Sugar Nation: arcángeles que verdaderamente amaron a la diosa Taylor Swift
"Esos jóvenes mueren tras el rastro de sangre y plumas, porque Taylor no perdona a los disidentes, a aquellos imberbes que perdieron el tiempo con otras músicas", Prosa poética.
"Yo no quería verla. No quería escucharla. Maldita sea. Taylor regresaba del infierno con su cola de pez abubilla y los jóvenes rebeldes suplicaban el perdón. Pero el perdón no era ejecutable. El perdón era morir lentamente tras escuchar a Katy Perry. No se le pueden hacer esa clase de feos a Taylor Swift ni a los arcángeles que desfilaban por el precipicio. Esos sí que amaban a la diosa del pop, a la diosa de cara armónica y ojos sellados, a la chica que cantaba country antes de ingerir las medicinas.
Nada hay que reprocharle a esa cantante que salió de los fuegos para que la honrásemos, para que los murales de los colegios solamente hablasen de ella. Los jóvenes rebeldes fueron asaeteados y mordieron la pluma y el ojo del castor que alguien, llamado Homero, olvidó disecar.
Mala suerte. Los animales como esos se van siempre con quien menos te esperas. Hoy he visto a un meteorito en mitad del desierto y se llama Taylor, bendito surrealismo".
