La violencia armada en EE UU se ceba más con las minorías y los habitantes urbanos

La violencia afecta a los más marginados. / RR SS
La violencia afecta a los más marginados. / RRSS

Los tiroteos matan a más de 36,000 estadounidenses cada año. Todos los días se dan unas 90 muertes y 200 lesiones que son causadas por la violencia con armas de fuego.

La violencia armada en EE UU se ceba más con las minorías y los habitantes urbanos

A diferencia de los actos terroristas, la violencia armada cotidiana, que se traduce como recientemente en tiroteos masivos, ya casi se acepta como una forma de vida en los Estados Unidos. De todos los homicidios con armas de fuego en el mundo, cerca del 82 por ciento ocurre en ese país del Norte de América.

Un estadounidense tiene 25 veces más probabilidades de recibir un disparo mortal que un residente de otras naciones desarrolladas con índices similares en materia económica. Pero además de estos datos hay otro fenómeno capaz de quitar el habla a cualquiera: Estados Unidos parece ser el único que acepta la violencia con armas de fuego como parte de su cultura.

Aunque la muerte por armas de fuego es tratada como una crisis de salud pública, es de cualquier forma una crisis que los legisladores aceptan como una norma social. Si lo anterior no es capaz de sorprender, quizá sí lo hará el hecho de que son en su mayoría los negros (y otras minorías) y no los blancos quienes son las víctimas predominantes de este tipo de hechos de violencia. 

Dentro de los Estados Unidos, las probabilidades de morir por homicidio con armas de fuego son mucho más altas para los estadounidenses que residen en las ciudades, y dentro de las ciudades para aquellos que pertenecen a una minoría. El veinte por ciento de todos los homicidios con armas de fuego ocurren en las 25 ciudades más grandes del país, a pesar de que contienen poco más de la décima parte de la población total.

La tasa de muertes por homicidio con armas de fuego para las personas negras supera a las de los blancos en los 50 estados. Por ejemplo, en el año 2015, una persona negra que viviera en Wisconsin tenía 26 veces más probabilidades de recibir un disparo mortal que una persona blanca en ese estado. La explosiva combinación de ser negro y vivir en un área urbana parece ser casi una sentencia de muerte.

El primer paso en el tratamiento de la epidemia de violencia con armas es declarar enérgicamente la violencia armada como inaceptable y dejar de tolerarla. Los ataques terroristas no deberían ser los únicos incidentes de violencia que despierten a los estadounidenses ante las amenazas a su libertad y que estimulen a los políticos a actuar. @mundiario

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