La Seguridad Social, ¿una máquina con gran potencia administrada por personas con carné de moto?

Dr. Luis Miguel Santos. / Y.A.
Dr. Luis Miguel Santos. / Y.A.

El dr. Luis Miguel Santos habla de su experiencia en la sanidad pública y de la necesidad de que existan más profesionales de la medicina en la toma de decisiones administrativas.

La Seguridad Social, ¿una máquina con gran potencia administrada por personas con carné de moto?

Se cuestiona últimamente la situación por la que atraviesa la seguridad social en nuestro país, por ello hablamos con el doctor Luis Miguel Santos Martín, quien inició sus estudios de enfermería en Plasencia, obteniendo unos resultados excelentes. En Huesca comenzó medicina trasladándose a la universidad pacense y trabajando entre curso y curso para sufragar gastos. Su vocación por la medicina, estando en segundo de enfermería, lo llevó a especializarse en el área de Digestivo gracias a un cirujano de la facultad de enfermería. Quedando en muy buena posición en el MIR, inicia su andadura en el Hospital Universitario de Badajoz.

— ¿Qué sintió la vez primera que se vio delante de una cirugía?

— Pues si te digo la verdad... He jugado en varios equipos de baloncesto y sentí lo mismo que cuando me decía el entrenador “a jugar” saliendo del banquillo.

— ¿Y miedo en algún caso o consideras que el miedo no debe existir en el campo médico?

— Miedo no... Sí he sentido peso, agobio, angustia. Cuando un caso no va, te acuestas con la imagen del día.

— ¿Y con la experiencia, vas minimizando esa sensación o eso está en el ser?

— Eso siempre queda, pero por casos similares que ya has vivido. La experiencia te va generando serenidad. Pero todos los días, por suerte, hay un caso nuevo o diferente que te provoca esa inquietud o intranquilidad.

— ¿Constante aprendizaje hasta la hora de jubilarse como los buenos doctos?

— Eso espero. Conozco a un gran adjunto especialista en Digestivo, que es todo un espejo para mí, recientemente jubilado, que tiene la capacidad de sorprenderse día a día, eso me ilusiona.

— ¿Cómo definiría la Seguridad Social española?

— El mejor bien que tenemos, envidiable, avanzado, admirable. Una máquina con una potencia incalculable manejada por personas que tienen carné de moto.

— Una metáfora que nos retrata lo que piensan los ciudadanos, ¿qué haría si estuviera en sus manos esa maquinaria?

— Me enfrentaría más que seguro a muchas dificultades, trabas, obstáculos que impedirían conseguir una correcta distribución de los recursos, y que te acaban obligando a perder la ilusión y hacer dos cosas, o corromperte o abandonar, y lógicamente soy de los que optaría por la segunda.

— ¿Considera que un político, para llevar un cargo en materia específica, debería ser profesional de ese sector para poder desarrollar su responsabilidad con destreza? Y ¿considera que la política pueda invitar a eso para que muchos profesionales terminen en la privada?

— Eso debería ser una prioridad, aunque no garantiza el éxito, hay que tener honradez primero, formación después, y por supuesto capacidad y lo más importante, que te dejen trabajar y luchar por tus ideas.  Creo que la gran mayoría de los que nos dedicamos a esta profesión, nos llena la vocación, va en el ADN, pasamos por una residencia o periodo formativo en el que nosotros mismos somos conscientes, año a año de nuestra evolución, crecemos allí, lo consideramos nuestra casa.

Cuando el sistema quema al personal es muy triste, porque suelen ser casos, que no es el mío, de personas que han aportado mucho, durante años y años y sí, algunos pueden tomar ese camino. Un lugar donde eres un nombre, no un número.

— Usted trabaja también para la sanidad privada con marcas como  Vivanta  que ha recibido recientemente el premio Con Salud de manos de nuestra ministra de sanidad. ¿Qué labor desarrolla usted en el equipo de medicina de Vivanta?

— Mi labor allí, como la de otros profesionales, es prestar la mejor atención a  pacientes en materia de obesidad y sobrepeso,  nuestro objetivo es conseguir un estado óptimo de salud y favorecer una mejor calidad de vida a los pacientes. Para ello se cuentan con diversas técnicas, como colocación balón intragástrico, cirugía endoscópica de obesidad, y otras técnicas de última generación.

— Tengo entendido que en Badajoz recibe en la privada de Vivanta muchos pacientes de ciudades a dos horas de su consulta, esto ¿se debe a los resultados y trato con sus pacientes?

— Hay que hacer una correcta y “restrictiva” casi selección de los pacientes, no somos sanidad de “Low Cost” como otras marcas. Los resultados son excelentes, lo cual me refuerza, pero mi visión es la estar preparado para los que puedan salir mal, y por supuesto para revertir la situación, ese es mi objetivo ya que los buenos resultados no vienen solos, detrás de ellos hay tiempo y dedicación. Y quizás, como decías antes, la vocación es lo que te reconforta cuando me paran pacientes por la calle para decirme lo bien que les va.

— Considera que la política actual ¿invita al profesional a la privada?

— Bueno, en el SES, cuando no tienes plaza en propiedad dependes de una bolsa de empleo. Ya presté durante un año y medio servicio como médico digestivo en el antiguo “Hospital Infanta Cristina” de Badajoz, tras finalizar con ellos en marzo 2019, y con la promesa recíproca de que siempre volvería, llegaron otros acontecimientos; uno de ellos, recientemente, estoy excluido de la Bolsa, tras rechazar un contrato de un mes en el que además se me pedía realizar guardias en la unidad de urgencias, impensable a día de hoy con la necesidad de médicos Digestivos a nivel nacional. Por aquel entonces estaba prestando servicio a una sociedad privada de Digestivo en Campo de Gibraltar (Cádiz), como endoscopista para terminar con la lista de espera de dicho área de salud, perteneciente al SAS (incompatible dicha actividad con ninguna otra del sistema sanitario español).  Termino mi trabajo, me solicitan en el Servicio Extremeño de Salud  un certificado o cese de contrato para volver a ser incluido en su bolsa de trabajo.  Me presto a colaborar en lo que se me pide, pues en el servicio de Digestivo ya contaban conmigo, incluso aparecía provisionalmente en sus planillas, teniendo ubicada actividad. Cuál es mi sorpresa que como requisito, además, se me exige darme de baja como autónomo, interfiriendo todo ello en mi actividad privada planificada.

— Pero estamos hablando de frenar su desarrollo laboral teniendo en cuenta, además, las quejas, tanto en los mass media como en las propias consultas médicas, de los profesionales de la sanidad gratuita respecto a la escasez de personal.

— Bueno, tras conversaciones telefónicas y a pesar de la falta de médicos especialistas en SES como bien apostilla, decido no asumir dicha petición, por haber estado dependiendo plenamente de esa condición los meses anteriores, y por la que podía desempeñar mi actividad.  Se sondea la lista de médicos especialistas para asumir mi negativa, y no se encuentran médicos disponibles.  Ante tal situación, y sintiéndome con la responsabilidad de asumir la necesidad de lo que siempre considero mi servicio, se intentan acercar posturas de nuevo, resultándonos imposible , si no es con las condiciones que exigen . La última sorpresa, cuando estoy a punto de asumir los requisitos solicitados, nos enteramos de que tal contrato no existe ni se piensa cubrir hasta no sabemos cuándo, por lo que unilateralmente, decido apartarme.

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