El último adiós de la colombiana Sara Vélez Fuenmayor en tierras españolas

Sara Camila Vélez
Sara Camila Vélez

España vivió un duro golpe al descarrilar un tren en el que viajaban 222 personas. Seis eran de origen colombiano. Una de las 78 fallecidas es Sara Camila Vélez Fuenmayor.

El último adiós de la colombiana Sara Vélez Fuenmayor en tierras españolas

Las familias colombianas de los afectados en el trágico suceso están sufriendo no solo en el territorio español, sino al otro lado del océano, dos de ellas con mayor profundidad al saber que sus hijas fallecieron. Una de las víctimas mortales fue Sara Camila Vélez Fuenmayor, oriunda del departamento (provincia) de Antioquía, hija de Hugo Vélez Rogers y Patricia Fuenmayor, quien arribó a España hace 15 años con una maleta llena de ilusiones que se han visto truncadas a sus 36 años de edad.

Sara, conocida entre sus familiares y amigos como la “paisita”, tenía dos hijos, una niña de 11 años y un niño de tres, en el momento del accidente se dirigía a Galicia con el objetivo de asistir a una primera comunión en la localidad de Cambados en la provincia de Pontevedra, porque conservaba amigos y familiares a raíz de la relación sentimental que mantuvo con un hombre procedente de la villa arousana, él la esperaba con su pequeña hija en la estación ferroviaria de Santiago ubicada a escasos 4 kilómetros del fatídico accidente.

Esta colombiana era una apasionada del deporte, durante un tiempo fue recepcionista de un gimnasio hasta que descubrió que a través de uno de sus hobbies, diseñar piezas de bisutería y accesorios que eran elogiados por sus amigas, familiares y clientes podía generar ingresos, así fue como emprendió su negocio “Saraka”, trabajo que compaginaba con el de instructora en un gimnasio.

Cuando la familia supo del accidente, en un primer momento guardaban la esperanza de que Sara se encontrara entre los heridos, fueron 24 horas de incertidumbre hasta que transcendió el nombre de ella en la lista de los fallecidos, ahí fue cuando la familia empezó a tomar decisiones, una de ellas fue trasladar el cadáver hasta Madrid para ser velado la noche del viernes 26 de julio, y al día siguiente incinerarlo en el Crematorio de la Almudena, con el fin de trasladar las cenizas a su natal Colombia en los próximos días.

Durante todo el viernes, el tanatorio fue un ir y venir de personas que deseaban dar el más sentido pésame a los familiares, hasta las 2:30 de la madrugada sus hermanas Melissa, Victoria, y una amiga de la familia estuvieron velando a Sara y recibiendo las condolencias. Ya habían transcurrido 48 horas del siniestro, y solo se podía pensar en su juventud, en sus niños y en lo cruel que estaba siendo el destino.

Escuchando a estas tres mujeres más unidas que nunca por la muerte de su hermana y amiga, se compartía su dolor, en ese momento rememoraban lo alegre, trabajadora y “rumbera” que fue Sara, recordaban muchas de las conversaciones que habían mantenido en vida. La amiga de Sara rememoró –Recuerdo que Sarita decía que cuando ya no estuviera aquí quería que la despidieran con vallenato-, seguidamente su hermana Melissa comentó –mañana van a llevar a un grupo vallenato-, para acompañar este recuerdo tan amargo, un traguito de aguardiente antioqueño en honor a Sara fue la antesala de un profundo silencio.

La mañana del sábado Madrid se despertó gris, con una brisa fría poco común en estas fechas veraniegas, quizás el cielo sentía melancolía, y ocultando los rayos del sol hacia ver que también era participe del dolor que envuelve a toda España en estos momentos. El cuerpo fue traslado al crematorio sobre las 13:00 h, fueron unas horas con caras inundadas de tristeza y lágrimas que no podían dejar de brotar del rostro de todos los afectados por la muerte de la “paisita”; y sí, allí aguardaba un grupo de música vallenata que despidió a Sara con las canciones que a ella más le gustaban, posiblemente la letra de una canción fuese premonitoria “yo venía del pueblo trayendo en mis sueños aquellos recuerdos que no volverán”. Y así, rodeada de flores, abrazos y aplausos en su memoria le dieron el último adiós en tierras españolas.

Por deseo expreso de los padres y familiares de Sara, quienes no desean dar declaraciones a los medios de comunicación, piden que por favor se respete el dolor que tanto la familia colombiana como la gallega están viviendo en estos momentos, razón por la cual no acceden a dar más datos íntimos de la víctima.

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