Procesan por abusos sexuales a Pere Barceló, el primer cura expulsado de la Iglesia por pederastia
El exreligioso fue condenado en 2016 a seis años de cárcel tras admitir que violó hasta una decena de veces a una niña de 10 años.
Pere Barceló, el primer sacerdote expulsado de la Iglesia española por un caso de pederastia, ha sido procesado de nuevo por agresiones sexuales cometidas entre los años 2008 y 2010. El también exrector de Can Picafort (Mallorca) salió de la cárcel en agosto del año pasado después de cumplir la pena de seis años de reclusión, a la que fue condenado tras admitir que violó hasta una decena de veces a una niña de 10 años que acudía a recibir la catequesis en la parroquia.
Sin embargo, ahora enfrenta un nuevo juicio. La magistrada del Juzgado de Instrucción número uno de Inca ha dictado un auto de procesamiento contra el expárroco por abusar durante dos años de una niña de siete. Según informó el Diario de Mallorca, la investigación se desarrolla ahora que la víctima, quien es ya mayor de edad, relatara en 2018 una serie de agresiones cometidas por el excura.
La denuncia relata hechos muy similares a los de la primera. La joven fue abusada sexualmente hasta que dejó de acudir a la parroquia, según han confirmado fuentes judiciales. El expárroco fue interrogado mientras permanecía en la cárcel por la condena anterior, pero como era de esperar, negó todos los hechos. Barceló, de 70 años, a través de su abogado, ha recurrido ante la Audiencia Provincial de Palma, que decidirá si finalmente se sienta en el banquillo de los acusados.
La máxima pena eclesial
El exreligioso fue denunciado ante el obispado por una joven que aseguró que en 1997, cuando aún era menor, la había sometido a abusos sexuales. A este testimonio se sumó el de otras dos víctimas.
La Iglesia de Mallorca expulsó a Pere Barceló, que hasta 2011 ejerció como párroco de Can Picafort, por considerarlo culpable de pederastia. Posteriormente, en julio de 2016 fue condenado por la Audiencia de Palma a seis años de prisión por un delito continuado de agresión sexual, tras reconocer que violó en una decena de ocasiones a una niña de 10 años que acudía a realizar actividades de ocio y a ayudar en labores de monaguillo. El excura relató que aprovechaba la confianza de la niña, comenzando con tocamientos en el coche o la sala común, para ir más allá hasta forzarla a practicarle sexo oral en la habitación que tenía en la parroquia y aprovechando que el resto de los menores que participaban en las actividades estaban durmiendo.
Pere Barceló cumplió su condena de seis años en la prisión de Segovia. Además, fue investigado tras las denuncias de otras dos menores por otras agresiones cometidas en los años noventa, pero ambas fueron archivadas por falta de pruebas y por haber prescrito. @mundiario
