Vacunas a punto de caducar o el siguiente desafío de la pandemia

Una dosis de la vacuna de Pfizer contra la covid-19, y de fondo, una imagen computarizada del virus SARS-CoV-2. / Mundiario
Vacunas. / RR SS.
Hong Kong podría perder miles de inyecciones de Pfizer por el rechazo de los ciudadanos. Canadá busca salida a miles de dosis de AstraZeneca. Malaui y Sudán del Sur han destruido hasta 59.000 vacunas que caducaron en abril.
Vacunas a punto de caducar o el siguiente desafío de la pandemia

Algunos países ruegan por vacunas contra la Covid-19… y otros estudian cómo hacer frente al nuevo desafío que plantea la pandemia: ¿cómo evitar que cientos de miles de dosis terminen destruidas porque caducarán antes de poder ser administradas? 

Países como Canadá, Malaui y Sudán del Sur o el territorio autónomo de Hong Kong, fueron de los pocos lugares del mundo que lograron asegurar el doble de dosis necesarias para proteger a su población, pero la desconfianza en las autoridades sanitarias, la desinformación en las redes sociales, los pocos casos de contagio o la debilidad en los sistemas sanitarios han provocado una crisis por la que millones de antídotos ya fabricados podrían terminar en la basura. 

La ministra de Sanidad de Canadá, Patty Hajdu, ha instado esta semana a las provincias a “impedir el desperdicio” de inyecciones de AstraZeneca que expiran en estos días. El rechazo al fármaco ha estado impulsado por el paréntesis de su uso debido a los primeros casos de trombos. Una encuesta ha puesto de relieve que los canadienses no se niegan a vacunarse, pero solo uno de cada tres encuestados declara sentirse ‘cómodo’ con la administración del preparado anglosueco.

Ante este escenario, Hajdu aboga por medios “logísticos y coordinación” para que los viales que no serán administrados lleguen a otros lugares en los que serán necesarios. Los datos revelan que Canadá es el país que más dosis ha contratado respecto a su población: más de 400 millones para 37 millones de ciudadanos. 

59.000 dosis destruidas en África

En África, un continente rezagado en la carrera por vacunar contra el coronavirus a su población, ya se han perdido cientos de dosis: Malaui y Sudán del Sur han destruido 20.000 y 59.000 dosis, respectivamente, que caducaron el pasado 13 de abril. Las vacunas llegaron a ambos países hace semanas, desde Sudáfrica, que pasó de las mismas tras considerar que eran ‘menos efectivas’ frente a la variante que azota el país. Las dosis fueron fabricadas por el Instituto Serum de la India, con licencia también de AstraZeneca, y se perdieron su efectividad antes de que los desgastados sistemas sanitarios africanos fueran capaces de administrarlas a los ciudadanos. 


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Hong Kong, por su parte, ha adquirido dosis suficientes para inmunizar varias veces a sus 7,5 millones de habitantes. Thomas Tsang, excontralor del Centro de Protección de la Salud y miembro de la comisión del gobierno para las vacunas, ha advertido esta semana que los hongkoneses “solo tienen una ventana de tres meses” antes del vencimiento del primer lote de vacunas de Pfizer-BioNTech.

El portavoz ha recalcado que los viales “no pueden ser usadas después de la fecha de vencimiento y los centros comunitarios de vacunación de BioNTech dejarán de operar en setiembre, como estaba previsto”, por lo que las vacunas tendrán que ser desechadas.

En Hong Kong sortean un piso para como incentivo 

La situación extrema ha llevado a adoptar medidas extremas: el territorio ha iniciado el sorteo de un piso valorado en más de un millón de euros como incentivo para todos aquellos que se vacunen. Los datos revelan que apenas un 19% de la población hongkonés ha recibido una dosis de alguna vacuna, mientras que solo un 14% ha sido inoculada completamente con las dos dosis. Los medios insisten en que incluso entre los trabajadores del sector salud hay dudas para recibir las vacunas. 

Los expertos internacionales coinciden: el acaparamiento de algunos países ha dejado otros, los más pobres, sin margen para planificar o preparar a sus sistemas sanitarios ante la llegada de dosis con caducidad cercana. “Es posible completar con éxito campañas de vacunación masiva en África. Nosotros lo hacemos desde hace años, pero es algo que requiere planificación. No se trata de donar las vacunas y ya está. Su personal sanitario ya está trabajando en los hospitales y no puede ser cambiado de posición de un día para otro”, ha recordado Dimitri Eynikel, miembro de la oficina europea de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Bruselas. @mundiario

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