El uso de medicamentos para bajar la fiebre, de actualidad: ¿qué debe conocer?

Productos farmacéuticos. / Juan José Prieto.
Productos farmacéuticos. / Juan José Prieto.

La semana pasada leía la siguiente noticia: "Los medicamentos antifebriles pueden ayudar a propagar la gripe..." Así arranca este nuevo análisis de este experto de MUNDIARIO.

El uso de medicamentos para bajar la fiebre, de actualidad: ¿qué debe conocer?

La semana pasada leía la siguiente noticia: "Los medicamentos antifebriles pueden ayudar a propagar la gripe..." Así arranca este nuevo análisis de este experto de MUNDIARIO.

 

Un estudio de la Universidad de McMaster, en Canadá, viene a retomar una vieja teoría sobre los beneficios de dejar actuar la fiebre en el organismo y señala, como culpable de una mayor transmisión de la infección, a la precocidad con la que se administran los antitérmicos en estos casos.

Al aumentar la temperatura corporal la replicación bacteriana y vírica es menos eficiente. Además, la respuesta adaptativa del sistema inmunológico funciona mejor. De tal suerte, el cuerpo humano lucha peor contra las infecciones ante una menor temperatura. Por otra parte, esa ausencia de fiebre genera mayor confianza para continuar con el día a día: “Las personas con frecuencia toman -o les dan a sus hijos- fármacos para bajar la fiebre con el objetivo de poder ir a trabajar o al colegio. Y, pueden pensar que el riesgo de infectar a otros es mínimo porque la fiebre es baja. Pero, en realidad es lo contrario: esas personas enfermas pueden liberar más virus porque la fiebre ha sido reducida”.

Para conocer cuál es el impacto de la ingesta precoz de antitérmicos en la epidemia de gripe, han establecido un modelo matemático que cuantifica los casos de transmisión que pueden deberse a este hecho. Así, tras incluir datos de experimentos previos en animales y humanos, los investigadores deducen que la supresión de la fiebre aumenta el número anual de casos en un 5%.

Concluyen que:

1.- La fiebre es un mecanismo de defensa que nos protege a nosotros mismos y a los demás.

2.- Los medicamentos que reducen la temperatura, deberían tomarse sólo para aliviar el malestar.

3.- Y, por último, no se debería permitir que las personas salgan a la calle cuando ellas deberían estar en casa.

¿ENTONCES NO DEBEN DARSE MEDICAMENTOS PARA LA FIEBRE?

Ciertamente, con el aumento de temperatura “se frena el ciclo vital de las bacterias y virus, y se estimula la producción de citoquinas inflamatorias, que son buenas para acabar con los microorganismos”. Por otro lado, la administración de antitérmicos, en las primeras horas, puede enmascarar una enfermedad. “A veces estamos en una fiebrefobia y la fiebre es sólo un síntoma de una expresión de algo. Es mejor ver cómo evoluciona antes de darle un antipirético”.

No obstante, temperaturas superiores a 5º C respecto al valor habitual del individuo, (esto es, 41–42º C), son peligrosas para la vida. Además,  si la situación febril se prolonga en el tiempo es malo,  porque se genera una reacción inflamatoria en cascada. El cuerpo humano se agota por el gasto de energía que supone una fiebre durante varios días seguidos y se pone en riesgo el hígado y el riñón. Porque todos los mediadores inflamatorios son proteínas grandes que pueden bloquear el sistema de eliminación renal y generar daño en el riñón, y lo mismo ocurre en el hígado donde también se almacenan.

Por tanto, se valorará cada caso:

Si la fiebre es leve y no tiene ningún otro problema no necesita tratamiento. Beba líquidos y descanse.

La enfermedad probablemente no es seria si el niño aún está interesado en jugar, si está comiendo y bebiendo bien, si está despierto y le sonríe, si tiene un color de piel normal y, luce bien cuando le baja la temperatura. Cuando el estado general no es malo y su vitalidad no está claramente disminuida, puede demorarse la visita al médico 24 o 36 horas.

Si la fiebre se prolonga más de 48 horas el médico deberá decidir si hay que tratarla o no, porque una temperatura elevada durante dos o tres días, puede generar más riesgos que la propia infección.

En cuanto al umbral de temperatura que puede considerarse peligroso“en un adulto está por encima de 39ºC, pero la tolerancia es muy diversa”. En los niños, poner una cifra es más arriesgado. Hay niños que con 38ºC están muy activos y otros que, con menos temperatura, están más postrados.

Por otro lado, en caso de niños “hay que quitar el miedo a las convulsiones”. Es verdad que entre los nueve meses y los tres o cuatro años los niños están predispuestos a tener convulsiones por fiebre. Una convulsión febril puede ser muy aterradora para cualquier progenitor. Sin embargo, la mayoría de las veces, no causan ningún daño y no quieren decir que el niño tenga un problema de salud prolongado y serio. Pese a ello, tras la convulsión el infante deberá ser llevado al médico para su exploración.

