En rigor humortis: La definición de humor es… ¿la que me dé la gana? 

En rigor humortis. Alex Pelayo. (1)
En rigor humortis. / Alex Pelayo.
Existen humoristas que hacen reír y no hacen humor. Decir la cruda verdad da risa, tocar temas tabúes en público da risa, pero esto se hace sin elaborar artísticamente para que se ajuste al real concepto de humor.  
En rigor humortis: La definición de humor es… ¿la que me dé la gana? 

La definición de humor que más abunda es: “Humor es el que hago, digo o el me gusta a mí; no el que hace, dice o le gusta a otro”.

Muchos “opinólogos” definen el humor de esa manera, incluso sin darse cuenta. Sobre todo los que defienden ese humor crítico, ácido, bien burlón, sarcástico, agresivo, ofensivo y hasta humillante. Y por supuesto, poniéndoles nombres y apellidos a las víctimas de sus burlas.

Por ello necesito aclarar (y aclararme) sobre este asunto.

¿Ese humor que acabo de describir es válido? Bueno, primero hay que saber si lo que se hace es realmente humor. Porque muchas veces se confunden los conceptos a causa de la risa y los aplausos, como ya he señalado en otros textos. Existen humoristas que hacen reír y no hacen humor. Por ejemplo, decir la cruda verdad da risa, tocar temas tabúes en público da risa, hacer burla con escarnio (donde la víctima no se puede defender) da risa, etcétera, pero esto se hace o dice sin elaborar artísticamente para que se ajuste al real concepto de humor. Esas risas que producen entonces son fáciles, obvias y no son fruto del placer humorístico, ni del estético. Pero como las dice o hace un “humorista”, muchos piensan que es humor.

Una vez separado entonces ese concepto que enturbia todo, sigamos con la respuesta de si ese humor es válido o no.

Pienso que si es siendo realmente humor, toda modalidad, todo tipo de humor, de cualquier forma y contenido es válido. Lo contrario sería violar lo sacralidad de la libertad de expresión.

Por lo tanto, al ser válido, es aceptable todo tipo de humor: el blanco, el burlón, el negro, el absurdo, el verde, la ironía, el sarcasmo, la sátira, el que se hace solo para reír, el que se hace para reír y pensar, etcétera, incluyendo ese ofensivo, ácido y agresivo que mencioné al inicio. Y si alguien se siente ofendido por un chiste, que lo ignore o lo denuncie por los canales civilizados y democráticos.

Pero esto mismo que estoy afirmando lo esgrimo como argumento contra los que definen el humor a su gusto y/o conveniencia. No es válido eso de que “humor es solo lo que hago, digo o me gusta a mí”.
Por suerte, el humor es más que cada modalidad, tipo, forma o contenido. Entonces, por favor, si dicen públicamente que “el humor tiene que ser comprometido”, “para que el humor sea humor tiene que doler”, etcétera, sólo están diciendo una verdad a medias, porque humor es lo contrario también. Y solo consiguen confundir o malformar el gusto a la gente.

Y en cuanto al humor que hacen los militantes de ese humor burlón, ácido, agresivo, les doy algunos datos:
Molière, en el prefacio de Tartufo, dijo: "El deber de la comedia es corregir a los hombres entreteniéndolos".
Pero como el humor satírico critica a la autoridad, pero a nadie en particular para que sea universal y haga pensar más, Moliere en “El enfermo imaginario”, esa comedie-ballet de tres actos, satiriza a la profesión médica, pero no a uno o varios doctores en específico, sino, no hubieran trascendido sus obras.

Otro ejemplo, Les Luthiers no critica ni nombra a tal o más cual político, pero hace la sátira “El himno nacional”, donde muele y aplasta a las autoridades corruptas. A nadie se le olvidará ese mensaje si disfrutó este número alguna vez.

¿Significa que es “malo” hacer humor contingente? Por supuesto que no. Las sociedades deben estar bajo el prisma del humor satírico para corregir en lo posible los errores y las malas prácticas. Por ejemplo, es importantísimo el trabajo de los humoristas gráficos editorialistas, por hacer pensar a la sociedad día tras día, abriéndole los ojos.

Los “standuperos” hacen también lo mismo. Algunos con ingenio, pero muchos para sacar la fácil carcajada como ya reflexioné anteriormente. No sé por qué. Siempre he pensado que ellos, al subirse al escenario y decir cosas “importantes”, se vuelven “dioses”, sienten que están sobre el Bien y el Mal y por lo tanto, sus trabajos se hacen mediocres. Es muy fácil notar la diferencia con los que practican esa modalidad escénica con talento, inteligencia, profesionalismo y humildad.

En resumen, ese humor basado en la crítica a “lo feo y malo” de la actualidad es importante –haciéndose bien, insisto-, ¡pero no es el único humor que existe! @mundiario

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