El sector farmacéutico argentino trabaja para lograr una mayor unidad

Campaña a favor de las farmacias en Argentina.
Campaña a favor de las farmacias en Argentina.

Todo pasa por afianzar el modelo profesional, devolviendo todos los medicamentos a la farmacia y restableciendo su economía para que los beneficiados sean el paciente y el sistema.

El sector farmacéutico argentino trabaja para lograr una mayor unidad

Generalmente, toda profesión es la consecuencia de una necesidad social bien definida; donde exista esta última siempre aparecerá quien intente solucionarla obteniendo un beneficio y transformándola, en muchos casos, en su modo de vida. Este pensamiento puede ser percibido de una manera muy poco agradable, sin embargo la realidad humana lo muestra así. No obstante, esto no sería motivo de ninguna discusión si esa falencia social es resuelta prestando un servicio acorde y que reúna todas las cualidades, sin intenciones de lograr ganancias extraordinarias.

Para el caso de la Farmacia no evade a este análisis, el problema radica en que muchos de sus actores plantean un doble discurso; por un lado, hablan de una necesidad social cubierta por un medicamento de calidad, enfatizando en el buen uso del mismo, y por el otro fomentan el abuso, que se contrapone con la salud del paciente y de todo el sistema sanitario, con el solo objeto de satisfacer su gran avaricia. Dentro de esta gran ambigüedad está el hecho de que contemplan la necesidad de tener un experto en el tema y por el otro intentan reemplazarlo por una góndola, dejando los fármacos al alcance del consumidor que como está demostrado conduce al consumo descontrolado, haciendo abuso del medicamento con graves consecuencias para su salud.

A todo esto se le suma el apoyo que reciben de algunos funcionarios de la política, con los que obtienen el marco legal necesario que los protege, haciendo que sus grandes mentiras sociales pasen a ser normales y por ende desapercibidas, transformando al medicamento, un bien sanitario, en una simple mercancía, llevando el modelo profesional a uno mercantilista.

A su vez, debemos recordar que la farmacia fue incorporando procesos industriales hasta llegar a lo actual; estos cambios de escenarios hicieron que el farmacéutico readecuara su rol profesional haciendo que la comunidad lo viera como un comercializador de fármacos, empeorando aún más su situación el hecho de que los laboratorios fueran imponiendo condiciones asfixiantes que hicieron a la farmacia económicamente débil, y muchos profesionales terminaron incorporando rubros que poco tienen que ver con la esencia de esta profesión.

Claves empresariales

Algunos de esos pequeños laboratorios, manejados con una visión netamente empresarial, lograron transformarse en empresas multinacionales, que asociados en Cámaras de Laboratorios comenzaron a hacer de intermediarios entre las Obras Sociales y las Farmacias, obviamente no todo es gratis sino que obligaron a las Farmacias a darles grandes descuentos a cambio de otorgar la atención; es aquí donde se da algo que es muy común cuando un sector no está lo suficientemente unido, y es que aparecen los oportunistas; es por ello que no todo es culpa de los laboratorios, grandes empresas o políticos de turno, sino que también el sector farmacéutico ha sido parte de lo sucedido.

Estos grandes aportes a la seguridad social debilitaron paulatinamente a las farmacias que para subsistir, algunas de ellas, comenzaron a incorporar rubros insólitos (zapatos, celulares, pilas, revelado de fotos, etc.) que no han hecho otra cosa que posicionarnos en un muy mal lugar ante la opinión pública. No obstante, no todo el sector funcionó de la misma manera, sino que muchos profesionales siguieron desempeñándose como tales y fueron quienes han intentado revertir la situación.

Otro de los puntos a destacar es que algunos laboratorios han estimulado la venta de sus medicamentos por canales extra-farmacias (venta libre, productos de uso crónico, especiales, etc.), avalados por la desregulación impulsada, en la década del 90, por el gobierno de Carlos Menem y su Ministro de Economía Domingo Cavallo, situación que se ha comenzado a revertir a través de la Ley Nacional N° 26.567, promulgada de hecho el 17 de Diciembre de 2009, bajo la Presidencia de Cristina Fernández de Kirchner.

Todo estos puntos planteados han producido un vaciamiento de la Farmacia, no solo desde el punto de vista económico sino de la imagen social, hasta el extremo que los jóvenes han perdido el interés por estudiar farmacia con la consiguiente falta de profesionales.

Desde mi punto de vista es un grave error no enfatizar en tener especialistas en cada tema de salud, y el medicamento no es uno menor, recordemos que con la evolución del mismo nuestra calidad y cantidad de vida ha crecido exponencialmente; por lo tanto, lograr un adecuado manejo del mismo redundará en beneficios para el paciente o consumidor y del sistema de salud. 

Para lograr estos conceptos debe existir un servicio de calidad y con capacidad de acompañar el avance de la farmacología, para lo cual indefectiblemente se debe reconocer al farmacéutico como un actor sumamente necesario a la hora de lograr buenos resultados terapéuticos; al momento de los reconocimientos no es solo por una simple formalidad, sino que está demostrado que es el especialista que más contacto tiene con el enfermo y que a su vez es especializado en una Universidad en todo lo relacionado al medicamento.

Trabajo mancomunado

Obviamente, no todo se logra con el esfuerzo unipersonal o sectorial sino que esto debe ser un trabajo mancomunado en donde las autoridades intervengan para preservar el sistema farmacéutico argentino; es decir, se requiere de aquellos que no potencien un consumo descontrolado de medicamentos, por la sencilla razón que terminarán incrementando el gasto de las obras sociales, el individual y el del sistema de salud (por ejemplo: existirán hospitalizaciones prolongadas por intoxicaciones o por descompensar otras patologías preexistentes). Con las decisiones correctas, no viciadas de intereses económicos, se puede mejorar la salud general de las personas, disminuyendo el número de muertes innecesarias.

También hay que destacar que existen algunas farmacias que son funcionales a ese modelo mercantilista, estableciendo relaciones con algunos laboratorios que fomentan la concentración en unos pocos; todas las actitudes mencionadas si no son revertidas conducirán a la desaparición del modelo profesional, transformando a las farmacias en lugares donde se realizan simples actos comerciales que atentan contra una mejor salud.

Por lo planteado, el sector farmacéutico argentino debería lograr una mayor unidad y trabajar concienzudamente en beneficio de la salud de la comunidad y de su propia parte.

El objetivo plural pasa por afianzar el modelo profesional, devolviendo todos los medicamentos a la farmacia y restableciendo su economía para que los beneficiados sean el paciente y el sistema sanitario.

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