La Torre Eiffel se desvanece, la Torre Eiffel está perdiendo sus alas

La Tour Eiffel está perdiendo sus alas / Foto Maribel Zamudio
La Tour Eiffel está perdiendo sus alas / Foto Maribel Zamudio

Ella tiene el alma en el tiempo atrapada, está llena de hollín. Sus aristas se han oxidado. No siente sus arcos, ni sus curvas, ni la fuerza de sus manos.

La Torre Eiffel se desvanece, la Torre Eiffel está perdiendo sus alas

La señorita de hierro tiene el corazón partido, ya no tiene ganas de reír ni de ver el cielo.

París la observa, a lo lejos la está vigilando. Escondido, agazapado. París está vacío, en medio de la multitud, de miedo está temblando.

Ella quiere balancearse, curiosear un poco, vagabundear, darse un respiro. Ha comprado un billete para un tren fantasma y reservado un hotel en el paraíso.

Su secreto es un secreto de nubes azules, uno de esos que te susurra el viento. El hechizo de un barco encantado, el conjuro de un pobre y aturdido marinero.

Tiene el alma en el tiempo atrapada, está llena de hollín. Sus aristas se han oxidado. No siente sus arcos, ni sus curvas, ni la fuerza de sus manos. Está viuda de enero. Lleva despierta demasiadas lunas, demasiados aguaceros.

Alguna vez la he oído pedir ayuda, a gritos en su silencio. Se ilumina por unos segundos cada hora, para disimular, para dar ejemplo. Es tozuda y orgullosa, no le gusta que las estrellas adivinen su duelo.

Por las noches escribe versos, han lastimado sus alas y sus patitas este invierno. Palidece, y sus fantasmas no le dejan ver el sol. Ya no busca en sus viejas fotos su reflejo.

Y llueve y llueve… París se ha quedado otra vez callado. París está triste y desierto. El metro enmudece, las luces se han apagado. Ella ha perdido en el Sena sus tréboles, sus besos con corazón, el beso robado. Ha perdido la magia, ha perdido el color. Ha perdido un suspiro de un millón de años. @mundiario

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