El tren Arica-La Paz discurre por un vía construida a cambio de territorio

Ferrocarril Arica-La Paz (1996). / John Phillips
Ferrocarril Arica-La Paz (1996). / John Phillips

Para solucionar los asuntos derivados de la Guerra del Pacífico en la que Bolivia perdió su salida al mar Chile asumió el coste de la construcción del ferrocarril en compensación.

El tren Arica-La Paz discurre por un vía construida a cambio de territorio

En costa norte de Chile, bordeando la frontera con Perú y no lejos de la de Bolivia, se asienta la ciudad de Arica, la más norteña del país, una población de poco más de 150.000 habitantes. Un lugar que se alimenta de los turistas que buscan las hermosas playas del bravo Pacífico en combinación con los áridos paisajes del desierto y la cercanía del altiplano. Fue también, en virtud del Tratado de Paz y Amistad del 20 de octubre de 1904, la salida al mar de Bolivia.

Con solo mirar un atlas, se concluye que Bolivia es un país interior, un estado sin litoral marítimo, o como algunos dicen un país “mediterráneo” por su condición de estar rodeado de tierra por todos los lados, circunstancia que comparte con otras cuarenta y pico naciones de todo el mundo. Su capital; La Paz, está lejos del mar en sentido horizontal, 440 kilómetros, y en sentido vertical, en torno a los 4.000 metros.

Esa distancia y desnivel se salvó utilizando el Ferrocarril Arica-La Paz, una vía de comunicación que entra en la categoría de “trenes olvidados”. El trazado comenzó a construirse en 1906 y la línea fue inaugurada en 1913. El coste de la inversión y su mantenimiento corrió a cargo de Chile, como parte del Tratado que aseguraba el tránsito de mercancías de Bolivia hacia el Pacífico. Desde 1928 cada país se hizo cargo de administrar el tramo correspondiente a su territorio. En 2005 dejó de funcionar de manera conjunta por una quiebra empresarial y debido a los desperfectos en la vía a causa de las lluvias y los terremotos así como a la preferencia de los empresarios bolivianos por la usar la carretera. Desde entonces en la parte boliviana opera un ferrobús con viajeros y en la chilena un convoy de mercancías.

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