Revalorizar la lealtad

Campaña de Manos Unidas.
Campaña de Manos Unidas. / Manos Unidas
En los avatares de la vida, como en los momentos felices, hay gente que nos quiere.

Hay una llama en el espíritu que alumbra la amistad verdadera. Establecidos los gustos y simpatías entre un grupo de personas, la amistad se defiende como a la vida.

Lo dicen los viejos y yo lo corroboro: el amor está sobrevalorado, al menos si no eres capaz de enamorarte de cosas y valores. La amistad no tiene leyes, pero sí sus normas inscritas en la piel.

Desde que comenzamos a emanciparnos y a abrirnos al mundo, a valernos por nosotros mismos, vamos tomando decisiones que quisiéramos fuesen de nuestra simpatía. En los avatares de la vida, como en los momentos felices, hay gente que nos quiere.

Una historia de amor puede confundirse con amistad, y la amistad perjudicar los negocios, o un amor posesivo arruinar las amistades... A veces, ante las responsabilidades, necesitamos nuestro espacio, en el cual tienen cabida los amigos.

La lealtad, en el día a día, en la forma de vida, para los principios, etc, es condición necesaria para el ser humano. Fuera de la carne o la ambición, al margen de todo lo escrito, bajo sus normas inalterables: el valor de la lealtad nos acompaña toda la vida como parte de nuestra identidad, porque hay cosas para una persona a las que su ser no renunciará.

Es un valor, también, presente en los parentescos cuando hay conflictos o discrepancias, y en las agrupaciones ciudadanas, que se valen de la lealtad para llegar a todos sus miembros. Hay valores en común de los que uno jamás se soltará mientras las cosas sean las cosas. @mundiario


  

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