La respuesta a políticos como Salvini es el Derecho Marítimo Internacional

Matteo Salvini, ministro de Interior de Italia. RR SS.
Matteo Salvini. / RR SS.
El magistrado de Agrigento, Stefano Zammuto,  dejó bien sentado que la obligación de salvar vidas en el mar es un deber de los Estados y prevalece sobre otras reglas y acuerdos bilaterales.
La respuesta a políticos como Salvini es el Derecho Marítimo Internacional

En distintas ocasiones nos hemos ocupado aquí de la problemática generada por el ya exvicepresidente del Gobierno italiano, señor Salvini, y su negativa al auxilio en la mar -primero- y la conducción a puerto seguro -después- de los migrantes que buscan en Europa aquello que sus respectivos países no les conceden: seguridad y vida.

Y lo hemos hecho siempre basándonos en lo que el Derecho Marítimo Internacional y los distintos convenios internacionales contemplan como medidas de aplicación para el socorro de las víctimas en el mar.

El buque de la Armada española "Audaz" desplazado a Lampedusa, ya ha regresado a puerto español trasladando a los 15 migrantes a bordo del Open Arms que el Gobierno de España se comprometió a recibir y atender en territorio nacional.

El magistrado de Agrigento, Stefano Zammuto,  dejó bien sentado que "la obligación de salvar vidas en el mar es un deber de los Estados y prevalece sobre las reglas y acuerdos bilaterales destinados a combatir la inmigración irregular, los convenios internacionales sobre la materia y acuerdos,a los que se ha adherido Italia, constituyen, de hecho, un límite al poder legislativo del estado, de conformidad con los artículos 10, 11 y 117 de la Constitución, y por lo tanto no puede ser objeto de una excepción a las evaluaciones discrecionales de la Autoridad política  situándose en un nivel jerárquico más alto que la fuente primaria".

La sentencia -que confirma la en su día dictada por el fiscal de la misma ciudad italiana Luigi Petronaggio, que ordenó el desembarco inmediato de las personas que se hacinaban a bordo del Open Arms en condiciones físicas y psicológicas extremas como consecuencia de los 19 días  de retención padecida- es muy probable que siente un precedente al poner de manifiesto la necesidad del cumplimiento obligatorio de las convenciones internacionales y el derecho marítimo para proteger la vida y la dignidad de las personas en las condiciones más vulnerables-. De ser así, los países mediterráneos de Europa tendrían más dificultades para poner cortapisas al rescate de los migrantes que abandonan el norte de África rumbo a Europa y a su traslado -como prevén las normas marítimas- a un puerto seguro en el que puedan ser debidamente atendidos.

Porque "las enmiendas a los convenios SAR y SOLAS están destinados a preservar la integridad de los servicios de búsqueda y rescate (SAR) asegurando que las personas en peligro en el mar reciban asistencia y, al mismo tiempo, minimizar los inconvenientes para el barco de asistencia. Exigen que los Estados y las partes contratantes coordinen y cooperen para garantizar que los comandantes de los barcos, que brindan asistencia embarcando a las personas en peligro en el mar, de liberen de sus obligaciones con una desviación mínima de la ruta planificada".

Tal vez de este modo prevalezca la vida que se salva a los intereses políticos o de cualquier otro tipo que los Estados miembros pretendan aplicar en circunstancias similares a las vividas a bordo del Open Armas, un viejo barco matriculado en Bilbao dedicado ahora a rescatar vidas en la mar. @mundiario

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