LA FIEBRE SIEMPRE DEBE SER TRATADA EN LOS SIGUIENTES CASOS:

- Antecedentes de ataques epilépticos.

- Presencia de delirio febril.

- Si el paciente presenta hipotensión acentuada o shock.

- Si sobrepasa los 40ºC.

- Pacientes con trastornos mentales.

- Antecedentes de ataques febriles.

- Golpe de calor.

- Hipertermia maligna.

Todas estas situaciones exigen una DERIVACIÓN INMEDIATA al médico

¿QUÉ SE DEBE HACER CUANDO UN NIÑO TIENE FIEBRE?

En primer lugar, quitarle ropa y ofrecerle agua. Los niños pequeños toleran bien quedarse desnudos, pero los mayores lo toleran mal y reclaman ropa de abrigo, que puede ser sustituida por ropa de verano que no mantiene la temperatura.

Si el niño es pequeño y la fiebre es elevada se debe, bien bañarle con agua tibia durante 10 – 15 minutos, o bien aplicarle paños fríos mojados en frente, axilas, ingles, brazos y piernas. Paños que periódicamente deben cambiarse por otros mojados, porque rápidamente se calientan. Los niños mayores suelen rechazar el baño y toleran mejor los paños fríos. También resulta aconsejable mantener un ambiente térmico neutro o templado, (21 – 22º C), y ventilado, (refrescar el aire ambiente).

Con estas sencillas medidas se puede controlar la fiebre, cuando no es elevada. El efecto antipirético de estas acciones es limitado, pues aunque con ellas se consigue un descenso rápido inicial de la temperatura, este es de breve duración y está seguido de un rebote con rápida vuelta a la temperatura original o una mayor. Cuando la fiebre es elevada, además habrá de administrarse fármacos antipiréticos.

¿QUÉ DEBE CONOCER SI DEBE USAR MEDICAMENTOS?

La pauta posológica más habitual para el paracetamol es la de 10 mg/Kg por toma, con un intervalo mínimo de 4 h, o bien 15 mg/Kg por toma cada 6 horas. Para el ibuprofeno la pauta posológica más habitual es la de 5-10 mg/Kg cada 6-8 horas, hasta un máximo de 20 mg/kg y día.

La disminución de la temperatura, generalmente, se inicia a partir de la primera hora de administración, alcanza su máximo, (1-2º C), a las 2 horas, y se prolonga 4-4.5 horas con paracetamol y 6 horas con ibuprofeno.

No está demostrado que, la utilización alternada de ibuprofeno y paracetamol, sea más eficaz que el uso de un único antitérmico (no ocasiona mayor rapidez en la disminución de la temperatura). Por otro lado, aumenta el riesgo de toxicidad y efectos adversos. Así pues, en vista de la incertidumbre en torno a la superioridad y seguridad de la utilización secuencial de ibuprofeno y paracetamol, esta práctica no debe utilizarse de forma indiscriminada.

NO OLVIDE:

En caso de buena tolerancia, puede prescindirse del tratamiento farmacológico y usar medidas físicas, (ropa ligera), y una correcta hidratación.

La fiebre puede ser rebelde en su descenso, sobre todo en las primeras 12-24 h. Además, la máxima velocidad de descenso de la temperatura, se da pasados 60 minutos tras administrar el antitérmico (se tiene la falsa convicción de que el efecto del antipirético es prácticamente instantáneo).

A partir del instante de máximo descenso (unas 2 horas después de la toma), la temperatura volverá a subir, para situarse, a las 4 horas de la administración, entre 1 y 4 décimas por debajo de la temperatura de partida.

Aunque la fiebre es un mecanismo de defensa, tiene efectos adversos y sobre todo produce mucho malestar que se puede controlar reduciendo la temperatura. Pero,  recuerde: la meta es bajar la fiebre, no eliminarla.

SI LA CAUSA DE LA FIEBRE ES GRIPE: PREVENIR LA TRASMISIÓN Y ALIVIAR EL MALESTAR.

Se deben mejorar las medidas para evitar la transmisión de la gripe“intentar aislar al sospechoso de gripe cuando lo sea, porque el virus está presente horas antes de que empiecen los primeros síntomas. Si se acude a escuela o trabajo es fácil que un portador de gripe la transmita al grupo con el que comparte un espacio. No se debería salir de casa hasta pasadas 24 horas de haber tenido fiebre, Además, se aconseja usar pañuelos desechables al toser o estornudar para evitar contagiar a otros miembros de la familia, y realizar lavados frecuentes de manos para no dejar ningún rastro del virus en los objetos.

En cuanto a las medidas para aliviar el malestar, se recomienda: reposo, dieta blanda rica en líquidos, fármacos para expulsar el moco, facilitar la respiración y antiinflamatorios para romper la cascada inflamatoria, que es la que genera el dolor articular y muscular y el cansancio.

¡Ah! Y no lo olvide: Pregunte siempre a su farmacéutico. Él le informará sobre la utilización racional de los medicamentos y le asesorará para conseguir una  automedicación responsable.

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