Un gallego tiene la ventaja de hablar los dos idiomas latinos realmente globales

Los gallegos deberíamos tener claro que somos los únicos europeos con la ventaja comparativa de poder acceder naturalmente a los dos idiomas latinos realmente globales: el español y y el portugués.
Un gallego tiene la ventaja de hablar los dos idiomas latinos realmente globales

El gallego, como idioma, se encuentra en una complicada escalera.

En el 2007, si mal no recuerdo, tuve que viajar unos días de Barcelona a París por motivos laborales. En el vuelo de vuelta se sentó a mi lado, en la ventanilla, un chico con apariencia de prospección social humilde. Justo antes del despegue este acompañante me hizo un gesto simpático invitándome a mirar al exterior: una liebre paseaba tranquilamente por la pista.

A partir de ahí intenté entablar comunicación con mi nuevo y afable amigo. Era brasileño, así que opté por usar mi idioma materno, el gallego. No dejamos de conversar en el corto viaje. El chico provenía de un estado del interior de Brasil y llevaba ya muchas horas de periplo, puesto que había salido de su región a una ciudad internacional brasileña y de ahí para París, y de París para Barcelona, mediante transbordos. Era la primera vez que salía de Brasil y sólo hablaba portugués. Me dijo que iba a Barcelona de visita a ver a unos amigos, pero me pareció evidente que venía para quedarse, como tantas personas inmigrantes, en aquel tiempo de vacas falsamente engordadas. En el aeropuerto le ayudé a recoger las maletas y lo “entregué” a unos compatriotas que lo estaban esperando.

Algunos gallegos aún piensan que el idioma de Rosalía no es un instrumento útil, que es una cosa de andar por casa. A mí me sirvió para comunicarme con una persona de otro continente y, además, ciudadano de una potencia emergente. Al margen de lo que se pueda considerar de una sociedad dónde hay personas con tan poca estima por lo propio, el argumento de que el idioma gallego no es útil ya no vale, valga la paradoja. El gallego nos abre la puerta con ventaja competitiva y comparativa al espacio global de la lusofonía.

Hoy es 17 de Mayo, festivo en Galicia y día “das letras galegas”, y quizás sea preciso intensificar la idea de que en la inclemente globalización, despiadada también con las lenguas y culturas minorizadas, los gallegos no podemos desaprovechar la evidencia de que nuestro idioma pertenece por pleno derecho y naturaleza al tronco de la lusofonía, a pesar de los siglos de injusto distanciamiento.

Es lo que se llama estrategia reintegracionista, hasta hace poco sólo defendida, contra viento y marea, por algunos expertos filólogos y respaldada por grupos minoritarios, aunque fuese una idea recurrente e incipiente en el galleguismo histórico. En el  momento presente esta concepción de la lengua se abre paso de manera inteligente, abierta y transversal en la sociedad gallega. Incluso el presidente de la Xunta Nuñez Feijoó o el de la patronal gallega Antonio Fontenla se han manifestado en la línea del carácter internacional del idioma gallego.

Recientemente una iniciativa legislativa popular, que lleva el nombre del conocido empresario galleguista Valentín Paz Andrade, ha reunido con creces las firmas establecidas para presentar en el Parlamento gallego una serie de medidas para aprovechar el carácter global del idioma gallego, entre ellas, por ejemplo,  la enseñanza reglada del portugués. Sin ir más lejos en Extremadura  ya han introducido en algunos centros de su sistema educativo la enseñanza del idioma vecino,  conscientes del enriquecimiento comparativo económico y cultural que les puede suponer. La ILP Paz Andrade ha sido admitida a consideración por unanimidad de todos los grupos políticos en el Parlamento gallego el pasado Martes 14 de Mayo, y marca un hito para un nuevo camino en la estrategia de promoción del idioma gallego, una lengua que se encuentra en una compleja encrucijada en cuanto a su complicado futuro en el noroeste peninsular.

Así las cosas, y en un día señalado como hoy, 17 de Mayo, los gallegos del interior y los muchos gallegos de la diáspora deberíamos tener claro que somos los únicos europeos con la ventaja comparativa de poder acceder naturalmente a los dos idiomas latinos realmente globales, y que, con independencia de cuál sea nuestro idioma habitual de uso, el gallego es una oportunidad que no podemos despreciar.

 

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