En Silicon Valley son sexistas y hacen muy poco para cambiarlo

Mujeres trabajando. Pixabay.
Mujeres trabajando. / Pixabay.

Luego del escándalo de Hollywood protagonizado por Harvey Weinstein, son muchos los sectores de trabajo en el mundo en donde han denunciado el acoso sexual. La meca de la tecnología fue uno de ellos, sin embargo, hasta ahora hacen poco para poder cambiar esto.

En Silicon Valley son sexistas y hacen muy poco para cambiarlo

El sexismo en Silicon Valley es una realidad. Han presentado libros, despedido a algunos empresarios y se ha hecho evidente que cuando empresas como Google evitan publicar sus cifras para saber la diferencia entre lo qué gana un hombre y una mujer, es fácil concluir que la desigualdad es algo que reina en la meca de la tecnología.

Cuando viramos nuestro objetivo hasta uno de los lugares más modernos del mundo, es interesante apreciar cómo se trata de un lugar totalmente gobernado por el género masculino en donde se hace muy poco para cambiar esta realidad o en donde movimientos como #MeToo y Time’s Up realmente no han terminado de calar. Alex Fielding, CEO de Ripcord, ha sido el último empresario en caer bajo la lupa al ser denunciado por Perry Coneybeer, una joven de 19 años, que trabaja para la empresa y quien aseguró que su jefe le mostraba porno en su ordenador y le pedía consejos sobre las escenas. La joven no acudió a un compañero, alto cargo o a hasta un departamento de la empresa para presentar quejas, recurrió a Internet para publicar un post detallando lo que le pasó.

Travis Kalanick, cofundador de Uber, ha sido otros de los empresarios que cayó en desgracia gracias a las denuncias de Susan Fowler quien también escribió un post expresando lo que era trabajar en Uber siendo mujer. Fowler y Coneybeer comparten problemas similares: ninguna contaba con apoyo dentro de sus empresas para hablar de sus problemas, así que recurrieron a soluciones alternativas.

El problema del acoso y el abuso contra el género femenino es algo común en Silicon Valley, un lugar en donde se realizan orgías sexuales o en donde empresas tan avanzadas –tecnológicamente- como Google o Facebook, no se paga lo que debería las mujeres. Al respecto de este fenómeno, el centro Kapor ha publicado el primer estudio que evidencia el problema. Allison Scott, responsable de la investigación, señala entre las conclusiones que un 25% de las mujeres consultadas dejaron su trabajo voluntariamente al ver que no eran escogidas para un ascenso; un 27% de las mujeres expresó que no conseguían el mérito que merecían luego de presentar sus trabajos; y hasta un 75% aseguró que necesitan de un mejor salario.

Al fin de cuentas Silicon Valley, por más inclusivo y multicultural que parezca, sigue siendo –por ahora- una pieza más de lo que es el mundo actualmente: un lugar en donde los poderosos se benefician y abusan. @mundiario

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