La Unión Europea rechaza el cultivo de los alimentos transgénicos

Cultivos transgénicos. / FAO
Cultivos transgénicos. / FAO

Las superficies plantadas con transgénicos se sitúan principalmente en Estados Unidos (63%), Argentina (21%), Canadá (6%), China (4%), Brasil (4%) y Sudáfrica (1%).

La Unión Europea rechaza el cultivo de los alimentos transgénicos

Las superficies plantadas con transgénicos se sitúan principalmente en Estados Unidos (63%), Argentina (21%), Canadá (6%), China (4%), Brasil (4%) y Sudáfrica (1%).

¿Son los alimentos transgénicos dañinos para la salud? No hay una respuesta definitiva con respecto a esto. Lo que sí hay es una posición clara desde la Comisión Europea la cual ha fallado el rechazo a los cultivos transgénicos en la UE bajo la nueva legislación comunitaria.

En el resto del mundo, las superficies plantadas con transgénicos se sitúan principalmente en Estados Unidos (63%), Argentina (21%), Canadá (6%), China (4%), Brasil (4%) y Sudáfrica (1%).

Los alimentos transgénicos, aquellos modificados genéticamente, que más priman en Europa son el maíz y la soja. Según la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO), “en los países en los que se han introducido cultivos transgénicos en los campos no han observado daños notables para la salud o el medio ambiente. (…)Sin embargo, que no se hayan observado efectos negativos no significa que no puedan suceder.”

El amplio consenso es que los efectos medioambientales de las plantas transgénicas deberían ser evaluados a través de procedimientos de evaluación de base científica, analizando cada cultivo individualmente a través de una comparación con sus homólogos convencionales.

Está incertidumbre sobre los beneficios o peligros de los alimentos transgénicos se extienden a la salud humana. Hay quienes apuntan a que estos alimentos pueden mejorar la calidad nutricional, pero no hay estudios definitivos. De hecho, hasta el momento, once países de la UE (Austria, Croacia, Francia, Grecia, Hungría, Letonia, Lituania, los Países Bajos, Polonia, Alemania y Chipre) y cuatro administraciones regionales (Valonia, Bélgica y Escocia, Gales e Irlanda del Norte, en el Reino Unido) han notificado formalmente a la Comisión su intención de prohibir los cultivos transgénicos bajo las nuevas normas de la UE.

Según Greenpeace, España es el único Estado miembro que permite el cultivo de transgénicos a una escala importante (unas 132.000 ha 2014 según las estimaciones del MAGRAMA y unas 83.000 ha según la información de las CCAA) lo que le aleja cada vez más de la tendencia dominante en la UE en esta materia. Sin embargo, comunidades autónomas como el País Vasco, Asturias, Islas Canarias, Islas Baleares y Galicia aprobaron en el pasado resoluciones para prohibir el cultivo de transgénicos y otras, como Cantabria y Castilla y León (la primera productora de maíz de España), siguen sin sembrar este tipo de maíz.

Para los agricultores, uno de los efectos positivos de cultivar este tipo de semillas transgénicas es que son más resistentes, lo que les permitiría una mejor producción. Además, el uso de pesticidas también se reduje con las semillas modificadas.

Matias Llorente, secretario general de Ugal-Upa, declaró a leonnoticia.com que "Estados Unidos produce toda la carne con combluterol y antibióticos prohibidos en Europa. Entrarán a un coste más inferior. Y luego después todos los productos que tienen maíz, cereales y transgénicos, que están prohibidos en nuestro país. Estamos haciendo un convenio de mercado con Estados Unidos para que esto pueda llegar libremente a nuestros puertos en los próximos años. ¿A qué jugamos?".

Según información publicada en el periódico The New York Times, más del 90% del maíz, la soja y el algodón cultivados en Estados Unidos son modificados genéticamente a través de procesos biotecnológicos.

Mientras tanto, desde Greenpeace, abogan por la prohibición de cultivos transgénicos en España pero aún no se habla de la llegada de estos productos del extranjero. “De cara a las próximas elecciones generales, animamos también a que los partidos políticos incluyan la prohibición de cultivos transgénicos y una apuesta decidida por la agricultura ecológica en sus programas electorales”, ha declarado Luís Ferreirim, responsable de agricultura de Greenpeace España. 

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