Reflexiones decembrinas teñidas de fe y esperanza desde Costa Rica

Escuela Católica de Arte Renovarte, Heredia, Costa Rica. / Mundiario
Escuela Católica de Arte Renovarte, Heredia, Costa Rica. / Mundiario

Imágenes y sentimientos que más que trazos gruesos, crean bordados finos sobre el papel, es el maná que alimenta el espíritu, es la alegría de vivir.

Reflexiones decembrinas teñidas de fe y esperanza desde Costa Rica

Sopla con brío al alba el viento del Este, es el soplo de Dios que nos viene cargado de vida buena y abundante, dones que nos han sido dados para regocijarnos y compartir con los demás, gracias que nos llenan de alegría con cada sonrisa que cual cincel en mano, en el rostro de un amigo, nos atrevemos a dibujar, es fuerza impetuosa del que cree fiel y firmemente en el poder del Espíritu de Amor. 

Es la ilusión de compartir enseñanza de esperanza, por casi dos lustros ya, en varias comunidades de nuestro país.  ¡Está ahí…! vivo está, en el corazón de cientos de personas que nos han acompañado en esta escuela del alma, junto al Pbro. Carlos Alfaro (Párroco de la Iglesia San José Obrero), en un proceso continuo e inacabado de aprendizaje y de fortalecimiento de nuestra fe.

Es respiración suave y profunda, sonrisa sincera y contagiosa, es la imagen de un niño que pisa tras las huellas de su padre, sea de compras en el mercado o corriendo por el parque, convencido de que esa es la senda buena, por la que con total confianza puede seguir avanzando. 

Son imágenes que más que trazos gruesos, crean bordados finos sobre el papel, es la alegría de vivir.

El soplo de Dios, es el turborreactor que impulsa a los chicos de la Escuela de Artes Renovarte, ellos son “fuerza en movimiento”, danzando, batiendo palmas, siempre ataviados de blanco puro son los hijos de la luz que ofrecen en su arte, la llave para abrir los candados que oprimen el corazón y matan la ilusión de los jóvenes.  Ellos son banderas que se agitan al viento y traen hasta nuestras mejillas una suave brisa con olor a canela y dulce sabor a miel.

Es el maná que alimenta su espíritu y hace que en las ventanas de nuestra alma, broten lágrimas de amor y esperanza por su libertad.

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