No es capaz mi humilde cerebro de asimilar esta tragedia y ¿el suyo?

Imagen de la inmigración.
Imagen de la inmigración.

Alguien con humanidad y poder debe dar ya un puñetazo de dignidad que haga resurgir en nosotros un atisbo de decoro y de apuesta por algún resto de decencia en la naturaleza humana.

No es capaz mi humilde cerebro de asimilar esta tragedia y ¿el suyo?

Alguien con humanidad y poder debe dar ya un puñetazo de dignidad que haga resurgir en nosotros un atisbo de decoro y de apuesta por algún resto de decencia en la naturaleza humana.

 

Rabia, impotencia, mucho dolor, tristeza, desánimo…. Podría seguir, sin duda, y no bastarían todos los adjetivos de nuestro generoso idioma para resumir lo que cualquier persona bien nacida ha sentido al ver estos días la foto que ha dado la vuelta al mundo, la imagen de un niño de corta edad, fallecido en una playa, después de intentar huir con su familia del horror de la desesperanza.

Frente a este aparato burocrático creado a nivel de estado y todavía peor en el caso de Europa, esas reuniones, esos señores trajeados y alejados de la realidad diaria de millones de personas que a diario mueren por soñar un mundo ya no feliz sino posible, surgen propuestas aisladas, de Ayuntamientos, de países que quieren ayudar y acoger, que no quieren seguir indiferentes frente a la barbarie, que están gobernados todavía por seres humanos que son personas dignas, que se atragantan comiendo al ver semejante tragedia en los informativos y en los diarios de sus países. ¿Cabe pues un ápice de esperanza?

Sin embargo, poco podemos hacer. El problema es mucho más profundo, es un problema global. Sí se puede acoger a personas que huyen de conflictos armados en sus países o de dictaduras y regímenes dictatoriales que vulneran continuamente los derechos más básicos del ser humano, pero es que lo que llamamos el Tercer Mundo lleva siglos en estado de Emergencia. Me pasmo cuando se escuchan las cifras de muertes de niños por inanición, no es capaz mi humilde cerebro de asimilar esa tragedia, muertes por falta de medicamentos que aquí dejamos caducar en los cajones, laboratorios que no los fabrican porque no son rentables…A poco que uno no quiera vivir en la ignorancia o el cinismo para justificar nuestro modo de vida, cuando queremos informarnos de la triste realidad, nos damos cuenta de que cuatro o cinco lobbys gobiernan el mundo, juegan con nosotros que hasta cierto punto somos los afortunados, y hacen que los gobernantes de esos países del “Primer Mundo”,  olviden su humanidad si alguna vez la tuvieron, les hacen amnésicos de las necesidades básicas que han de ser cubiertas por los gobiernos y de la obligación que tienen los estados desarrollados de contribuir al bienestar de los países en desarrollo, no sólo para evitar estas tragedias sino para contribuir a un mundo que avanza como debe. No se los puede utilizar para vender armas, para invadirlos amparados en la bandera de la seguridad internacional y aprovechar para saquear sus riquezas y esperar que sus ciudadanos estén de acuerdo y decidan morirse sin rechistar, sin causar problemas a países tan avanzados y desarrollados como los nuestros.

¿Para qué sirve la ONU? Hace años que es una organización vacía, que ya casi abochorna, pero que seguro que cuesta mucho dinero…qué sucede con lo que vemos cada día, con el horror de millones de personas que parecen no valer nada porque no están entre los ciudadanos de países de primera.

Es vergonzoso vivir en un mundo así... ¿De qué nos ha servido la Historia, si vemos exterminio tras exterminio de forma impasible? Hace meses era la tragedia palestina y las crudas imágenes de la barbarie, algo va muy mal y huele peor. Tanta repugnancia causada por el régimen Nazi y comencemos a contar muertos… sin que nadie se revuelva en sus poltronas. Y es tanto lo que espanta que si en algún momento existió para mí un resquicio de duda acerca de la existencia de Dios, siento decir que ya no la tengo, y no por culparlo sino porque es imposible aguantar tanto, ni siquiera siendo una deidad.

Comentarios