Las tensiones entre EE UU y China crecen al ritmo de la pandemia

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, junto a su homólogo de China, Xi Jinping, cuando el primero era vicepresidente del Gobierno de Obama. / NBC
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, junto a su homólogo de China, Xi Jinping, cuando el primero era vicepresidente del Gobierno de Obama. / NBC
Tanto Washington como Pekín se han acusado mutuamente de ser el origen de la pandemia sin presentar prueba alguna, aunque Biden se aleja de ese tipo de declaraciones.
Las tensiones entre EE UU y China crecen al ritmo de la pandemia

Una rivalidad de siglos se hace más fuerte en medio de una crisis mundial. Ni siquiera en la tercera pandemia más devastadora de la historia se produce una tregua entre las dos superpotencias que controlan el orden mundial actual. La crisis del coronavirus no solo ha desnudado la profunda desigualdad estructural del mundo, así como la cuarta peor recesión económica de la historia, sino también la falta de conciliación entre dos naciones que se acusan mutuamente de haber sido los responsables del origen de esta pandemia. 

El Gobierno de China y la nueva Administración estadounidense ya comienzan a protagonizar los primeros enfrentamientos diplomáticos a causa de las investigaciones de la misión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Wuhan, la zona cero de la pandemia. Los datos son asombrosos y dan cuenta de que el régimen comunista chino ocultó al mundo la génesis del brote. La información que el Gobierno de Xi Jinping dio a conocer a escala global resultó ser muy tardía, pues el SARS-CoV-2 ya había empezado a propagarse en el gigante asiático desde hace mucho. 

Apenas unos días después de la primera conversación telefónica entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su homólogo chino, Xi Jinping, durante la que el primero repasó algunos de los asuntos que enfrentan a las dos potencias, como las tensiones comerciales o los abusos de Pekín a los uigures —grupo étnico del noreste de China— y otras minorías, se ha abierto un frente más de mucha tensión: el diagnóstico sobre el origen y expansión de la pandemia. Pekín niega cualquier responsabilidad, pero los esfuerzos de Washington para tratar de ‘desnudar’ los números ocultos de China son enormes.  

Ambas potencias otorgan niveles de credibilidad diferentes a los hallazgos avanzados por el equipo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que la ha investigado en Wuhan. Mientras Estados Unidos insistía bajo la Administración de Donald Trump en que China ocultó el virus incluso desde antes de diciembre de 2019, la Administración Biden no busca culpables, pero sí busca acciones de cooperación por parte de Pekín en esta lucha global contra la pandemia.


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Este domingo la cadena estadounidense CNN ofreció unas declaraciones exclusivas del jefe de la delegación de la OMS, el danés Peter Ben Embarek, en las que este aseguraba que “en diciembre de 2019 el coronavirus estaba más extendido de lo que se pensaba en la provincia de Wuhan”. El experto en zoonosis afirmó la semana pasada que la probable ruta del virus para transmitirse de animales a humanos fue la siguiente: animal-animal-humano. Es decir, la cepa se desarrolló en un animal huésped, posiblemente un murciélago, se trasladó a otra especie animal como puente biológico y, finalmente, saltó al ser humano por la cercanía de esa segunda especie con la cohabitación junto a la humanidad. 

Pero hasta ahora el resultado más contundente de los científicos de la OMS ha sido descartar como “extremadamente improbable” la teoría de que el patógeno “pudo salir de un laboratorio situado en esta ciudad del centro de China”, un planteamiento que el expresidente estadounidense, Donald Trump, defendió sin pruebas durante su mandato. La OMS argumenta que la máxima seguridad de los laboratorios en China y de muchas partes del mundo impiden que un virus se salga de control. Sin embargo, lo que debe ser un esfuerzo sanitario mundial por la supervivencia y la salud pública de la civilización, se ha tornado otro pulso geopolítico entre las dos potencias más grandes del planeta.

Desde Pekín, el portavoz del ministerio de Exteriores, Wang Wenbin, había urgido el miércoles a Washington a permitir que expertos de la OMS realicen una investigación en EE UU, volviendo a sugerir que el virus pudo surgir en este país, teoría sin respaldo científico que China ha defendido en varias ocasiones desde el pasado año, en paralelo a las acusaciones vertidas por Trump. 

Tanto Washington como Pekín se han acusado mutuamente de ser el origen de la pandemia sin presentar prueba alguna, aunque Biden se aleja de ese tipo de declaraciones para no atizar las ya marcadas tensiones entre ambos. “Esperamos que Estados Unidos, como China, adopte una postura abierta y transparente e invite a la OMS a proceder allí con sus investigaciones”, declaró Wang, el portavoz de la Cancillería china. Mientras la pandemia avanza contra todo pronóstico y contra cualquier logística de vacunación, la ciencia intenta determinar el origen para conocer la mejor estrategia de erradicación del virus en un futuro no tan lejano, pero si continúa politizada por la pugna EE UU-China, entonces la verdad sobre el inicio de esta crisis permanecerá oculta por muchos años. @mundiario

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