¿La violencia es un tema de género o de patrones de conducta aprendidos durante la infancia?

Custodia compartida. La solución pasa por realizar un cambio de paradigma donde la prioridad sean los niños y no los caprichos de un adulto.
Custodia compartida.

En Argentina, las estadísticas indican “una mujer muerta cada 30 horas, lo que arroja un promedio de 292 casos por año”, haciendo que todos los varones sean considerados violentos.

¿La violencia es un tema de género o de patrones de conducta aprendidos durante la infancia?

Recientemente, más precisamente el 15 de mayo, se celebró el Día Internacional de la Familia, jornada con la que se intenta mantener activa la discusión sobre los cambios que experimentan las familias actuales y su repercusión en la formación de los niños quienes construirán los cimientos de las sociedades del futuro.

Pero ¿qué ocurre con aquellas niñas/os que bajo diferentes argumentos han sido separados de sus padres varones y de toda la familia paterna?

En este contexto, estimo necesario que no debemos ignorar que existe una realidad, cada vez más visible y que se ha intentado ocultar por muchos intereses, en la que se considera a la mujer más apta para la crianza de los hijos, a tal punto que tras un divorcio los niños quedan en poder absoluto de la madre mientras que el padre solo es posicionado en el escalón de un simple monedero (aportante de dinero). Lógicamente, y de acuerdo a como sean sus aportes económicos, muchas mujeres tienen el poder no solo de calificar sino el de entorpecer el contacto con los niños, no solo con su padre sino con toda la familia paterna sin recibir ningún tipo de castigo.

De solo pensarlo, el hecho de estar separados de los seres a los que amas profundamente es denigrante y está viciado de un total abuso; seguramente la rabia te ahoga, las lágrimas dejas salir y en tu mente se tejen las mayores atrocidades que un ser civilizado no debería realizar (aunque es totalmente entendible porque esta distancia, impuesta y arbitraria, es sinónimo de un secuestro que termina generando hijos huérfanos de padres vivos).

A su vez, las ONG feministas defienden a ultranza este sistema arbitrario, dictatorial y generador de más violencia, bajo argumentos que contienen estadísticas sustentadas en la violencia del varón hacia la mujer. Por ejemplo, suelen citar “una mujer muerta cada 30 horas” lo que arroja un promedio de 292 casos por año, y desde este dato se hace una extrapolación que termina afectando a toda la población masculina de Argentina, que son más de 20 millones de habitantes. Con esta foto y tras un simple razonamiento me pregunto ¿por 292 enfermos se puede estigmatizar a todos los varones de la Argentina?

Por otra parte, existe un problema aún mayor y es que las estadísticas no cuentan, o no estiman, la violencia de la mujer sobre el hombre; de hecho quien, alguna vez,  ha tenido que denunciar a una mujer por violenta, o acoso, sufre la risa o burla extrema de quienes deben tomarla, o directamente no la toman “hasta que no te corten y sangres no podemos hacer nada” expresó algún funcionario público a un afectado, obviamente conociendo perfectamente la legislación que ha sido vehiculizada a través de las presiones de las ONG feministas (no nos olvidemos que no existe una oficina de denuncias para el hombre como sí lo es para la mujer; lo que pone de manifiesto que en la sociedad actual la violencia femenina es un tema políticamente incorrecto).

“La violencia no es un tema de género, sino de patrones de conducta aprendidos durante la infancia” Erin Pizzey.

Si analizamos someramente los modelos, de machistas o feministas extremos, llegaremos a la conclusión que no conducen a un puerto seguro, generan más distancias y rencores; por lo que ya es hora, en este mundo tan avanzado en distintos órdenes, de propugnar un “nuevo paradigma” donde prevalezca el sentido común, la igualdad absoluta en todas las direcciones, la libertad y un NO rotundo a las dictaduras. En esta última afirmación hago referencia a que, por ejemplo, no existe la custodia compartida de los niños (para los más pequeños una dictadura; es decir, tienen prohibido elegir), un sistema sustentado en que la mujer está más preparada que el hombre para criar a los hijos o porque según el creador del modelo –el Psicólogo Jorge Corsi- un pedófilo confeso, el hombre (masculino) es un ser violento por naturaleza, como si la mujer fuera un ser de otro planeta y carente de estos actos.

Definitivamente, debemos entender que puedes ser un mal esposo o esposa, pero puedes ser un excelente papá o mamá si te dieran la libertad para hacerlo y que permitirá un desarrollo óptimo de los pequeños quienes son el futuro de nuestra sociedad y los encargados de proyectar un mundo más justo.

También vale preguntarse ¿quiénes no han leído placas tendenciosas?, como las que indican o puntualizan “si él te revisa el celular, si te levanta la voz, si te hostiga con preguntas ¡¡denúncielo porque es violento!!”; pues en mi labor profesional veo muchísimos casos de mujeres que hacen exactamente lo mismo, sin embargo no son consideradas así o las desestiman. Para cerrar la idea, debemos comprender que somos géneros distintos pero complementarios, por ende podremos separarnos pero en algún momento encontrarnos, sobre todo cuando existen hijos de por medio, ellos siempre tendrán un papá y una mamá (diferente son aquellos seres progenitores, ser padres es mucho más amplio).

Siendo reiterativo, y a pocas horas de haberse conmemorado el día de la familia, una fecha tan especial, sería interesante que comience a usarse la empatía y que comencemos, quizás, con pequeñas acciones positivas como dejar de utilizar ciertas frases “¡por algo será que Usted no ve a su hijo!”, porque en el ‘algo será’, y sin investigar, se está estigmatizando injustamente a un amplio grupo de personas y que en un futuro puede llegar a involucrar a tu propio hijo varón (porque “¡todo vuelve!”… suelen decir).

“La violencia no es un tema de género, sino de patrones de conducta aprendidos durante la infancia” Erin Pizzey.

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