El sexo debe de ser dos, pero a veces es sólo cuestión de uno mismo sin más

La sexualidad de las manos
La sexualidad de las manos.

- Al terminar, te llamo por teléfono, con el solo hecho de oír tu voz completo mi sexualidad. Me siento plena, aunque todo sea un plagio de tu cuerpo en mí.

El sexo debe de ser dos, pero a veces es sólo cuestión de uno mismo sin más

Y entonces, mi dedo se hizo tuyo. No estás tú en mi ser, pero cada caricia que me hago con mi mano, me imagino que eres tú. En mi mente y mi pensamiento eres tú el que estás teniendo sexo conmigo, aunque en estos momentos, estoy completamente sola, tumbada en mi cama.

Pasa cada segundo, mi dedo sigue las curvas de cada parte de mi cuerpo, cada instante, te lo robo todo. Es lo más parecido a un acto sexual. Engaño de la realidad. Ni tan siquiera sabrás que estás haciendo el amor conmigo. Mañana te miraré. ¿No te das cuenta aún de lo qué pasa?

El único problema que tengo ahora mismo es que tus besos no me llegan, no estás presente en mí para acariciarme. En mi imaginación, sin embargo, si te veo, te deseo, te necesito... Por el momento, me conformo. No doy forma a tu cuerpo, sólo siento el simulacro de placer.

No me sirve nadie más que tú en este negocio del cariño y amor, por eso, prefiero estar sola conmigo y mi fantasía. Me toco en todas partes. Para mí, no es lo mismo. Tengo una foto tuya en la pared, te miro y te devoro cada momento.

Siento que eres tú el que estás en mí. El que me penetra, el que me hace tan sumamente feliz. Tú no eres partícipe de eso, pero nunca lo sabrás.

Al terminar, te llamo por el teléfono, con el solo hecho de oír tu voz completo mi sexualidad. Me siento llena y plena aunque todo sea un plagio de tu cuerpo en mí.

Comentarios