TLP: de un cielo tormentoso a un panorama soleado

Una mujer cubierta por una "niebla"./ Сергей Катышкин en Pixabay.
Una mujer cubierta por una "niebla". / Сергей Катышкин en Pixabay.
El propósito de este artículo no es asignar etiquetas, patologizar a las personas, ni sus relaciones, sino hablar de un funcionamiento característico de las personas que tienen el Trastorno Límite de la Personalidad (TPL).
TLP: de un cielo tormentoso a un panorama soleado

Definido por trastornos afectivos, cognitivos y conductuales, caracterizados por cambios de humor, irritabilidad, miedo al abandono, incertidumbre sobre uno mismo, los valores y proyectos de vida, dificultad para tomar y mantener decisiones, comportamiento manipulador, intolerancia a las frustraciones, así como conductas autodestructivas, son algunas de las características que afectan a una persona que sufre de Trastorno Límite de la Personalidad. 

De un cielo tormentoso a un cielo soleado, para quienes padecen este trastorno, la vida es una auténtica montaña rusa emocional, llena de altibajos, de momentos cumbre y depresión, la mayoría de las veces en un corto período de tiempo.
El término Trastorno Límite de la Personalidad significa "estar en la frontera", en la línea fronteriza, en una condición límite entre la neurosis y la psicosis. Afecta aproximadamente al 3,5% de la población mundial, en su mayoría mujeres en su adolescencia y adultez temprana, con una proporción de 7 mujeres por 3 hombres diagnosticados con TLP.

Causas del Trastorno Límite de la Personalidad 

Las causas son multifactoriales, van desde predisposición genética, cambios en el funcionamiento cerebral, factores ambientales, así como experiencias traumáticas de la niñez traducidas en agresiones físicas, como abuso, castigos físicos severos, agresiones psicosociales como bullying, abuso sexual, violencia psicológica, como por ejemplo, experiencia con padres extremadamente autoritarios (no permitir que el niño exprese sus posiciones en el proceso de estructuración de su personalidad), duelo no superado por la muerte de un ser querido, relación conflictiva entre los padres, separación matrimonial y convivencia en un ambiente hostil medio ambiente en la infancia. Todos estos factores enumerados aumentan considerablemente el riesgo de desarrollar el trastorno.

Implicación en situaciones de riesgo

Una de las características a considerar para las personas con Trastorno Límite es la implicación en situaciones de riesgo, hasta el punto de comprometer su integridad física y psicológica. Quien padece este trastorno, exhibe conductas inestables, imprudentes, intempestivas, impulsivas y autodestructivas. Por ello, pueden estar implicados en ludopatía, abuso de sustancias tóxicas e ilegales, alimentación compulsiva, oniomanía (compra compulsiva), nomofobia (uso excesivo de teléfonos móviles, smartphones) y sexo compulsivo. Suelen no completar lo que empezaron, así como destruir en un momento lo que han construido durante mucho tiempo, ya sea un proyecto o una relación. Para una persona con TLP, es muy difícil permanecer en una relación afectiva, en un trabajo o en relaciones interpersonales a largo plazo, ya que la forma en que trabaja la persona daña inmensamente todos los ámbitos de su vida, en una dinámica constante de deconstrucción y construcción de relaciones y pérdidas que la persona puede tener en diversas circunstancias y que involucran a personas y cosas.

Desafortunadamente, las autolesiones son muy comunes. Así, la persona se corta para aliviar su intenso dolor emocional, materializando en el cuerpo esta emergencia en la resolución de la situación emocional conflictiva. En los momentos críticos, la ideación y el intento de acabar con el sufrimiento mediante el suicidio están presentes, teniendo este trastorno de personalidad una tasa de muerte por suicidio muy elevada.

Características psicológicas, signos y síntomas

Quien sufre de Trastorno Límite vive en una lucha constante contra el sufrimiento diario ante los dramáticos síntomas que les presento a continuación:

> Ideas paranoicas (por ejemplo, la persona está segura de que alguien está hablando de él, de que se están riendo de él o de que alguien está persiguiendo, saboteando, conspirando, etc., sin ninguna evidencia plausible de ello);

> Baja autoestima;

> Disociaciones (despersonalización y desrealización);

> Idealización de personas y situaciones;

> Inestabilidad emocional: cambios de humor, irritabilidad, ataques de rabia e ira;

> Comportamiento de manipulación;

> Intolerancia a frustraciones, críticas, reglas y límites;

> Conductas autodestructivas: abuso de sustancias, autolesiones, pensamientos e intentos de suicidio;

