El viejo continente se ahoga en su propia basura

Una ola llena de basura.
Una ola llena de basura.

China ya no se encarga de los residuos de Europa, y esta no ve salida al problema.

El viejo continente se ahoga en su propia basura

Ya habíamos advertido que China ha puesto en marcha un plan para evitar hacerse cargo de la basura proveniente de Europa y EE UU, en consecuencia, el viejo continente se está ahogando en su propia basura a causa de no tener un plan de respaldo.

Por cultura tanto los estadounidenses, los europeos y gran parte de la humanidad son seres consumidores que por extensión generan mucha basura. Durante años China había sido la solución perfecta para aliviar el dilema de dónde colocaban toda esa basura, porque la nación asiática se encargaba de reciclar casi toda esa “basura” y convertirla en productos como envases, cajas o material útil para el humano que luego devolvían por cómodos precios hasta Europa o EE UU.

Pero China se ha cansado de ser el vertedero del mundo, porque si bien alcanzaron buenos acuerdos económicos gracias a estos arreglos, este mercado suele ser muy problemático, sin mencionar que China es una de las naciones más pobladas del mundo y ya generan suficiente basura por sí mismos. A parte, nos topamos con que las nuevas políticas chinas se dirigen hacia un futuro más verde que viene acompañado de su crecimiento económico.

Entonces, ¿qué ha hecho Europa? Bueno, ya en 2017 el crecimiento de la basura se estaba viendo, pero no ha sido hasta este año que han notado cómo todo se ha vuelto peor. Como una solución a corto plazo, el viejo continente está desviando su basura hasta Vietnam, Indonesia y Malasia, pero esto es algo momentáneo que no cubre toda la demanda y que en algún momento se topará con su máximo. Irlanda o Reino Unido, son dos de las naciones con más problemas para enviar todos sus residuos, y sus centros de reciclado sencillamente no dan abasto a unas sociedades acostumbradas a consumir, más no a reciclar.

Entre las ideas que baraja la Unión Europea se encuentra el impulsar la creación de centros de reciclado de mayor medida para que cada nación se responsabilice de su propia basura, un modelo que en Suecia y Países Bajos ha funcionado; por su puesto está en primera línea empezar a enseñar el valor del reciclaje y multar a las empresas que estén creando nuevos plásticos. Quizás esto sea solo una nueva lección para muchos. @mundiario

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