Viajar en el mítico tren Orient Express es hacer un viaje en el tiempo

Tomando el Orient Express. / frederic amadu
Tomando el Orient Express. / frederic amadu

Es lícito soñar con viajar alguna vez en el Expreso de Oriente, un tren con el que todos los trenes de lujo se comparan, lleno de nostalgia, lujo y elegancia.

Viajar en el mítico tren Orient Express es hacer un viaje en el tiempo

La ruta original del Orient Express, puesta en marcha por el empresario belga Georges Nagelmackers en 1883, iba de París a Estambul aunque posteriormente se desarrollaron nuevos recorridos. Se ha convertido en el tren más famoso del mundo y con su historia, rodeada de intriga, romanticismo y misterio, se han llenado libros. Siempre ha estado asociado con la elegancia y el lujo, cualidades que siguen caracterizando la principal ruta actual Londres-París-Venecia.

Autores como Graham Greene con “El Tren de Estambul”, John dos Passos con “Orient Express” o Agatha Christie con “Asesinato en el Orient Express” se inspiraron en este tren para escribir sus obras. Esta última hizo viajar en él a Hércules Poirot, aunque no fue el único viajero imaginario ilustre ya que más adelante sería James Bond quién participaría de la magia de viajar en el Orient Express en la entrega “Desde Rusia con amor”.

El tren, en su versión actual conocido como Venice Simplon-Orient-Express, consta de 17 vagones decorados con estilo Art Decó, con un marquetería rehabilitada de forma exquisita y con gran esmero. Tres de los vagones albergan sendos restaurantes (Côte d’Azur, Etoile y L’Oriental) ambientados en los años 20 del siglo pasado. También cuenta con un vagón bar amenizado por un pianista. Pensando en la comodidad de los viajeros los compartimentos dobles se adaptan por el día a un salón con sofá, una banqueta, una mesita y un mueble con un lavabo en su interior, y por la noche se convierten en un acogedor dormitorio con una litera. El precio del viaje ronda los 2.000,00 € por persona.

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