¿Necesita el Deportivo hacer cambios urgentes o aún tiene margen de maniobra?
Un gol de Edgar Méndez en el tiempo añadido le dio tres importantes puntos al Almería. Partido aburrido en el que el público farfulló sobre el cese Victor Fernández.
Lo que en otros tiempos fue un fortín, cada semana se convierte en la recreación de El Álamo, y tanto va el cántaro a la fuente que al final termina rompiendo. El conjunto coruñés no acaba de convencer y todavía no ha tocado puestos de descenso. Suenan alarmas en Riazor y de vez en cuando algún que otro silbido de una parroquia descontenta que ve como el equipo no avanza por la senda correcta.
Pese a la paciencia, la fe y el amor desconsiderados que se tiene desde la grada, cuando los resultados no acompañan y el juego tampoco; una de las aficiones más entregadas de la Liga, que me consta que la blanquiazul lo es, también llega a desesperarse.
Frente al Almería, en un partido cargado más de voluntad que de juego por ambos equipos, el Depor dejó clara que muchas veces la mejor defensa no es el ataque. Menos en su casa que tiene filtraciones en defensa y un ataque que con Postiga en punta no se nos antoja, hasta el momento, muy resolutivo.
En el gol almeriense, un contraataque surgido de una pérdida en el área contraria, media un continente entre los defensores deportivistas, que comunican por Morse su intención de cubrir huecos. La descolocación de las líneas provoca una falta de entendimiento que en el uno contra uno final, cae a favor del cuadro andaluz. Todavía más doloroso cuando falta menos de minuto y medio para la conclusión del partido.
El Deportivo de La Coruña juega su liga contra equipos como el Almería, Córdoba, Granada... que faltos de plantilla y presupuesto intentan conservar la categoría con los mimbres que poseen. En el caso blanquiazul, la falta de previsión por parte de una directiva que llega tarde, amplía el plazo de pretemporada hasta el final de la primera vuelta. La cohesión del equipo y el cuerpo técnico todavía no se ha logrado y tanto unos como otros siguen luchando porque llegue lo antes posible.
Hasta el momento el consejo de administración y un entrenador venido del barbecho de seis años sin pisar un campo de futbol están desilusionando a la grada. Quizás sea el momento de analizar cambios de por medio, antes de que éstos se desarrollen en sentido contrario y transformen a quienes los toleran en víctimas de sus propios errores. En definitiva, ¿llegó el momento de que el Deportivo se plantee hacer cambios o aún tiene margen?
