El virus tardará más en irse de lo que ha tardado en llegar

Coronavirus de Wuhan. / RR SS.
Coronavirus de Wuhan. / RR SS.
La capital del Reino es la auténtica zona cero de la epidemia en España. Y en Madrid se ha desatado una auténtica estampida.
El virus tardará más en irse de lo que ha tardado en llegar

Madrid nos contagia. Va a resultar que los nacionalistas tienen algo de razón. La mayoría de nuestros males y desgracias suelen venir de fuera. Tal vez Madrid no nos roba, pero nos contagia. Lo medible no es opinable. Galicia apenas tendría hoy afectados por coronavirus de no ser por los madrileños que nos visitan y en especial por los trabajadores y estudiantes gallegos que regresan precipitadamente de la capital del Reino, que es la auténtica zona cero de la epidemia en España. Ha sido una auténtica estampida, que se explica fundamentalmente por el más que fundado temor a que las autoridades decreten el cierre de la ciudad, impidiendo por tiempo indefinido tanto la entrada de forasteros como la salida de sus moradores. Y por lo que se ve algunos no han venido solos. Aun sin saberlo, se traen su carga vírica.

En A Mariña, en las Rías Baixas y en otras zonas de Galicia se cuentan por centenares las segundas residencias de madrileños que estos días levantan las persianas para congoja de los lugareños, que habitualmente les reciben con los brazos abiertos –por aquello de que el turismo residencial da mucha vida, en todos los sentidos– y sin embargo ahora, dadas las circunstancias, les miran de reojo y con desconfianza, no vaya a ser que les transmitan el virus invasor. La recomendación es que se aislen, que se autosomentan a una cuarentena preventiva, que se recluyan en sus apartamentos o en sus chalés. Claro que eso es pedirle demasiado a gente que viene a lo que viene: a hacer vida en la playa, en las terrazas, a pasear, a disfrutar de romerías y verbenas, a la fiesta jolgorio. Para no poder salir de casa, para eso se quedan en los madriles tan a gusto. En cambio a nosotros, por aquello del individualismo, llegado el caso no sufriríamos tanto con la reclusión dominicilaria.

No es Galicia una comunidad xenófoba. Desde luego no está entre las que muestran un mayor rechazo a los que vienen de fuera. Posiblemente porque aquí no se ha registrado la masiva llegada de inmigrantes que se produjo en otras regiones españoles y porque además hemos sido históricamente una tierra de emigrantes. Pero lo de los madrileños es distinto. Desde siempre les tenemos aquella cosa. Nos invaden por todas partes. Y en buena medida por su culpa padecemos la gentrificación de muchos enclaves de nuestra costa, donde los aborígenes parece que les estorbáramos si no estamos para servirles.  Y nos contaminan con su idioma, con sus usos y sus costumbres, tanto o más que con el dichoso virus. Ahí está el avance imparable del castrapo y el retroceso del gallego, sobre todo en las zonas turísticas, diría un nacionalista.

Esto pasará, seguro. En pocos meses casi nos habremos olvidado del dichoso Covid-19, que, eso sí, según los expertos, tardará mucho más en irse de lo que ha tardado en llegar. Y los gallegos volveremos a empeñarnos en mejorar y aumentar nuestros enlaces con Madrid, sobre todo por vía aérea y por ferrocarril –recuperaremos la matraca del AVE–, para que los madrileños tengan mayores facilidades para invadirnos y "colonizarnos". Es verdad que los gallegos viajamos cada vez más, pero somos cada vez menos. Las mejoras de esa conectividad benefician sobre todo a los de fuera, a los mesetarios. Para que, con o sin Xacobeo, sigan llegando en avalancha. A ver quién les para, a ellos y a "sus" virus. @mundiario

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