Primer balance de la crisis sanitaria: ¿lo hubiese hecho mejor o diferente un Gobierno alternativo?

El ministro de Sanidad, Salvador Illa. / @desdelamoncloa
El ministro de Sanidad, Salvador Illa. / @desdelamoncloa
El error principal ha sido previo a la crisis: la prevención ha fallado absolutamente, responsabilidad compartida por el ministerio y las comunidades autónomas, tests, EPIs, rastreo, han sido inexistentes o insuficientes en el momento crítico.
Primer balance de la crisis sanitaria: ¿lo hubiese hecho mejor o diferente un Gobierno alternativo?

Cuando la mínima cifra de fallecimientos permite considerar controlada la pandemia, si bien no superada, se puede hacer ya balance de la gestión política de una crisis imprevista, sin precedentes próximos similares y cuya escala mundial nos permite apreciar mejor los diferentes modos de respuesta.

La primera constatación es la más discutible. En nuestra opinión, ningún Gobierno alternativo en España lo hubiese hecho no ya mejor sino sensiblemente diferente. Por dos razones: a) países con situaciones similares han reaccionado de la misma forma, como Francia (Gobierno centrista), Reino Unido (Gobierno conservador) e Italia (Gobierno de la izquierda), mediante confinamiento de la población, restricción de movimientos y suspensión de toda actividad no esencial. La segunda razón es la respuesta, debida fundamentalmente al sistema sanitario, independiente y profesional con respecto al Gobierno. Alguien objetará que en Alemania la respuesta ha sido diferente, pero también los datos eran diferentes: menor incidencia, mayor capacidad de respuesta hospitalaria, mayor control de contagiados. En otros países europeos, simplemente los datos de contagios eran muy inferiores a los de los países citados.

Si la crisis se ha superado es porque las medidas propuestas han funcionado. A partir de esa constatación, que nunca será asumida por la oposición, se pueden discutir las medidas concretas o los errores de gestión. En nuestra opinión ha habido dos errores principales y un daño colateral muy grave. Partiendo de un dato inapelable: cuando en España se adoptaron las medidas de contención, el virus estaba mucho más extendido de lo que parecía, aunque la evidencia no estuvo disponible hasta el momento de la decisión. Lo mismo que en los países citados.

El error principal ha sido previo a la crisis: la prevención ha fallado absolutamente, responsabilidad compartida por el Ministerio y las Comunidades Autónomas, tests, EPIs, rastreo, han sido inexistentes o insuficientes en el momento crítico. El otro error ha sido el intento, pronto abandonado, de centralizar las compras de material sanitario. El daño colateral ha sido el abandono de las residencias de mayores, transformadas en focos críticos sin capacidad propia de respuesta clínica. 

Transformar el número de muertos, sean 28.000 o 40.000 si les sumamos el exceso de mortalidad por causas no comprobadas, en arma arrojadiza de la lucha política, ofende la inteligencia. La desmesura, practicada ya en otros momentos críticos de la historia reciente, envenena la vida pública sin beneficiar a quien la promueve pues pierde credibilidad. Plantear una causa penal contra el Gobierno, tendrá algún recorrido judicial pero difícilmente llegará a sentencia firme pues falta el requisito fundamental de la acción penal: la voluntad dolosa. Las decisiones se han adoptado en un contexto de emergencia cuando por definición la información es insuficiente o contradictoria, la urgencia máxima y los recursos al alcance, limitados.

Otras actuaciones del Gobierno, no esenciales en el manejo de la crisis, si pertenecen plenamente al ámbito político: la comunicación abusiva, la suspensión del Parlamento, la marginación de las Comunidades Autónomas o el chalaneo de las condiciones para el cambio de fase en subasta con los posibles apoyos parlamentarios. Son los asuntos en los que tendría sentido el debate político, pues en cada uno de ellos cabían otras alternativas sin poner en peligro el objetivo principal, superar la crisis sanitaria. O la indemnización debida a las víctimas de las citadas residencias cuando no hayan recibido la atención debida.

Si algo tendría sentido debatir en este momento, sería la necesaria mejora del sistema sanitario, incrementando plantillas, mejorando retribuciones y consolidando el empleo. Ha sido el factor decisivo para controlar la situación y al tiempo ha puesto de manifiesto sus debilidades estructurales. Y respetar la actuación del Ministro de Sanidad y del Director  del Centro de Emergencias, dos rostros que han estado ahí durante 75 días, sin dejarse llevar por la emoción, resistiendo campañas de desprestigio, ofreciendo información serena. @mundiario

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