La prostitución es un signo de la educación y depende de toda la sociedad

Una imagen de la prostitución. / Facebook
Una imagen de la prostitución. / Facebook

La vida sexual para las mujeres que viven en la esclavitud es un tormento cuando intentan abandonar, ya que su única pertenencia es su cuerpo y tienen tantos ahorros como posibilidades.

La prostitución es un signo de la educación y depende de toda la sociedad

La vida sexual para las mujeres que viven en la esclavitud es un tormento cuando intentan abandonar, ya que su única pertenencia es su cuerpo y tienen tantos ahorros como posibilidades.

Creen que el amor las atrapará por las piernas, que el presidio se extenderá a su piel y, finalmente, unos ojos serán su delito… Porque han aprendido que no hay enemigos, saben defenderse con una combinación y unas cuantas copas hasta vencer. Atrapadas en un antro de perdición, han encontrado un modo de vida.

Piensan en la concepción como lo sumiso, como sabiendo que es inútil traer infancia al mundo que descubrirá la verdad. Y es que ellas son descubiertas demasiado tarde, cuando su papito acoge sus carnes, al constatar que la experiencia las ha hecho conocerse a si mismas.

Lo carnal no es una mera apariencia sino la filosofía de los atributos, lo inteligente sería largarse de allí y escapar de la miseria de esa realidad, pero los hombres creen que ellas son de otro mundo inenarrable del que nadie se percatará, mientras que van cumpliendo sus sueños más lujuriosos haciendo de la mujer una blasfemia, emulando al conquistador y sus privilegios ante una esclava sumisa y entregada.

Ellas obedecen a semejantes fantasías que saben leer la mente y el trasfondo de todo comportamiento: la euforia de un orgasmo y adorar la vida como al sexo, hacerlo como si no hubiese un mañana… Ganarse la vida con ello sin remordimientos porque habrá una próxima vez y será gustosa.

La dialéctica de la seducción contiene vocabulario de anatomía y una galería de discursos, cada una está lista para escuchar sin hacer caso y cumplir con el deber de seducir en un soslayo sin beso de despedida. Pero, una noche más, e irán conociéndose. Él descubrirá lo esencial de una mujer desencantada con el mundo del que nunca han hablado, ella sabrá de antemano que el placer no da amor sino más ganas, y que en ese bucle de sexo se podría una ahogar en penas sin desahogo, sin más consuelo que el de menstruaciones pasadas y ahorros derrochados en excesos promocionales.

Una mujer se hace publicidad para ganar prestigio, nos gusta dar que hablar. Somos vanidosas a la hora de aceptar invitaciones (las aceptamos satisfechas). Queremos destacar de entre lo vulgar, apostamos por el dinero como aliciente. De modo que una prostituta es como las demás mujeres pero más eficiente, dado que reconoce los objetivos de los hombres y los satisface. La rivalidad entre nosotras es superficial y ellos siguen las apariencias, ellos trabajan para nosotras… Así que gana la prostituta.

¿Legal o ilegal? ¿Es la mujer una droga? Ellas hacen apología de nuestra magia, despliegan el arte del cuerpo caliente y se dedican al encantamiento de borrachos. ¿Se emborracharán por compasión? Quizá no quieran pervertirlas hasta el punto de la tristeza, no desvelar de qué se esconden en ese prostíbulo. Van perdiendo la sensibilidad pero sienten compasión por un hombre excitado: saben lo que hacer con toda desgracia a pesar de que sólo logran la felicidad haciendo el amor y están impedidas para el amor.

Muchas modernas practican el amor libre, si bien la prostitución es antigua. Una de ellas se quedará obsoleta si se casa y marginada por su pasado, mientras que un gran pasado le truncó sus sueños (sueños tan bonitos como ese cuerpo). Jamás podrá olvidar sus encuentros con la vida y el servicio a los hombres, su retirada la haría recuperar la fe, pero la perdió en su primera vez. No es una muñeca, puede que lleve una niña dentro… El caso es que esa muñeca está rota en pedacitos y muchos sentimientos.

En cuanto una prostituta es liberada, el mono de sexo le conferirá culpas. Se verá fuera de lugar, las camas también son para dormir. Por otro lado están las fantasías, aquel deseo ajeno al que solía obedecer… La gente de bien la mirará como a una extraña, los hombres que ya no la tocarán harán mofa de su ropa. Aquellos sentimientos desbordarán su tiempo libre y se sobrepasarán en sus sueños. La economía la ha violado, nunca se sintió violada sino útil, obediente, eficaz. La sociedad, que hace apología de la doble moral, disfruta en silencio y la insulta a ella. Ese hombre la quiere por una cosa y ella se debe a una sola cosa: su libertad.

¿Un hombre la puede salvar? Es perfeccionista, sabe hacerlo bien, pero las cosas le estaban yendo mal porque siempre era lo mismo y le hizo madurar. Sabe lo que vale porque todos se lo han dicho, eso le hizo pensar como saliendo desnuda a la luz del día. Los piropos le salen rentables, suele hacer horas extra para si misma.

Ellas creen que el amor es para las películas, ya han visto de todo. Subyace a todo tabú su labor en la sociedad, en muchas opiniones son una lacra, en muchos pensamientos son necesarias. Lo importante en esta vida es ganar mucho dinero y así presumir… O presumir de haber desposado a toda una profesional.

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