La solución para acabar con la salvajada del Toro de la Vega está en las elecciones

Toro de la Vega. / Archivo
Toro de la Vega

Es necesario que los partidos políticos tomen decisiones acerca de temas comprometidos y no los pasen por alto esperando a las próximas elecciones. El Toro de la vega exige algo más que debate.

La solución para acabar con la salvajada del Toro de la Vega está en las elecciones

 

Es necesario que los partidos políticos tomen decisiones acerca de temas comprometidos y no los pasen por alto esperando a las próximas elecciones. El Toro de la vega exige algo más que debate.

No me considero taurino ni antitaurino. Reconozco que mis conocimientos sobre tauromaquia son escasos, por no decir nulos. Tampoco me planteo prohibir la fiesta de los toros, es algo que me da igual. A quien le guste que acuda y a quien no, que no vaya. Todo esto viene a colación por la reciente fiesta del Toro de la Vega. Es una fiesta cuya primera referencia escrita se remonta a 1534. Sus defensores aseguran que es una tradición y que quieren conservarla, mientras que sus detractores, por el contrario aseguran que es un linchamiento desigual a un animal causándole la muerte. A mí, personalmente, me parece una salvajada, y por eso mismo no acudo a las fiestas. Parece sencillo ¿verdad? Pues no lo es.

Desde mediados de los años 50 del pasado siglo, varias organizaciones de defensa de los animales luchan para suprimir el festejo. La pregunta entonces es la siguiente: Si los habitantes del Tordesillas han elegido de forma democrática a un alcalde que está a favor del Toro de la Vega ¿por qué razón debemos impedirlo? Se han seguido todos los cauces democráticos, por tanto, impedir un evento elegido por la mayoría sería un acto antidemocrático. ¿O solo somos demócratas cuando nos conviene?

Si no queremos que se siga celebrando el Toro de la Vega, la solución es sencilla. Que los partidos políticos tomen decisiones, arriesgadas por lo que se ve. Y no precisamente llamando a programas de televisión basura para ganar cuatro votos, sino prohibiendo a sus representantes que autoricen estas fiestas. Es posible que tenga consecuencias desastrosas para los partidos mayoritarios —o no— pero no así para los otros. Provocar revueltas, discusiones, heridos nos lleva a la anarquía, a la ley del más fuerte.

Piensen. Sean buenos.

> La canción regalo de hoy no podía ser otra: Anarchy in the UK de los Sex Pistols. Creo que ellos pueden describir, mucho mejor que yo, lo que es la anarquía. Una canción de las grandes: No sé lo que quiero, pero sé cómo conseguirlo. Disfruten. Son los Sex Pistols.
 

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