa Amalia. Ambos caballos están en tratamiento de los síntomas que padecen, según informa la Junta de Extremadura en nota de prensa.
El cuadro en mamíferos es habitualmente asintomático, pero también puede cursar de forma grave provocando encefalomielitis (un ataque breve pero intenso de inflamación en el cerebro y la médula espinal) como está ocurriendo en algunos casos este año en Andalucía, señala el Ejecutivo regional, que añade que el paso de aves migratorias por los humedales de Andalucía y Extremadura es un factor de riesgo para esta enfermedad. Así, la transmisión al caballo o al hombre se produce por la picadura de un mosquito del género Culex que previamente ha picado a un ave infectada.
Se recomienda a los propietarios de los caballos la desinsectación y limpieza de instalaciones y aplicación de repelentes contra los insectos a los animales, así como mantenerlos encerrados y protegidos en las horas de mayor actividad de los mosquitos, y recuerda que para los équidos existen vacunas contra esta enfermedad que ayudan a controlar la enfermedad. @mundiario
