El problema de las residencias constituye un asunto de país

Una residencia de mayores. / RR SS
Una residencia de mayores. / RR SS
Entre marzo y junio, casi el 45% de los fallecidos por la Covid-19 en Galicia eran usuarios de las residencias de mayores. Hoy, en pleno rebrote generalizado, la pesadilla ha vuelto a empezar.
El problema de las residencias constituye un asunto de país

A mediados de marzo el (todavía ahora) Director Xeral de Maiores de la Xunta de Galicia trataba de sacarse de encima el –entonces- incipiente problema de contagios y muertes en las residencias de personas mayores dependientes del gobierno autonómico. De la Campa explicó, entonces, que “iban a realizar un informe para evaluar la situación en las residencias”. Desde aquél día poco o nada se supo del susodicho Director Xeral. El presidente Feijóo se echó el relato a la espalda y el resto de la historia es bien conocida.

Entre marzo y junio, casi el 45% de los fallecidos por la Covid-19 en Galicia eran usuarios de las residencias de mayores. Hoy, en pleno rebrote generalizado, la pesadilla ha vuelto a empezar. Son casi 170 los usuarios de residencias que están contagiados y 64 entre el personal de las mismas. La situación en algunos de estos centros, como el de O Incio es dantesca, con 9 fallecimientos en diez días, o en la de Castro de Rei con dos tercios de los usuarios afectados. La primera la gestiona la Fundación San Rosendo, a menudo criticada por la opacidad de la gestión de sus centros. La de Castro de Rei la gestiona DomusVi, el emporio tristemente famoso por el desastre de enfermedad y muerte en algunas de sus instalaciones. 

Mientras el coronavirus se cebaba, de nuevo, en las residencias de mayores, en el Pazo do Hórreo Feijoo alcanzaba su cuarta investidura con mayoría absoluta. El presidente electo promete construir “as sete mellores residencias de Europa”; la (maldita) hemeroteca nos recuerda que en el 2016 prometió exactamente lo mismo: siete residencias; las siete mejores; las siete con Amancio Ortega co-financiando. No se construyó ninguna.

Tal vez hoy, con la Covid-19 y la pandemia mirándonos a la cara, sea momento para menos titulares y más realidades. Y tal vez sea el momento para pensar –en serio- un modelo de atención sociosanitaria viable y cumplir – de verdad- los compromisos con la Dependencia que la Xunta viene desatendiendo desde hace doce años, doce. Y tal vez sea el momento de hacerse algunas preguntas.. 

Qué conclusiones extrajo la Conselleira de Política Social que juró y perjuró estar “analizando” lo que ocurría en las residencias de mayores entre marzo y junio, viendo que ahora seguimos en la misma situación?. Qué medidas tomó la Consellería?. Reformulo la pregunta; tomó alguna medida la Consellería?.

Cómo se explica que mientras en O Incio y Castro de Rei el virus campa a sus anchas, las cinco residencias dependientes de la Diputación de Lugo estén, a día de hoy, sin ningún contagio?. Tiene, quizás, algo que ver en que las residencias dependientes de la Xunta y gestionadas por San Rosendo y DomusVi no aplicaron protocolos de desinfección y cierre estrictos en cuanto Galicia comenzó a aparecer como una comunidad afectada por Covid, mientras sí se hizo desde la institución provincial?. 

Cómo es posible que, doce años después de aprobada la Ley de Dependencia, en Galicia sigamos con el mismo modelo que a principios del siglo XX (SAD, residencias y programas de respiro)?. Cómo es posible que la Carta de Servizos de la Dependencia siga siendo la aprobada y firmada en 2010 por Beatriz Mato?. De verdad no hemos sido capaces de incorporar ninguna novedad en lo que a servicios para la Dependencia se refiere?. Envejecimiento, población rural y urbana, conciliación.. cómo se explica que sigamos dando vuelta a estos términos como una noria, sin extraer enseñanza alguna?. Accesibilidad, ayudas técnicas, innovación social, cuidados, telemedicina.. por qué no podemos avanzar en esta dirección?.

Hace seis meses el miedo a la muerte, la sensación de vulnerabilidad y la consciencia de estar ante una crisis inesperada no nos dejó valorar el drama de lo que ocurría en las residencias. Ahora, el inicio de curso y el vértigo de las familias ante la “vuelta al cole” se lleva titulares y preocupaciones, mientras la pandemia vuelve a recorrer los pasillos de los geriátricos. De nuevo elegimos no mirar de frente a nuestra realidad. Tal vez, sólo tal vez, ha llegado el momento de hacer algo. @mundiario

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