La tradición de los Reyes Magos perdura en sus valores esenciales y sus ayudantes damos fe de ello

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El 6 de enero es la gran fiesta de los niños

Se cree que fueron tres por ser tres los regalos, cada uno con un sentido simbólico: El oro, el del poder, el incienso de la santidad, pero se duda qué se quiso significar con la mirra, una resina aromática. Se supone que por su sabor amargo, la propia amargura que esperaba a Jesús en su paso por la tierra.

La tradición de los Reyes Magos perdura en sus valores esenciales y sus ayudantes damos fe de ello

En una de sus entrevistas en las que se refería a su infancia, propio Fidel Castro cuenta la ilusión con que él y sus hermanos esperaban la llegada de los Reyes Magos, tradición que los emigrantes gallegos como su padre mantenían en Cuba, y recordaba una trompeta de juguete que le dejaron uno de aquellos años. En gran parte de lo que fue la América antes española la tradición persiste, sea festivo o no ese día.

El día 6 de enero es festivo en España, México, Puerto Rico, Paraguay Uruguay y Colombia y no lo es en Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú, Venezuela. También lo es en partes de Alemania, Austria, Croacia, Eslovaquia, Finlandia, Italia, Liechtenstein, Suecia y Suiza.

El conocimiento que me asiste como repetido ayudante de Sus Majestades los Reyes de Oriente, en concreto por mi cercanía al Rey Melchor, de quien podría decir que es casi como yo mismo, dispongo de una especial perspectiva sobre este asunto, vamos como si yo mismo hubiera sido el Rey Melchor. Han pasado cuarenta años desde entonces y nunca he vuelvo a estar tan cerca de los Reyes Magos como en aquellos días, pero me gusta evocarlo ahora que voy siendo mayor, y todavía me emociono y se me saltan las lágrimas cuando recuerdo aquella luz, aquella mirada de los niños que jaleaban el paso de la caravana real y que yo, como ayudante de los Reyes, pude contemplar desde un caballo, desde una carroza o desde un dromedario.

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El roscón de Reyes, una tradición española.

 

Eran magos más que reyes

¿Qué significado tuvieron el oro, el incienso y la mirra y otras curiosidades sobre la tradición española? El Evangelio no habla de “Reyes”, sino de “Magos”, lo que puede interpretarse también como hombres sabios, ni tampoco menciona sus nombres, que no aparecen en la tradición cristina hasta el siglo V. Algunos autores sostienen que  fueron miembros de una casta sacerdotal medo-persa de la época aqueménide. Por su parte, la figura católica de los Reyes Magos tiene su origen en los relatos del nacimiento de Jesús, algunos, fueron integrados de los evangelios canónicos que hoy conforman el Nuevo testamento de la Biblia.

Se cree que fueron tres por ser tres los regalos, cada uno con un sentido simbólico (oro, incienso y mirra). El oro es el símbolo del poder; el incienso de la santidad, pero se duda qué se quiso significar con la mirra, una resina aromática que exuda un árbol que de forma natural crece al noreste de África, en Arabia y Turquía. Los antiguos la usaban en medicina y para fabricar perfumes. Se supone que por su sabor amargo, se quiso significar la propia amargura que espera a Jesús en su paso por la tierra. En cuanto los nombres de los tres magos, originariamente en los primeros textos y evangelios apócrifos (no reconocidos por la Iglesia) aparecen en un caso como “Melichior, Gathaspa y Bithisarea”, por un lado, y “Balthazar, Melkon y Gaspard”.

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A los Reyes se les recibe siempre con todos los honores.

¿Y si fueran andaluces?

La tradición cristiana estableció los nombres como los conocemos y sitúa su origen de modo impreciso, pero más genérico y compartido, en lugares lejanos de Palestina, siguiendo una estrella. Entre las muchas interpretaciones de su origen, se llega a considerar que procedían de pueblos paganos que fueron los primeros en aceptar al hijo de Dios antes que los propios judíos. Se ha tratado de explicar lo de “Magos” relacionándolos con castas de sacerdotes sabios de origen persa

Un relato sobre la infancia de Jesús, del que fue autor el Papa Benedicto XVI alimentó la polémica, basada en este escrito, de que no venían de Asia, sino de Tartessos, una zona que se ubica entre Huelva, Cádiz y Sevilla. En este relato se habla también de “hombres sabios”, convertidos en “reyes”. Pero la tradición se quedó sólo con la última parte “Reyes Magos” y situó su origen en Asia, con preferencia; pero también en Europa y África, el mundo entonces conocido.

Sobre la fantasía de que procedieran del sur de España, las autoridades eclesiásticas que se han ocupado de este asunto prefieren tenerlos por hombres sabios que buscaban la verdad y la encontraron en el pesebre donde nació Jesús. Y nada importa de dónde venían.

No está muy precisada la tradición, netamente española (no como el Belén, ideado por San Francisco, que compartimos con otros pueblos católicos) de cuando se empieza el rito de la carta y los regalos a los niños, pero tiene al menos tres siglos. La cita a los magos en el Evangelio de San Mateo es la referencia más precisa, como todos conocemos, pero hay otras fuentes que se refieren a estos visitantes, señalando que venían de Asia, o incluso de África. La primera cabalgata de la que se tiene noticia en España se celebró en 1886, organizada de manera oficial para conmemorar la llegada de los Reyes Magos en la localidad de Alcoy. Un año antes, sin embargo, aparece en el “Diario de Barcelona” (decano de la prensa española, hasta que desapareció en siglo pasado y “Faro de Vigo”, el vicedecano se convirtió en el más antiguo) la primera noticia sobre la convocatoria de la conmemoración oficial del Día de Reyes.

Las cabalgatas como hoy las conocemos se extendieron por el Levante y luego Andalucía y más tarde el resto de España.

Tradición conservada

En cuanto a la carta era un rito en la España de los años cuarenta y cincuenta. La tradición de los Reyes resiste atrincherada en el corazón de los padres y las madres y abuelos.. Y se mantuvo tiempos difíciles y apretados, pero, ¿acaso no siempre lo fueron? Yo me acuerdo de aquella España de la autarquía y la larga postguerra. Su llegada era un hecho singular y esperado, más que ahora. Os diré por qué. Los españoles vivían sencillamente como podían. Y el dinero era escaso. A uno, le regalaban algo dos veces al año: primero, en tu cumpleaños, que casi siempre era una caja de lápices o un libro (por cierto, que conservo como un tesoro). Segundo, en Reyes.

He vuelto a escribir una carta a los reyes para pedir que todo el mundo pueda vivir la vida digna que merece; para hacer un mundo mejor, para recuperar la fe en el futuro Para que los hombres buenos no se cansen de serlo, para que los que luchan no desfallezcan, para que jueces justos metan en la cárcel a todos los ladrones de guante blanco y que devuelvan lo robado, a todos los malhechores que ahora tanto abundan. Ya sé que es mucho pedir, pero los hombres y las mujeres de buena voluntad haremos todo lo que podamos.

Insisto, Reyes Magos de Oriente, ¡traednos ilusión! La necesitamos más que ninguna otra cosa, aunque también os agradecemos la corbata y los calcetines. Y que nadie se olvide de dejar la zapatilla donde se acostumbra. Yo lo hago. @mundiario

 

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