El último viaje de Belarmino Fernández, fundador del imperio Rubaiyat

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A Figueira Rubaiyat. / Mundiario

El mes de agosto ya nunca volverá a ser el mismo en la Ribeira Sacra, Belarmino no volverá este año a celebrar su cumpleaños, ha emprendido su último viaje desde Sao Paulo a Sober, donde descansará para siempre.

El último viaje de Belarmino Fernández, fundador del imperio Rubaiyat

Escribió Pablo Coelho que "la gloria del mundo es transitoria, y no es ella la que nos da la dimensión de nuestra vida, sino la elección que hacemos de seguir nuestra leyenda personal, tener fe en nuestras utopías y luchar por nuestros sueños." Sin duda, el gallego Belarmino Fernández Iglesias es un ejemplo de ello. Llegó desde Rosende-Sober (Lugo) al puerto de Santos en Brasil en el año 1951. En su bolsillo un dólar y mucha ambición. Comenzó lavando platos en un restaurante, y, como él contaba –orgulloso–, practicaba con la bandeja por la noche. Su fuerza y tesón hicieron que fuese escalando puestos hasta llegar a ser el maître del asador A Cabana, el mejor de Sao Paulo entonces. Pero no había culminado sus aspiraciones. Primero pasó a formar parte de un nuevo establecimiento de sus patronos, llamado Rubaiyat, en la Avenida Vieira de Carvalho y cinco años después, en 1962 él era ya el único propietario.

Belarmino Fernández Iglesias. / Veja

Belarmino Fernández Iglesias. / Veja

El empresario, que falleció después de una larga enfermedad, deja a sus hijos un imperio llamado Grupo Rubaiyat, con locales en Brasil, Argentina, México, Chile y España. Pero, sin duda, su bastión es A Figueira Rubaiyat. Alrededor del centenario ficus benghalensis que preside el restaurante de Sao Paulo han ocurrido, sin duda, muchas cosas importantes. Es el emblema de la compañía, da más de mil comidas al día y cuenta con una carta de vinos que supera las 1.000 referencias de todo el mundo, repetidamente reconocida por el Wine Spectator de Parker. Pero más allá del beber está el comer, y la estrella es la carne procedente de su Hacienda en Mato Grosso do Sul, cuya oferta abarca desde el vacuno brangus hasta baby pork, pasando por la carne de Kobe. No desmerecen los camarones de Santa Catarina, la merluza de Argentina, el bacalao portugués y los percebes de Galicia…, cocina tradicional pero con un nexo común, la mejor materia prima traída de cualquier rincón del mundo.

Iglesias fue el restaurador del año en 2007, según la prestigiosa revista Veja Comer & Beber por toda su trayectoria, solo un año después de retornar a su país victorioso para inaugurar el  Rubaiyat Madrid, con Felipe González presente, y pronunció orgulloso la frase “salí de aquí como un emigrante y vuelvo como empresario”.

Belarmino era un luchador incansable, gran amigo de sus amigos y muy generoso. Lo saben bien en Rosende, donde tenía el Pazo de Rivas, al que venía cada año después de cumplir su promesa. Contaba él –emocionado– que, subido a aquel tren que lo llevó al puerto del que partió hacia Brasil, que se giró e hizo la promesa de que volvería con el dinero suficiente para comprar el pazo de Rivas, donde habían servido sus padres y abuelos. Y así fue. Ahí  creó su Fundación y de ella depende hoy la escuela de hostelería que tiene como finalidad principal formar a los jóvenes de la zona. Surtió de agua corriente a sus vecinos, de alcantarillado, de casa del pueblo y…, sin duda, de amistad y buena compañía. El mes de agosto ya nunca volverá a ser el mismo en la Ribeira Sacra, Belarmino no volverá este año a celebrar su cumpleaños, ha emprendido su último viaje desde Sao Paulo a Sober, donde descansará para siempre.

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