La XIII Mostra Fenosa, ¿timo para pijos sin corbata, listillos y políticos con complejos?
La XIII Mostra Internacional Gas Natural Fenosa vuelve a demostrar que no hay cambios en el arte contemporáneo mediático. El gran público no cuenta porque "no entendemos".
La XIII Mostra Internacional Gas Natural Fenosa vuelve a demostrar que no hay cambios en el arte contemporáneo mediático. El gran público no cuenta porque "no entendemos".
Recientemente, se ha inaugurado en el MAC, el Museo de Arte Contemporáneo Gas Natural Fenosa, la XIIIª edición de la Mostra Internacional Gas Natural Fenosa, bienal de arte que ahora cumple 25 años, un premio artístico de gran prestigio internacional al que acuden artistas de todo el mundo. La inauguración contó con todo el boato de parabienes y rendez vous de los políticos y los intelectuales que suelan acudir invitados a este tipo de eventos.
Se comentaba que con la crisis estaba habiendo una vuelta atrás al papanatismo y volvía a apostarse por valores con talento al margen de toda esta parafernalia del mundo gráfico donde hay mucho animador sociocultural, diseñador gráfico, pero pocos artistas con oficio. Iba con la ardiente esperanza de que fuera así.
Pero no, mi gozo en un pozo… He vuelto a ver más de lo mismo... otra milonga que venden como rupturista y que es una completa gilipollez y timo para necios, pijos sin corbata y listillos… El gran público no cuenta porque... "no entendemos".
Se ha publicado que la razón de la irracionalidad de estas estupideces supinas elevadas a la categoría de arte es la existencia de una conspiración entre artistas escasos de talento pero listos para el negocio y una camarilla de arrogantes directores de museo, comisarios y coleccionistas particulares.
Pero yo añadiría a este grupo a políticos con complejos que oyen a estos anteriores como cantos de sirena de Ulises y a jurados de premios igual de acomplejados que el emperador ante su traje invisible.
Los que me leen saben que suelo emplear con frecuencia esta fábula del traje del emperador. Aquella fábula de unos timadores que hacen un traje invisible al emperador que sólo pueden ver los inteligentes… Nadie de la corte imperial ni del pueblo osaba reconocer que no lo veía para no quedar ante sus vecinos como faltos de inteligencia. Esto es igual: todos los que tenemos sentido común sabemos que la mayoría de las obras presentadas son una patochada, y que un retrovisor viejo es un retrovisor viejo por mucho que el artista diga que son “Reflexiones de un dinamismo obsoleto” y que una colcha con una fregona, lo mismo, pero pocos se atreven a decirlo por miedo a quedar como “no entendidos” o pecar de no ser modernos… y ahí tenemos a los políticos de turno contemplando la fregona con cara de póker, como aquel emperador cuando le cogían el invisible dobladillo del traje mágico.
Pudimos ver abriendo la rutilante Mostra una alfombra de las que venden en los bazares chinos decorada con retrovisores de coches, y entre otras obras maestras (porque sólo expusieron 50 seleccionadas entre 600) un sofá colgando (eso sí, vintage que mola más), un ramajo de pino reseco, un recorte de casita de niños con banderitas de los países europeos, una lámpara cuadrada con un led en su parte inferior, vídeos, una torrecita con palitos de madera… Y en un sitio destacado un trozo de colcha de flores (reutilizada, no coisda por el artista) ¿étnica? con una especie de peluca verde de carnaval gaditano o fregona de color chillón en uno de sus flancos.
Los subtítulos se pueden imaginar… un mundo deshumanizado, la soledad del individuo… y metáforas por el estilo que valen para casi todo… porque en realidad son la justificación del absurdo.
Lo premiado, lo más soportable
Dentro de la gravedad, en su favor, tengo que decir que lo premiado era lo más soportable... solo que no eran específicamente obras de arte, sino otras cosas, respetabilísimas, pero otras cosas.
La obra ganadora era un vídeo, cuando, en realidad, los vídeos deberían estar en otro tipo de certámenes del mundo audovisual, que hay unos cuantos, y dejar los concursos de arte para las disciplinas clásicas, que hay muy pocos. De hecho, su autor, Lois Patiño, recibío el galardón al Mejor Documental en los Premios Mestre Mateo de este año por Costa da Morte… El vídeo trataba de unos esquiadores en una ladera. Eso sí, filmados con telobjetivo “para que parecieran hormigas”; por eso era arte.
El segundo premio era una composición de fotocopias, perdón “impresiones” con trazos negros ensambladas con chinchetas de colegio que representaban planos de cárceles y una especie de utensilios que eran reproducción de armas requisadas a reclusos, transformadas en elementos de orfebrería. Tal vez no fueran fotocopias y fueran dibujos con rotulador. Es decir, que lo que se premió fue la idea, perdón, el concepto... porque eso de las cartulinas con chinchetas dígame usted... y los utensilios eran bonitos, ¿pero tanto para que ganasen un premio de 7.000 euros en un certamen de arte?
El tercero estaba muy bien: era una sugerente composición realizada con un montaje de centenares de fotografías que sería muy merecedora de un premio en un certamen fotográfico.
El cuarto al menos eran dos óleos. ¡Por fin! Y era una bonita obra de arte del lalinés Alvaro Negro que representaba un precioso árbol con un intenso colorido en tonos verdes, pero claro, no era solo eso. ¡A buenas horas un mísero arbol iba a ganar un premio de pintura"… Tenía un "concepto" detrás… En fin, el árbol junto a un hermoso cuadro de la Plaza del Vaticano, los elementos más decentes de la muestra… Hasta parecía raro verlas allí.
Y aunque yo por activa y por pasiva muestro y publico mi indignación, encuentro pocas voces que me comprendan, y mucho menos dentro de “los círculos”. Y es que para los influyentes “arte es todo”, desde una foto de un traje de lagarterana a un madero con puntas y clavos. Hoy, por ejemplo, según testimonios de docentes, el dibujo y el color, las dos bases irrefutables de la pintura son abiertamente relegados en la Escuela de Bellas Artes de Pontevedra. Los alumnos gallegos de esta escuela están completamente lobotomizados con el discurso del concepto (lógico, por otra parte, porque pintando bien no van a ningún sitio en este necio mundo). Tanto es así que los auténticos talentos artísticos de Galicia se están yendo a formar en otras universidades como Salamanca, huyendo “del concepto”.
Aparte de la tomadura de pelo a la ciudadanía, este tipo de muestras son una brutal falta de respeto a la gran cantidad de artistas con calidad y oficio que todavía existen, artistas sin otra intención que crear y compartir su arte.
Y es que la mayoría de las veces para disfrutar de arte de verdad, debemos a acudir a eventos pequeños sin pretensiones pero con ilusión, ganas de trabajar y presentar trabajos bien hechos… Exposiciones en pequeñas salas de artistas poco conocidos en el ámbito nacional pero muy respetados en su entorno, ferias de arte, visitas a estudios de pintores veteranos que resignados a ser relegados siguen pintando por el placer de pintar. Sin olvidar los maravillosos premios de Pintura Rápida, certámenes que se celebran en todo el país en los que aquellos que seguimos apostando por la pintura pura y por conceptos tan en desuso como el oficio, talento y belleza, disfrutamos plenamente.