La purpurina no es solo brillos, es un daño inminente al medioambiente

Purpurina. / Pixabay.
Purpurina. / Pixabay.

El material es famoso por ser un accesorio perfecto para la moda y el estilo, pero su belleza queda eclipsada por ser un producto altamente nocivo para la naturaleza.

La purpurina no es solo brillos, es un daño inminente al medioambiente

Internet está enamorado de la purpurina, ese material de brillos que vemos en el maquillaje, zapatos, vestidos… en todo. Las estrellas pagan grandes cantidades de dinero aparecer llenas del interesante producto que nos hace ver llamativos y muy espectaculares, sino lo crees, entonces pregúntale a Kim Kardashian que se ha aprovechado de la purpurina para protagonizar una de sus últimas campañas.

El material ha alcanzado tal relevancia gracias a que corre como pólvora por las redes sociales como Instagram en donde vemos a los influencers lucir maquillajes con el material, o en YouTube, donde los youtubers muestran tutoriales de cómo podemos aprovechar las propiedades de la purpurina para resaltar ante los demás. Entonces, ¿cuál es el problema con la purpurina? Bueno, daña el medioambiente… y la salud.

 

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Vamos con el segundo punto. Desde hace meses, expertos advierten sobre el uso de las Passion Dust, unas píldoras con purpurina que se introducen en la vagina para que luzca mejor. Al igual que pasa con las duchas vaginales, un piercing o cualquier ente extraño, estas pastillas pueden alterar el ecosistema de la vagina y ocasionar daños irreparables. The independent expresaba lo siguiente: “La vagina contiene un delicado equilibrio de bacterias beneficiosas que están ahí para protegerla. Si una mujer introduce objetos extraños en ella, corre el riesgo de alterar ese equilibrio, lo que podría llevar a infecciones como vaginosis bacteriana o candidiasis vaginal o inflamación”.

A esto se le une la primera razón: es un material hecho de mircroplásticos, un producto que daña el medio ambiente y que se encuentra en gran parte de los mares del mundo.

 

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¿En serio es tan malo algo tan lindo?

Lo es. Este bello material está hecho de aluminio y tereftalato de polietileno. La purpurina comenzó como un plástico machacado en el año 1934, pero su gran momento llegó en los años 60 cuando los maquillistas empezaron a utilizarlo para crear espectaculares arreglos con el material. Así, la purpurina empezó a encontrarse en pintalabios, sombras o polvos, que luego se extendieron hasta los zapatos, vestidos y todo tipo de cosas.

El problema con la purpurina y el por qué tantas personas se oponen a su uso, es por su tamaño. Al ser un microplástico, mide un diámetro inferior a los 5 milímetros, algo así como un grano de arroz. Ahora imagina miles de granos de arroz que terminan en los mares del mundo, en donde habitan cientos de especies marinas que se terminan comiendo esos pequeños plásticos.

 

Así es como el también llamado glitter está afectando el ecosistema marino del mundo gracias que cuando las personas se lavan el maquillaje, este pasa por los desagües y terminan en el mar. Los peces empiezan alimentarse de este material y la escala continua hasta que son cazados, comercializados y servidos en las mesas de miles de familias.

Un dato de Greenpeace establece que “del 21 al 54% de todos los fragmentos de microplásticos del mundo se encuentran en la cuenca mediterránea”. Debido al peligro que representa, varios países como Reino Unido o algunos estados de EE UU, han prohibido la comercialización de la purpurina y cualquier producto que pueda tener microplásticos como la pasta dental. Mientras, distintas marcas se han comprometido a no seguir comercializando productos de este tipo o dedicarse a crear productos Ecoglitter, que sean más respetuosos con el ambiente. @mundiario

 

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