La posición de Luis Suárez no puede ser un problema para Luis Enrique

Tras cumplir la sanción impuesta por la FIFA, Luis Suárez ya ha disfrutado de dos titularidades consecutivas con el F.C. Barcelona en partidos de liga. Probablemente su debut en el Bernabéu fuese precipitado, ya que todavía no tenía el ritmo de competición necesario para afrontar un partido de esa exigencia, si bien es cierto que durante el tiempo que estuvo sobre el campo no desentonó sobre el nivel medio del resto del equipo.

Ya en el segundo encuentro disputó los 90’, generando peligro cada vez que entró en acción, moviéndose con criterio, combinando bien con sus compañeros y disparando a gol cuando tuvo ocasión. Es más, solo una mano milagrosa de Sergio, portero del Celta, impidió que consiguiese el tanto del empate cuando el partido estaba a punto de finalizar.

Pero lo que sí llamó poderosamente la atención en ambos encuentros fue la posición de partida en la que le situó Luis Enrique, escorado a la banda derecha, fuera de su hábitat natural: el área.

Si la junta directiva del Barça decidió este verano invertir algo más de 80 millones de euros en fichar al máximo goleador de la Premier League y Bota de Oro, se supone que fue para que el uruguayo rentabilice con goles el esfuerzo económico que ha supuesto su contratación. Y que es tarea del entrenador conseguir que encajen con el resto de las piezas y que forme un tridente demoledor, acompañado por Messi y Neymar. En otras palabras, que se fichó a un goleador a precio de goleador, no se trajo a un extremo para centrar balones a la olla.

Por eso sorprendió verle lejos del área, recordando tiempos pasados, como cuando Cruyff colocaba de extremos a Lineker y a Julio Salinas buscando no se sabe exactamente qué. Pero Cruyff era Cruyff, y ya se sabe que a los genios se les permite todo, incluso las más inexplicables cruyffadas.

Así es que ahora uno de los principales trabajos que tiene Luis Enrique es ensamblar a los tres cracks con los que cuenta para perforar las porterías contrarias, aunque para ello debe darle una vuelta de tuerca al conocido como ‘estilo Barça’. Estas son las opciones:

. 4-3-3: Con este sistema mantendría la esencia del juego azulgrana, aunque deberá darle algún retoque, como el de jubilar la figura del ‘falso 9’. Para ello, necesitará un centro del campo fuerte, con Busquets/Masche (el que esté en mejor forma) en el eje flanqueado por Rakitic e Iniesta. Messi partiría desde la derecha, aunque con libertad para moverse por toda la zona de ataque, Neymar desde la izquierda desbordando y tirando diagonales hacia el área y Luis Suárez en punta, atento a combinar y a rematar todo lo que caiga en las inmediaciones del área.

. 4-4-2: En este caso el equipo dejaría las bandas libres para sus laterales, y los cuatro centrocampistas se colocarían en rombo con Messi en una de las puntas, justo detrás de Neymar y Suárez, quienes se pelearían y desplazarían a los centrales de sus posiciones para abrir huecos facilitando la llegada desde la segunda línea. Esto le daría a Messi variadas opciones de pase y la posibilidad de encontrar el camino del área más despejado.

. 4-2-3-1: Podrían seguir jugando los mismos, pero variando su posición. Rakitic sería el complemento del mediocentro, y por delante jugaría una línea de tres formada por Iniesta, Messi y Neymar con libertad para intercambiar posiciones, tirar paredes, liberar las bandas para las incorporaciones de los laterales y buscar constantemente a Luis Suárez en las inmediaciones de la zona caliente de gol.

En cualquiera de estos supuestos lo que sería innegociable es la posición del goleador uruguayo, un depredador del área, al que se ha fichado para que marque goles y no para que envíe centros para que los rematen otros.

En la pizarra de Luis Enrique está dar con la tecla más adecuada, porque de la resolución de este puzzle seguro que dependerá el éxito o no de esta temporada. @AleguimaD