¿Todas las personas están preparadas mentalmente para el teletrabajo?

Mujer teletrabajando. / Free Photos. / Pixabay
Mujer teletrabajando. / Free Photos. / Pixabay
Una tercera parte de la fuerza laboral no se adaptará nunca al Teletrabajo. Mientras, el 40,94% mantendrá su eficiencia productiva trabajando desde casa.
¿Todas las personas están preparadas mentalmente para el teletrabajo?

El confinamiento, ya sea obligatorio o voluntario, nos invita a trabajar desde casa. Tengamos en cuenta que hay una serie de actividades que no pueden ejercerse en el hogar, mientras que, para otras que sí son factibles es precisamente el hogar el que no permite su realización.

Casas pequeñas, mobiliario doméstico, herramientas inadecuadas, etc... representan unos difíciles obstáculos a resolver. Además, el estado de ánimo y unas características comportamentales concretas son condiciones imprescindibles para llevar a buen término un nivel ejecutivo medianamente eficiente.

¿Todas las personas están preparadas mentalmente para el Teletrabajo?

Esta pregunta posee una gran relevancia por sus consecuencias directas sobre la salud de la relación laboral existente entre persona/corporación y sobre el bienestar individual/social, tal y como ya comentó el renombrado psicólogo Frederick Herzberg, autor de la “Teoría de los 2 factores”.

Por ello, la compañía hispano-israelita Jacobson, propietaria del conocido algoritmo ADNe, ha realizado un análisis psicogénico sobre más de 3.000 ejecutivos y ejecutivas, ofreciendo los datos que a continuación enunciamos. Se advierte por parte de la compañía que para esta evaluación se ha utilizado el Test Azulay Bernstein, el cual no realiza una encuesta orientada hacia un estudio socio-demográfico, sino que replica el modelo sináptico de los individuos como referencia de su comportamiento.

Por eso mismo, si alguien echaba de menos unos datos relativos al grado de afinidad de los españoles y españolas al Teletrabajo, el algoritmo ADNe nos dice lo siguiente:

> El 31,75% no se adaptará nunca.

> El 4,45% tendrá escasas probabilidades para adaptarse.

> El 22,86% se adaptará a duras penas, reduciendo significativamente su eficacia productiva.

> El 40,94% se adaptará perfectamente.

Agrupando estos resultados, podemos extraer que el 36,20% no posee las características comportamentales para poder hacerlo.

Así mismo, esta tecnología algorítmica también nos aclara las razones por las cuales dichas personas no podrán adaptarse al teletrabajo... y son las siguientes:

> El 8,22% no posee el mínimo exigido en cuanto a rigor, organización y disciplina se refiere. Dicha ausencia es de origen cognitivo, lo cual se interpreta como un déficit en objetividad y visión periférica que entorpecen una ordenada programación de tareas.

> El 7,47% carece de la habilidad para trabajar individualmente, buscando continuamente un recurso emocional y afectivo respaldado por el sentido de pertenencia grupal. No saben trabajar solos.

> El 9,72% no consigue concentrarse lo suficiente como para sacar conclusiones. Por ello, a estas personas les da miedo tomar decisiones.

> El 24,22% se muestra inquieto, revoltoso y disperso, ofreciendo un exceso de energía que se agota rápidamente.

> El 27,65% no ha desarrollado la atención, la escucha ni amplía su espectro de aprendizaje. Piensan que no deben ni pueden cambiar.

> El 11,96% no posee el compromiso personal ni la autoestima suficiente para llevar a cabo las tareas encomendadas, mostrando una agresividad improductiva en su entorno en clave de rechazo.

> El 10,76% posee un comportamiento "pillo", embaucador y "tramposo" que en nada favorece la correcta ejecución de las actividades y la revisión de los resultados obtenidos.

Agrupando estos datos, el estudio nos indica que el 43,65% de estos inadaptados al teletrabajo lo son por una cuestión de rango emocional, mientras que el 56,35% lo es por una condición de índole cognitiva.

Parece ser que con la llegada del teletrabajo, las habilidades mentales y los valores psicogénicos marcan de forma definitiva la medición más precisa vista hasta la fecha.

La productividad, la felicidad, el bienestar individual, familiar, colectivo y corporativo están en juego y no parece que sea una buena estrategia posicionar “una ficha” en un tablero equivocado. Todo esto representa un verdadero “Jaque mate” a la clásica evaluación de desempeño por competencias. @mundiario

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