El último teléfono de Hitler fue vendido en una subasta por USD 243.000
Desgastado y desteñido, este aparato rojo fue rescatado por un soldado británico en las ruinas del búnker que el Führer tenía en Berlin y fue subastado en Maryland, Estados Unidos.
El teléfono personal de Adolf Hitler fue subastado esta semana en nada menos que 243.000 dólares, el equivalente a 229.000 euros. El arcaico aparato fue extraído de las ruinas del búnker en que el Führer se refugió en Berlin durante sus últimos instantes de vida, justo también en el ocaso de su imperio.
Este teléfono rojo estuvo guardado desde 1945 en un maletín que pertenecía a Ranulf Rayner, un inglés de 82 años que heredó de su abuelo esta máquina con la que “millones fueron enviados a la muerte”, según la descripción que los encargados de la subasta dieron del artículo. La subasta del teléfono se celebró en Chesapeake City, en el estado de Maryland junto a otros tantos objetos militares.
Según describe El País, este teléfono fabricado por la alemana Siemens llegó a las manos de un coleccionista privado de los Estados Unidos, según apuntó la organización encargada de la subasta, aunque sin dar más detalles al respecto. Se sabe que hasta ahora el aparato había estado guardado en el maletín de Rayner, cuyo padre Ralph fue un brigadier, uno de los pocos soldados británicos, o para decirlo bien no soviético en entrar a la guarida de Hitler en la capital alemana.
De acuerdo al diario español, este teléfono fue un obsequio de la Wehrmacht (literalmente Fuerzas de Defensa, las Fuerzas Armadas de la Alemania nazi) y el líder de los nacionalsocialistas lo utilizó durante los dos últimos años de la II Guerra Mundial. Su color original, prosigue El País, era negro, mas posteriormente fue teñido de rojo, como demuestra su desgastada pintura. El nombre del exdictador aparece grabado en letras mayúsculas en el reverso del aparato junto al águila y la esvástica, los dos históricos íconos de la agrupación.
Sus últimas órdenes
Prosigue El País asegurando que el teléfono cuenta con un enganche que lo mantenía estable durante los constantes movimientos y desplazamientos de su propietario. De acuerdo a la casa de subastas, Hitler habría dado muchas de sus últimas órdenes mediante este teléfono previo a su suicidio en la noche del 30 de abril de 1945. Dos días después de eso, el ejército soviético ocupó una Berlín completamente destrozada.
Apenas días después de la toma de la capital alemana, Rayner recibió la orden de Bernard Montgomery, un mariscal de campo del ejército británico, en la que aceptó la rendición incondicional de las fuerzas nazis que estaban apostadas en Luneburg Heath, al norte de Alemania, así como en los Países Bajos y Dinamarca. Rayner debió establecer contacto con el Ejército Rojo precisamente en Berlín, en donde fue recibido por los militares soviéticos, de quienes recibió una invitación a entrar al escondite del para entonces ya malogrado mandamás alemán, añade el rotativo.
Entonces, sus anfitriones le ofrecieron un teléfono negro que encontraron en la habitación de Eva Braun, la pareja del Führer, mas Rayner optó por tomar uno rojo que estaba al lado de la cama de Hitler. Según describe Rayner nieto, su abuelo le comentó que el búnker del Führer se había convertido en un “antro espantoso”, en el que todavía se sentía el olor a “carne quemada”, según concluye el medio citado.
