La UE analiza la aprobación de nuevos fondos a Turquía para los refugiados sirios

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La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis / Europa Press.
Francia y Alemania no tienen previsto hacerse con la enorme y pesada carga fiscal del éxodo migratorio sirio que avanza con fuerza hacia la entrada de Europa: Grecia.
La UE analiza la aprobación de nuevos fondos a Turquía para los refugiados sirios

La correlación de fuerzas entre los bloques geopolíticos de la Unión Europea y Turquía, cada uno en sus respectivas áreas de influencia, está a niveles muy tensos debido a la posición de Ankara de presionar a Europa lanzando a su territorio un flujo migratorio que se ha vuelto incontenible para Grecia, que es la puerta de entrada a Europa desde Medio Oriente y hacia donde los refugiados sirios buscan desesperadamente entrar, pasando por Turquía, para huir de la guerra que Ankara ha inducido en el Kurdistán sirio-turco con el objetivo de dominar esa región-enclave, repartida entre los territorios de Turquía, Siria, Irán e Irak.

París y Berlín quieren mantener a toda costa los acuerdos con Ankara para evitar otra crisis migratoria como la de 2015. Esto implica que Francia y Alemania no tienen previsto hacerse con la enorme y pesada carga fiscal que tendría para ellos la instauración de una política de distribución del éxodo migratorio sirio en territorio europeo a través de una política especial de asilo para los inmigrantes del país árabe.

La frontera griega está al borde del colapso. Por ello, Bruselas explora la posibilidad de movilizar, canalizar y destinar fondos para ayudar a los refugiados sirios, más allá de los 6.000 millones de euros comprometidos desde 2016, un presupuesto que se ha quedado corto ante la implosión de una demanda migratoria que no hace sino inflarse como una burbuja.

Casi 100 días después de tomar posesión, el gabinete de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, no ha podido ofrecer aún un nuevo pacto migratorio a los Veintisiete, lo cual pone en entredicho la capacidad del bloque comunitario para alinearse política y diplomáticamente en todos sus Estados miembro a fin de garantizar el equilibrio de la región por la ola migratoria de Medio Oriente que penetra con fuerza las fronteras del sistema europeo.

En cambio, las tensiones en la frontera entre Grecia y Turquía hacen revivir la crisis que la UE vivió en 2015 y 2016 y a la que varias capitales atribuyen el ascenso de los movimientos nacionalistas, populistas y de extrema derecha.

Los países de la UE de momento han respaldado la política de mano dura ejercida por el Gobierno griego del primer ministro Kyriakos Mitsotakis, al que ayudarán con hasta 700 millones de euros y efectivos de Frontex para contener la entrada de migrantes a Europa antes de que el éxodo haga implosión y esa crisis humanitaria se traslade a lo interno del territorio griego colocando el jaque la seguridad nacional y económica del país helénico.

“Los cruces ilegales no serán tolerados”, sostiene la declaración conjunta aprobada por los Veintisiete este miércoles. @mundiario

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