> Sentimientos de inutilidad, angustia y vacío;

> Ansiedad;

> Percepción distorsionada de la propia imagen;

> Relaciones interpersonales inestables y caóticas;

> Dependencia simbiótica (principalmente en las relaciones afectivo-maritales);

> Miedo real o imaginario de ser abandonado o rechazado;

> Inestabilidad de los afectos (en un momento lo quieres, luego no lo quieres más. Por ejemplo: esa persona es la mejor persona del mundo, un ángel que cayó del cielo para ayudarte, luego se convierte en la peor persona, un monstruo que vino a acabar con su vida y que luego vuelve a cambiarlo todo en una permanente inestabilidad.

¿Cómo es una relación afectivo-marital con una persona que tiene TPL?

En sus relaciones, la persona con TPL tiene una forma de funcionamiento contradictoria y compleja, por lo que lleva estas características a sus relaciones afectivo-conyugales, donde sus dinámicas de funcionamiento son de tipo simbiótico, ambivalente e incoherente. Es decir, es una relación altamente dependiente, donde el otro se convierte en el referente, donde la existencia misma no es posible sin el otro, porque esa persona es “todo lo que quería”. Es una relación intensa en todos los sentidos, pero siempre superficial y de poca durabilidad.

La adicción llega a tal punto que la persona se cancela para satisfacer el deseo del otro para no perderlo. Como se informó anteriormente, la pareja es todo en su vida, el mejor hombre o la mejor mujer del mundo, un ser perfecto e idealizado que por cualquier motivo y de repente se convierte en un impostor, su peor enemigo, una persona pésima, sin carácter y engañosa. De una hora a otra, el paisaje relacional puede cambiar, como del agua al vino.

Como la persona con TPL presenta un pensamiento marcadamente dicotómico caracterizado por "todo-nada", "amor-odio", "claro-oscuro", sin tonos intermedios de sentimientos en su forma de relacionarse, esta misma pareja pasa por ser percibida de manera ambivalente. En otras palabras, el que fue el amor de su vida por muy poco o incluso por un hecho imaginario o fantasía regida por el miedo, se convierte en un personaje tremendamente malvado, la peor persona del mundo, al que hay que sacar o incluso romper la relación. Y suele ocurrir que se rompe, provocando mucho sufrimiento, ya que la finalización no fue exactamente lo que la persona quería, siendo obligada a hacerlo por el "desengaño amoroso", en realidad una idealización de la otra persona que “cayó en el suelo ".

La relación afectivo-marital de una persona con PLT se caracteriza por el miedo al abandono, la traición, las frustraciones y por ello esta persona se protege constantemente de no profundizar sus relaciones aunque no sea "consciente" de ello, siendo muy conflictivo, un verdadero sube y baja emocional, una oscilación constante en aguas turbulentas. Como ya se mencionó, las personas con un funcionamiento de personalidad límite son contradictorias e inconsistentes y, en consecuencia, sus relaciones son caóticas y ambivalentes. Si, por un lado, temen el abandono de la pareja, se contradicen con el autosabotaje para arruinar por todos los medios la relación que desean mantener a toda costa.

¿Cómo puede ayudar la psicoterapia?

Para que una persona con trastorno límite tenga una vida de calidad, es necesario desarrollar estrategias de comportamiento para lidiar con el estrés y la impulsividad. El manejo del estrés es un factor crucial en la dinámica del tratamiento. He enumerado aquí algunos factores que el psicólogo puede ayudar:

> Aprender a lidiar con las emociones y la afectividad, comprobando que muchas veces sus reacciones emocionales son desproporcionadas al evento provocador, siendo necesario trabajar sobre distorsiones cognitivas y percepciones distorsionadas de la realidad;

> Manejar el estrés y la impulsividad, llevando al paciente a conocer el contenido que genera ansiedad a través del proceso de autoconocimiento y análisis ambiental;

> Elaborar problemas subyacentes a sus temores de abandono y rechazo, así como aprender a lidiar con frustraciones y críticas de manera asertiva;

> Elaborar cuestiones relativas a conductas compulsivas y de riesgo;

> Trabajar la autoimagen que en el TPL suele estar distorsionada;

> Aprender estrategias psicosociales para relacionarse de manera más asertiva;

> Trabajar sobre ideas suicidas, por qué autolesionarse, angustia intensa y vacío existencial;

> Reasignar possibles experiencias abusivas y / o traumáticas como abuso sexual, negligencia, abuso psicológico y agresión física. @mundiario

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