Todos somos como la tortilla española

Tortilla de Asturias
Tortilla de Asturias

Quizás, la vida está hecha y fabricada de millones de realidades-cosas-entes que son modestas y humildes, pero si nos faltan en el mundo se nos cae encima, como si fuesen roturas de los bucles-espirales-laberintos-puzzles del existir y del ser y del estar.

Todos somos como la tortilla española

Todos, somos y recordamos sabores, frases, palabras, recuerdos, olores que han conformado nuestro existir, que nos han condicionado el vivir y el estar en este mundo.

Todos nos preguntamos cómo habría sido nuestra vida, si en vez de tomar ese camino hubiésemos tomado el otro. Si en aquel momento, en vez de decir si, hubiésemos expresado no.

Todos sabemos que hemos olvidado mucho de mucho, y también que mucho ha sido transformado en nuestra conciencia, ser y pensar y sentir.

Todos no sabemos que es exactamente la existencia, pero estamos en ella, como el resto de animales, no sabemos muy bien, ni lo que somos, ni lo que estamos, ni lo que pensamos, ni lo que sentimos, no sabemos muy bien a lo que tenemos que aspirar, a lo que tenemos que olvidarnos, a lo que somos y dejamos de parecernos.

Todos estamos en este mundanal ruido, con voces y silencios y sinfonías, con hechos y datos, donde millones de entes racionales existen, e influyen de mil modos en el mundo, con billones de entes irracionales, que también producen su sombra en este planeta.

Todos nos miramos al espejo de nosotros mismos, y de él surgen volcanes y terremotos y paisajes con jardines organizados y gestionados en la realidad de la mente y de la mente de lo real.

Todos hemos soñado diversos caminos, y todos hemos fracasado en muchas cosas, y todos hemos tenido cierto nivel de éxito en otras.

Todos, según la taxonomía clásica hemos caído en uno o en dos o en varios errores morales graves, antes se decía pecados capitales. Todos, todos en parte nos hemos arrepentido de ellos, todos en parte, no nos hemos arrepentido de ellos.

Todos somos algo más de lo que pensamos ser, quizás todos, somos algo menos de lo que sentimos que somos, todos somos más y menos de lo que deseamos ser, de la que deseamos pensar, de lo que deseamos sentir, de las miradas que tenemos…

Todos somos un enorme misterio y enigma para nosotros mismos, y también lo somos para los cercanos que nos estiman y nos quieren, y también lo seremos si en este avatar de la existencia, alguien de verdad nos estima e intenta entendernos y comprendernos.

Todos somos y estamos en este mundo un tiempo, mayor o menor, todos, nuestros actos actúan de un modo o de otro en este resplandor de la realidad, pero existen millones de pensamientos e ideas, y cada uno escoge y selecciona algunas para su existir, a algunos se les ofrecen en el supermercado del mundo, unas, a otros se encuentran detrás de la esquina con otras.

Todos, llega un día, si llegamos a suficiente edad proporcionando sombra al entramado de calles y aceras, que te planteas docenas de cuestiones sobre el hipotético o posible Otro Mundo.

Todos hemos tenido deseos y pensamientos que iban en contra de nuestras más profundas convicciones filosóficas o ideológicas o religiosas o espirituales, y hemos tenido que luchar con y contra ellas, intentando poner orden a la realidad y a lo real.

Todos hemos luchado y vencido y perdido contra esa multitud de ideas y de deseos y de intereses y de pasiones y de conceptos que en la vida nos han rebotado y reflejado y sentido y dormido y lamentado. Somos lo que somos, pero no sabemos exactamente lo que somos.

Todos somos lo que somos, y todos somos lo que no somos.

Todos hemos sentido que en algunos lugares y con algunas personas, nos han invitado con agrado que nos hagamos fotografías con ellos, para tenernos en el recuerdo con ellos, todos hemos sentido que en algunos lugares y personas, no han deseado que nos hiciésemos fotografías con ellos, para que nuestros recuerdos se olviden y no queden su presencia con y en ellos. Todos hemos sentido que la censura en la historia no solo la producen los Estados, sino los cercanos y medio cercanos.

Todos hemos pensado, una o muchas veces, si existe Dios, el Buen Dios, y qué pruebas o razones tenemos para afirmarlo o para negarlo, para esperar o dejar de esperar, para intentar amarlo u olvidarlo. Pero todos, unos más que otros, durante su existencia, todos los días lo han deseado y buscado y deseado, y otros, lo han hecho en menor medida.

Al final, todos somos como tortillas, formada por mil ingredientes, de mil sabores, de mil modos de creación, de mil modos de presentación. Todos estamos hechos de huevos rotos. @mundiario

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