Sara Carbonero versus Sheila Izquierdo: el talento y el enchufe en televisión

Sheila Izquierdo/ eltelevisero.com
Sheila Izquierdo/ eltelevisero.com

Me parece mal que a Sara Carbonero se le machaque con el fracaso de "Quiero ser", pero está claro que en televisión no basta con la imagen y la fama.

Sara Carbonero versus Sheila Izquierdo: el talento y el enchufe en televisión

Le pasó también a Pilar Rubio con OT. Está claro que en televisión no basta con ser mona o con una biografía interesante de love affairs para que el público acate la ortodoxia y los contenidos de un programa.

En España, la envidia es un estigma como el pecado original y no me parece justo que a Sara Carbonero se le haya machacado en prensa y en redes tras el fracaso de audiencia de su programa. Yo también estoy cayendo en el vicio probablemente. Los directivos y programadores también son responsables de esa muerte anunciada; solamente había que darse cuenta de la sosería de la promo de Quiero ser. Recuerdo a Sara Carbonero, guapa, muy guapa, presentando los deportes en Telecinco y siendo acusada de ser la topa en el vestuario del Madrid en la época Mourinho. Recuerdo el beso con Casillas y poco más. Ahora se le da un programa propio que cae a las primeras de cambio.

Con Pilar Rubio se hizo lo mismo hasta hundirla plenamente y convertirla en una mujer florero en El Hormiguero. No sé cuál será el futuro de la guapa Sara Carbonero y entiendo que las oportunidades hay que aprovecharlas, pero también existen las virtudes de de la humildad y la templanza.

La 2 presenta cada domingo un programa de música para acercar el trabajo de orquesta y la música clásica a grandes y pequeños. El programa se llama Virtuosos, un acierto mediático presentado por el maestro Ramón Torrelledó y por una joven guapísima y pizpireta, Sheila Izquierdo.

Sheila Izquierdo ha trabajado en multitud de programas, desde el Grand Prix hasta Cifras y letras. La presentadora de Virtuosos tiene un impresionante currículum académico y profesional, y es la primera vez que reparo en ella.

La pregunta es inevitable: ¿Por qué Sara Carbonero? ¿Por qué Pilar Rubio? ¿Por qué Sheila Izquierdo, con su currículum y su trayectoria profesional, no ha tenido la oportunidad de las anteriores? La endogamia, el enchufismo y el clientelismo son males tan gravosos como la envidia que está castigando duramente a Sara Carbonero. Espero que los rápidos y efímeros ascensos mediáticos de la Rubio y la Carbonero no obedezcan a ninguno de esos males. Pero quizá merezca la pena esta reflexión: que la imagen, una fama momentánea y una biografía que roza el papel cuché también condicionan el fracaso mediático. Es necesario sobre todo el talento y la preparación que se adquiere durante años para caer bien al público. He dicho.

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